La sequía no es un problema ahora mismo en la provincia de Segovia. A diferencia de comunidades como Cataluña, donde las actuales reservas de agua embalsada han obligado a imponer restricciones al consumo en un escenario inédito en pleno invierno, los principales embalses de Segovia están en mejores cifras que su media de la última década. Sin embargo, este contexto favorable no impide que, en algunas zonas de la provincia, vuelva a haber temor a una primavera y un verano secos que no dejen más remedio que tomar medidas como la prohibición de llenar piscinas privadas.
«El año pasado nos fue muy bien porque, aunque la primavera fue muy seca, en junio llovió mucho», recuerda la jefa de la sección de Urbanismo del Ayuntamiento de El Espinar, Mónica Román. En este momento, la presa del Tejo -que abastece a este municipio- se encuentra al cien por cien de su capacidad, 1,2 hectómetros cúbicos. «Por estas fechas suele estar lleno todos los años. Los problemas vienen en octubre cuando el verano es muy seco», apunta Román. Porque además esta presa sufre fugas y pierde siempre una parte del agua que puede embalsar. «La Confederación Hidrográfica [del Duero] está aforando -midiendo las fugas- y son muy importantes», añade la propia Román.
El arreglo de la presa del Tejo es una reivindicación histórica del Ayuntamiento de El Espinar sobre el Estado que continúa sin concretarse. Como tampoco tiene planes el Gobierno para construir un embalse en el Ciguiñuela, que permitiría regular este río antes de su desembocadura en el Eresma y, según señaló recientemente el alcalde de Segovia, José Mazarías, y acabar con los problemas de crecidas que se producen en cada deshielo.
El último, a principios de este año. La ausencia de precipitaciones estos días está evitando que se registren nuevas inundaciones, tras las nevadas de la semana pasada y la posterior subida brusca de las temperaturas. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el pantano del Pontón Alto -que las autoridades utilizan tanto para embalsar agua como para regular el caudal del Eresma- se encuentra lleno (tiene capacidad para albergar siete hectómetros cúbicos aunque a veces se llega incluso a superar) y el Eresma lo está notando.
El nivel de este río a su paso por Bernardos (donde la CHD realiza mediciones) se sitúa en la actualidad en 1,93 metros y el caudal corre a 166,39 metros cúbicos por segundo. Los récords del año hidrológico anterior (del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023) fueron 0,79 metros de nivel y 35,7 metros cúbicos por segundo de caudal. Algo similar ocurre en el Cega a su paso por Aguilafuente, donde el nivel del río ha alcanzado los 2,44 metros, y el caudal, los 56,86 metros cúbicos por segundo. En el pasado año hidrólogico, el techo de estas cifras se quedó en 1,45 metros y 17,9 metros cúbicos por segundo.
Es la consecuencia de un invierno que ha sido muy húmedo. El acumulado de precipitaciones asciende a 159 litros por metro cuadrado, un 36 por ciento más de lo normal. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha califica como muy cálido este invierno, que en solo unos días dejará paso a la primavera. En Segovia ha supuesto batir dos récords. Ha sido el mes de enero más calido desde que se tienen registros. Además, la Aemet midió la temperatura media más alta (7,4 grados) y la media de valores máximos más alta (11, 3). La temperatura media del invierno se ha situado en 6,8 grados, 1,7 más que el valor registrado entre 1999 y 2020.
La reserva hídrica en España ha crecido hasta el 56,8 por ciento de su capacidad tras el paso de las últimas borrascas que han dejado precipitaciones intensas en toda la península. Pese a que en esta ocasión las precipitaciones también han afectado a Cataluña, sus pantanos continúan en mínimos y su reserva ha crecido solo un 0,1 por ciento, según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) recogidos por Europa Press. Los embalses gestionados por la CHD -además de en Segovia, en Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Soria y Zamora- se encuentran al 75,3 por ciento de su capacidad total, con 2.150,2 hectómetros cúbicos de agua almacenados, casi dos puntos más que hace un año (73,6 por ciento), y uno por encima de la media de la última década (74,5 por ciento).
Con estos valores de reserva, la situación de la campaña de riego, en términos generales en la cuenca del Duero, se presenta «muy favorable», según ha indicado el organismo regulador. El sistema Pisuerga-Bajo Duero es el único que, aunque presenta un mejor estado respecto al año pasado, no tiene garantizada en este momento una dotación que le permita desarrollar una campaña de riego normal.
La gestión eficiente del agua se convierte en uno de los retos para la sociedad. Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid trabajan en Aguagrada, un proyecto que pretende poner las matemáticas al servicio de los agricultores. Por el momento han recogido numerosos datos sobre los recursos hídricos de la zona del arroyo Balisa. «Nuestro modelo es utilizar diferentes capas de información. El modelo digital del terreno, el uso del suelo, los datos climáticos, fundamentales en este proyecto-, meter nuestro modelo matemático dentro de una caja, vamos a decir, y conocer cómo es el comportamiento de la demanda hídrica en nuestra zona», apunta Maite Jiménez, una de sus autoras.
Su objetivo es sacar adelante un modelo de predicción que ayude a la gestión eficiente del agua en esta parte de la provincia que incluye más de 25.000 hectáreas y 15 municipios entre ellos coca Nava de la Asunción Santa María la Real de Nieva o Migueláñez. «2.000 hectáreas como mucho son de regadío a fecha de hoy. Principalmente son cultivos de secano y mucho forestal», indica Jiménez.
Para perfeccionar la información han desarrollado una jornada con agricultores ganaderos y representantes de esta zona. Sumarán sus aportaciones del trabajo diario a su investigación. En principio este trabajo, financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica, estará finalizado en mayo de 2025