Prohíben la pesca con muerte en el tramo del Eresma de Segovia

Nacho Sáez
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Una nueva normativa de la Junta de Castilla y León también impedirá la captura sin muerte entre el 15 de noviembre y el 15 de febrero.

Prohíben la pesca con muerte en el tramo del Eresma de Segovia - Foto: Rosa Blanco

Los aficionados a la pesca tienen un espacio menos para disfrutar de su pasión sin limitaciones. La Junta de Castilla y León ha prohibido la captura de peces con muerte en el tramo del río Eresma comprendido entre la presa de Batanes y el puente situado junto al Centro de Capacitación Agraria. Tampoco estará permitido el uso de cebos naturales ni la pesca en ninguna de sus modalidades, en este caso entre el 15 de noviembre y el 15 de febrero.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León publicó el pasado 31 de enero en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL) una orden para declarar los cotos de pesca, escenarios deportivo-sociales, aguas en régimen especial y refugios de pesca de nuestra comunidad autónoma. Un documento de 858 páginas que dedica un apartado al mencionado tramo del río Eresma, declarado a partir de esta orden aguas en régimen especial. Aunque continuarán categorizadas como aguas no trucheras, a partir de ahora la modalidad de pesca que estará autorizada será la de sin muerte.

Hasta el momento los pescadores no podían capturar y transportar (dar muerte) truchas pero sí otras especies, como gobios y bogas. Un escenario que era aprovechado por algunos aficionados para acudir a esta parte del Eresma tanto como quisieran. «Había gente que iba todos los días de la semana y muchos que luego presumían en redes sociales», apunta un pescador que prefiere no desvelar su identidad.

Un grupo que aspiraba a proteger este entorno acudió hace un lustro al Procurador del Común para conseguir la declaración de aguas trucheras. Argumentaba que solo de esta manera conseguirían que este legado también lo pudieran disfrutar sus nietos, pero no lo lograron: «(...) la especie pescable de mayor interés [...] no es ni mucho menos la trucha común sino otros ciprínidos ibéricos (gobios y bogas, principalmente). La presencia de trucha común debe catalogarse como testimonial. (...) Es un hábitat muy alejado de lo que puede considerarse subóptimo para las poblaciones de trucha», concluyó el Servicio de Caza y Pesca de la Dirección del Patrimonio Natural y Política Forestal de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

Cinco años después, su pretensión no se ha cumplido de forma íntegra, pero la Junta de Castilla y León sí que ha establecido un nuevo marco con la orden publicada el pasado 31 de enero. Además de prohibir la pesca con muerte de cualquier especie, establece un periodo del 15 de noviembre al 15 de febrero en el que estará prohibida la pesca en este tramo del Eresma –que tiene una longitud de 6,63 kilómetros– y fija los cebos y señuelos que podrán utilizar los pescadores. Quedan prohibido los cebos naturales, los anzuelos con arpón y la Administración autonómica sí que da luz verde a las cucharillas con mosca pero solo aquellas que tengan un anzuelo.

«El objetivo es proteger a las truchas en su ciclo de reproducción», apuntan fuentes de la propia Junta en respuesta a los motivos por los que ha puesto en marcha esta nueva normativa, cuyo incumplimiento supone severas sanciones. Las infracciones a la Ley de Pesca de Castilla y León están divididas entre leves, graves y muy graves y las multas oscilan entre los 200 euros y los 60.000 euros. De la vigilancia de su cumplimiento se podrán encargar la Guardia Civil, agentes medioambientales y la Policía Local de Segovia, que tiene competencias en este ámbito y que en este caso desempeñará un papel fundamental ya que el segmento del Eresma afectado por estas restricciones se encuentra en su mayoría en el núcleo urbano de Segovia.

Los defensores de que estas aguas fueran declaradas trucheras pedían a la Junta los estudios realizados de muestreo y conteo de peces vertebrados e invertebrados, pero la Administración autonómica no los tenía. Aun así ahora ha decidido ir un paso más allá en su protección. Hasta la aprobación de la norma que regirá a partir de este momento, el cupo para el aprovechamiento de la trucha era cero –es decir, no se podía pescar con muerte– con el objetivo de que si había una trucha colonizadora se pudiera quedar «dos, tres, cuatro o cinco años», según remarcaban fuentes de la Junta. Aficionados a la pesca apuntan que el Eresma era uno de los pocos espacios de Castilla y León en los que no existe una protección específica para la trucha.