El Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), continúa con la restauración en el retablo mayor y los cenotafios en el interior de la iglesia del Monasterio de Santa María del Parral (Segovia). La intervención se enmarca en el Plan Nacional de Abadías, Monasterios y Conventos y en las actuaciones previstas en el Plan Director del Monasterio -promovido por el Ministerio de Cultura en 2013- y supondrá una inversión total de 812.179,34 euros hasta finales de 2024.
La subdelegada del Gobierno en Segovia, Marian Rueda, y la subdirectora general del IPCE, Susana Alcalde, han acompañado hoy a miembros de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Segovia a una visita en la que han podido conocer in situ el avance de los trabajos. Ya se han realizado las labores de documentación, se han eliminado elementos modernos y la suciedad acumulada generalizada, y se han retirado para su tratamiento las esculturas en situación inestable.
Según informa la Subdelegación del Gobierno en una nota de prensa, en estos momentos, los trabajos se centran en los sepulcros, realizados en piedra dolomía y alabastro por Juan Rodríguez y Lucas Giraldo en 1528. Estos elementos presentan una gruesa capa de cal, coloreada en parte en ocre y gris, ocultando las finas labores de labra. Esta costumbre era habitual a la hora de sanear y blanquear y ha ocultado la calidad artística de estos sepulcros. Su retirada es a día de hoy un reto para la disciplina de la restauración.
Las obras se centran en la ornamentación del retablo. - Foto: DSSiempre atendiendo a los criterios y recomendaciones internacionales, en paralelo se están llevando a cabo otras actuaciones como el rellenado de las uniones entre bloques, el afianzamiento de las esculturas o el cosido de las piezas que conforman la crestería del remate. Estos trabajos ofrecen una visión renovada de los cenotafios y permite apreciar el acabado de las labras tanto en la mazonería como en las esculturas.
Al mismo tiempo, en el retablo mayor continua la limpieza de depósitos acumulados en el reverso, la fijación de la policromía y la realización de pruebas de limpieza. Hay que resaltar que las obras acometidas en 1965 trasformaron la cabecera jerónima del retablo y alteraron así el sentido iconográfico del mismo en su parte inferior. En este sentido, se han eliminado los añadidos, fruto de aquella intervención, para aportar una imagen coherente y no ficticia del retablo.