¡Uno de los puntos negros de la red viaria española son las carreteras convencionales. Desgraciadamente, estas vías son el lugar de numerosos accidentes de tráfico que se llevan por delante la vida de muchas personas. La mala conservación y la falta de inversión en ellas son los retos a los que se enfrenta el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Y es que con un desembolso cercano a los 1.800 millones de euros se podrían salvar hasta 300 vidas al año y evitar más de 800 heridos graves por siniestros de tráfico, según estimaciones realizadas por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera (AEC).
«Se trata de una inversión que puede parecer elevada, pero que lleva asociado un retorno socioeconómico incuestionable en un plazo de tiempo muy corto, entre dos y cuatro años. La prevención es lo más rentable. Sin embargo, reducir al máximo el número de víctimas mortales y graves a coste cero no es realista. No invertir, o invertir poco supone miles de tragedias al año», afirma rotundamente Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre.
El informe realizado por dicho organismo señala que, aunque las carreteras de alta capacidad como las autovías y las autopistas son las que más tráfico soportan (65 por ciento del total), tres de cada cuatro fallecidos en siniestros viales se producen fuera de ellas. Asimismo, destaca que la mitad de muertes proceden de siniestros que tienen lugar en vías convencionales, es decir, aquellas que cuentan con un solo carril por cada sentido de circulación. Y es que nueve de cada 10 kilómetros de las carreteras que recorren el largo y ancho de nuestro país están cubiertos por este tipo de rutas.
Pero, ¿por qué suceden estos accidentes? Los principales motivos que están detrás son las salidas de vía por la derecha y por la izquierda, el choque frontal y el fronto-lateral y los atropellos a peatones. Estas causas significan el 69 por ciento de los siniestros con víctimas, índice que aumenta si hay fallecidos (89 por ciento). En este escenario, para evitar salidas de vía por la derecha, se propone la instalación de barreras de seguridad, especialmente para reforzar la protección de los usuarios más vulnerables, como los motoristas.
Los autores del estudio también destacan las guías sonoras longitudinales, que contribuirían a reducir hasta el 21 por ciento de las lesiones en este tipo de vías. Los captafaros reflectantes o comúnmente conocidos como ojos de gato son también elementos clave en la señalización de las carreteras porque ayudan de forma decisiva a mejorar la visibilidad de los conductores y a reducir la siniestralidad.
Resaltan, además, otros como el uso de pavimiento antideslizante en curvas o en intersecciones, más líneas sonoras de borde y más balizas o cebreados en los arcenes. Todas juntas disminuirían la mortandad en casi un 70 por ciento
Medidas contra atropellos
Otro de los asuntos a revisar son los siniestros por atropello a peatones, donde los expertos sopesan que se podrían evitar cuatro de cada 10 si se implantaran normas como reforzar la iluminación en los tramos más próximos a las vías urbanas, así como incorporar sendas peatonales, arcenes o espacios compartidos para viandantes, según indica el estudio.
También abogan por otras iniciativas dirigidas a reducir los siniestros que se producen en vías con ciclistas, como seguir reforzando la señalización que permita advertir de su presencia, tanto fija como dinámica. Otra opción es ampliar la red de rutas ciclistas de tramos con alta circulación, así como usar pinturas antideslizantes.
Cumplir con las normas de tráfico es clave para reducir los fallecidos. Los autores del informe ponen de manifiesto que, por ejemplo, respetar los límites de velocidad reduciría la mortalidad en un 20 por ciento aproximadamente, y que usar el cinturón habría evitado la muerte de tres víctimas mortales durante la pasada Semana Santa.
En este aspecto, Jesús Monclús hace hincapié en la importancia de «revisar a la baja los límites de velocidad en las vías convencionales más estrechas», fijados actualmente en 90 kilómetros por hora para turismos, motos y autobuses y 80 para el resto de vehículos.