La nueva tienda de Cuéllar de ropa de segunda mano

Cristina Sancho
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ReModa es la apuesta de Mariana Capriceana tras media vida dedicada a la agricultura.

La nueva tienda de Cuéllar de ropa de segunda mano - Foto: C. S.

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¿Ha oído hablar alguna vez de 'preloved'? Seguro que no. Pero si hablamos de ropa de segunda mano o de una segunda vida para las prendas que apenas han sido usadas, seguro que ya le suena más. En las grandes ciudades las tiendas de ropa de segunda mano han crecido considerablemente en los últimos dos años y tienen una gran aceptación especialmente entre los jóvenes, pero a la provincia de Segovia todavía no habían llegado como tal. A principios de este mes de febrero, en el centro de Cuéllar, en la Plaza de los Coches, en un pequeño local muy bien ubicado y coqueto, Mariana Capriceana, se lanzaba a la aventura de emprender con un negocio muy habitual en su país de origen: Rumanía.

Tiene 50 años. Llegó a Cuéllar con 17 y siempre ha trabajado en la agricultura, siempre en la misma empresa de la zona vinculada a la transformación de hortalizas y fresas. Pero cansada de un trabajo tan duro considera que ha llegado el momento de trabajar para si misma. Le gusta la moda y tuvo clara su idea de negocio. ReModa es el nombre de la tienda y ya deja entrever a que se dedica. «La ropa tiene otra vida y la ropa de segunda mano es una opción. En España no hay muchas tiendas, pero en Rumania hay muchísimas y a mí me encantaba la idea de abrir una tienda aquí, porque me gusta mucho la moda», explica.

Ya desde el escaparate se puede ver la variedad de ropa y los precios bajos que ofrece. Eso sí cada prenda cuenta con un certificado de desinfección y se encuentra en buen estado. No se nota que está usada. El abanico de oferta es amplio. Desde los básicos vaqueros para hombre o mujer, chaquetas, camisas, camisetas, vestidos, ropa de niño y vestidos de fiesta y ropa de temporada.

Aunque lleva abierta a penas tres semanas, Mariana se muestra contenta con la acogida. «Hay gente española y extranjeros que les gusta la ropa de segunda mano y los precios son muy buenos», comenta mientras enseña un vestido verde perfecto para una invitada a una boda. La tienda ha despertado curiosidad y más teniendo en cuenta que se encuentra en el centro de Cuéllar, su escaparate es punto de parada para curiosear. «La acogida está siendo muy buena. Estoy muy contenta porque la gente se acerca a conocerlo, a comprar… preguntan de dónde traigo la ropa y les parece una buena idea de negocio», comenta.

Como explica a los clientes, la ropa procede de otros países como Francia o Alemania y destaca que cada prenda tiene su control y revisión asegurando que se encuentra en buen estado. Además, deja claro que es una tienda que vende ropa de segunda mano, pero que no lo puede comprar porque tiene que contar con las correspondientes facturas y garantías. En su entorno, su familia y amigos la apoyaron con la idea desde el primer momento y la ayudaron a ponerla en marcha. El comercio además de ropa también vende complementos como zapatos, bolsos o pulseras.

Aunque lleva muchos años trabajando en la agricultura, no es la primera vez que lleva un negocio de cara al público. Recuerda que en su país, antes de venir a España trabajó también en una tienda de ropa y en un negocio de automóviles. Ahora tras emprender en Cuéllar espera que el negocio siga tan bien como ha arrancado. «Espero más clientes y que poco a poco se vaya conociendo más. Me gustaría poder jubilarme en él», afirma con una sonrisa en el rostro y la ilusión de todo emprendedor.

Esta esta la segunda tienda de ropa de segunda mano que se abre en la provincia, después de Moda-Re el proyecto que Cáritas abrió a finales de 2023 en la capital. Aunque ambos negocios no son del todo comparables porque el de la capital contribuye a cerrar el círculo vendiendo la ropa que se encuentra en buen estado y que se recoge en los contenedores de la entidad o a través de donaciones. Se puede reciclar, reutilizar y poner a la venta si se encuentra en buen estado. La sostenibilidad, la segunda vida de las cosas y el reciclaje ha llegado para quedarse en una sociedad que cambia de hábitos. Lo que antes parecía estar mal visto y podía ser sinónimo de falta de recursos ahora está de moda, es sostenible y responsable medioambientalmente además de económico.