Nueve agentes y ocho policías caninos conforman la actual Unidad Canina de la Policía Local de Burgos (UCID), que desde 2010 opera en la ciudad utilizando una técnica "muy eficaz" como es el marcaje lapa. De fama internacional, esta unidad policial, ha ido dando forma a su entrenamiento con perros, convirtiéndose en un referente a nivel regional, nacional y europeo, exportándolo incluso a otras ciudades de España.
A finales de 2009 la Policía Local de Burgos empezó a fundar esta unidad canina, de la mano del policía y coordinador de Guías y Perros de la Unidad Canina, Francisco Javier Macho. En un momento en el que existían muy pocas unidades de este estilo en España, y tras especializarse en el entrenamiento con perros policía, Macho puso en marcha en Burgos una unidad donde los perros servirían de apoyo y ayuda a los agentes, especialmente a la hora de la detección de drogas. Para ello, y a diferencia de los que se hacía en el resto de unidades del país, desarrolló una técnica denominada 'marcaje lapa'.
"Su diferencia con el resto de técnicas que se utilizaban hasta entonces es que los marcajes normales de los perros en búsqueda de sustancias, de cualquier tipo, lo hacían de una manera instintiva, sistemática, marcando con las patas, arañando. Eran las patas y la actitud del perro las que indicaban en todo momento donde estaba la sustancia", explica el subinspector a cargo de la UCID, Carlos Jiménez. En el marcaje lapa, por otro lado, el perro marca con el hocico, más concretamente con su trufa, estando "totalmente estático, sin ningún tipo de movimiento de patas ni movimientos bruscos", según indica Jiménez. Se trata de un marcaje "muy suave" que se adapta a todos los sistemas de búsqueda, que permite evitar cualquier daño a personas, bienes inmuebles, vehículos...etc.
"El perro en ningún momento utiliza las patas, solo marca con el hocico. Es la búsqueda con animales que menor lesividad hay", continúa el subinspector. Esta técnica ha sido reconocida en varias ocasiones. En 2019 el Ministerio del Interior concedió la Medalla al Mérito de Plata de Instituciones Penitenciarias al guía Javier Macho, quien incluso ha colaborado con otras provincias para explicar en qué consistía esta técnica y ayudar a entrenar a perros de otras unidades caninas.
La de Burgos fue pionera en Castilla y León, aunque cada vez se están creando más unidades. La última en León, con una "mini unidad" de dos agentes. Estos policías se prepararon en Burgos, con la ayuda de Javier Macho. Desde sus inicios, la UCID burgalesa ha contado con unos 13 o 14 perros, en su mayoría de la raza Pastor Belga Malinois, aunque también cuentan con algún Pastor Holandés, e incluso como perro de intervención tuvieron algún Pastor Alemán. "Es una maravilla lo que es capaz de hacer el Pastor Belga Malinois", resume Jiménez.
Intervenciones
Entre las intervenciones en las que participan estos agentes caninos destacan el control, tenencia y consumo de sustancias estupefacientes en la vía publica, identificaciones preventivas para controlar que los jóvenes no porten sustancias, intervenciones en violencia de género, denuncias de seguridad ciudadana o control de conducción y tenencia de sustancias en vehículos. También trabajan en los controles policiales de vehículos en carretera. "Una persona además de beber al volante, puede tener ciertos síntomas de sustancias. El perro, nos facilita poder registrar el vehículo y a la persona, de una manera rápida, eficaz, sin ningún problema. Enseguida detectan las sustancias, esté donde esté guardada", añade.
También se llevan a cabo inspecciones y controles periódicos en institutos de enseñanza secundaria o formación profesional, actuando para evitar el absentismo escolar y el control de drogas. Estos controles también se llevan a cabo en establecimientos públicos, como bares o discotecas, y en las estaciones de autobuses, donde se realizan dos o tres a la semana. La UCID de Burgos también ofrece apoyo a otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y realizan exhibiciones en colegios o centros. Estas demostraciones tuvieron mucho éxito durante la pandemia, en el periodo de cuarentena, ya que la Unidad acudía a las plazas para mostrar a los niños cómo actuaban los perros. A raíz de eso, ahora están recibiendo muchas solicitudes para ir a hacer demostraciones por pueblos de la provincia.
Este 2022, la UCID ha realizado 65 controles periódicos en institutos de la ESO y formación profesional, detectando 18 casos de absentismo escolar en menores de 16 años, y levantando 187 atas de incautación de sustancias de estupefacientes. Asimismo se realizaron cuatro operativos especiales de control de parques públicos, en tres zonas de la ciudad. En uno de ellos se levantaron 12 actas, incautando sustancias a 10 menores de edad y a dos mayores de edad. Por otro lado, en la estación de autobuses, desde el inicio de 2022 hasta el pasado 13 de mayo se llevaron a cabo 34 controles policiales, durante los cuales se detuvo a dos personas por reclamación judicial, un detenido puesto a disposición de la Brigada de Extranjería y se levantaron diez actas de incautación de sustancias de estupefacientes.
Vínculo agente y perro
Uno de los aspectos que más llama la atención en el trabajo de la Unidad Canina de Burgos, es el vínculo que se crea entre el agente y el perro. Según explica Jiménez, todos los policías que forman parte de esta unidad son guías caninos titulados, y cada uno de ellos es titular de su perro. "El cuidado y mantenimiento lo tienen los agentes. Los tienen en su domicilio y los traen a trabajar", añade. "Así tienen un contacto constante, un vínculo. El guía en todo momento sabe todo lo que le pasa a su perro, no pierde nunca el control. Tiene que haber una empatía muy estrecha entre ellos. Son perros de obediencia extrema. Tiene que hacer lo que su guía le marca y dice en todo momento", continúa.
Los canes suelen entrar en la unidad con un año o poco más de un año, tal y como señala Jiménez. A partir de esa edad empiezan su actividad en la Policía, aunque tienen un periodo de formación continúo a lo largo de toda su vida activa. En la comisaría llevan a cabo cada cierto tiempo una serie de entrenamientos generales para toda la unidad, unos cuatro al año, aunque luego, el adiestramiento continúa en sus casas, diariamente.
Principiantes y expertos
Eli y Urko, dos de los perros que conforman esta unidad policial enseñan en una demostración cómo se lleva a cabo este 'marcaje lapa'. Eli, con poco menos de un año, es uno de los agentes caninos más jóvenes de la unidad y todavía está en proceso de entrenamiento. Pese a llevar pocos meses entrenando, demuestra una gran ejecución, y en poco tiempo logra detectar la muestra que su guía coloca en un voluntario. Solo lleva dos meses en la UCID, y debido a su juventud es uno de los perros más activos, pero se va viendo en él su entrenamiento y rapidez detectando sustancias.
En el lado contrario, siendo uno de los más veteranos se encuentra Urko. Con 10 años, es uno de los más expertos de la actual Unidad Canina, y su rapidez y profesionalidad así lo demuestran. Tres segundos fue lo que necesitó para encontrar la sustancia de muestra colocada en un coche. Este año, en la Unidad Canina coinciden perros con edades que varían entre uno y diez años, con canes de dos años o casi tres, a los que sus guías siguen considerando "un poco cachorros".