«Las obras se guardarán en nuestro estudio. Confiando, como pasa con otras exposiciones, que puedan ser expuestas en otros lugares». Así responde Gonzalo Borondo a la iniciativa del Ayuntamiento de retirar, en fecha todavía por determinar, el montaje 'Insurrecta', que desde 2020 el artista muestra en 17 puntos de la capital segoviana utilizando como soporte vallas publicitarias.  

Este proyecto nació durante lo peor de la pandemia de covid y Borondo lo llevó a cabo con el Ayuntamiento de Segovia y AC/E (Acción Cultural Española), y el apoyo de Studio Studio Studio para conmemorar el 500 aniversario del levantamiento comunero.

Lo singular de la propueta artística, que todavía puede visitarse, es que el soporte utilizado son todas las vallas publicitarias de titularidad municipal ubicadas en la ciudad, 32 repartidas en 17 localizaciones de libre acceso, convirtiendo el paisaje urbano en un museo abierto.

Además de conmemorar la Guerra de las Comunidades de Castilla, profundiza en la idea de revuelta y amplía el análisis de los pulsos de poder más allá del marco establecido, contextualizando la idea de revuelta no solo en la historia, sino en otros frentes como la humanidad batallando la naturaleza desde dentro, el diálogo de lo urbano en el paisaje natural, los efectos de la imposición en la sociedad, la reapropiación de espacios por parte de diferentes agentes o cambios en el statu quo.

El recorrido, acompañado de un mapa, permite a los visitantes conocer hechos históricos a través de las obras pictóricas, un proceso que busca el ejercicio del pensamiento crítico sobre el origen de los conflictos, entendiéndolos como motores de transformación cíclica de la realidad.

El alcalde de Segovia, José Mazarías, ha recordado que «la exposición de Borondo estaba pensada para seis meses y lleva creo que son dos años y pico. Evidentemente tenemos que dar una solución por varias razones: primero por el deterioro que se está produciendo de las propias obras y segundo porque a la vista del estado actual produce un afeamiento bastante considerable de algunos espacios. Ya no hay obra de Borondo y nadie sabe lo que es».

El pasado mes de septiembre el alcalde indicó tanto la posibilidad de que las obras retornasen al autor como que pasaran a ser patrimonio municipal, además de estudiar una eventual licitación de las vallas como soporte publicitario, al menos las situadas en los accesos a la ciudad.

Más recientemente, el concejal de Cultura, Juan Carlos Monroy, ha abundado en la necesidad de poner fin ya este proyecto artístico, por el deterioro de las obras y el posible riesgo para viandantes o vehículos, aunque ha apuntado la complejidad de los trabajos necesarios para desmontar la instalación.

Contratos por valor de 43.300 euros. El proyecto 'Insurrecta' surgió en la etapa de Gina Aguiar como concejala de Cultura y tuvo amplia repercusión dentro y fuera de las fronteras provinciales. El coste para el Ayuntamiento superó los 40.000  euros, repartidos en una docena de contratos menores. El propio Gonzalo Borondo recibió 18.995 euros (IVA incluido) por la creación del proyecto y la exposición, que fue prorrogada en 2021 hasta finales de ese año pero después continuó.  

Otro gasto relevante es el del suministro y montaje de lonas, más de 15.400 euros.

En los créditos que el propio Borondo mantiene en su web aparecen una veintena de personas y empresas colaboradoras.