El éxito como jugadores-entrenadores de ocho de la Segoviana

Nacho Sáez
-

Ocho futbolistas de la primera plantilla de la Segoviana dirigen también equipos en las categorías inferiores en una iniciativa de esta temporada que tiene entusiasmado a todo el club.

Pedro Astray y Davo, durante un partido del equipo cadete-juvenil femenino. - Foto: Juan Martín/ Gimnástica Segoviana

Silva termina el entrenamiento con el equipo alevín B de la Gimnástica Segoviana y coge el coche para desplazarse a La Lastrilla, donde unos minutos después dirigirá la sesión de la primera plantilla femenina. Es parte de su rutina semanal. Una rutina sin embargo atípica para un futbolista profesional que se ha extendido esta temporada en la Segoviana. Ocho integrantes de su primer equipo ejercen de entrenadores al mismo tiempo en las categorías inferiores, una novedad de esta temporada que tiene entusiasmados a los responsables de la entidad, a los miembros de la cantera, a sus familias y a los propios futbolistas. 

«Hacer esto me da mucha felicidad», señala Davo, uno de los jugadores con más caché en estos momentos no solo de la Segoviana sino de toda la Primera RFEF. Él dirige junto a su compañero Pedro Astray el equipo femenino de cadetes y juveniles. «Las tres tardes que estoy con ellas me dan un plus. Al final mi familia y mis amigos están en Galicia», cuenta en conversación telefónica con la alegría que siempre suele mostrar fuera del campo. La misma que ya trataba de inculcar cuando hizo sus primeros pinitos como entrenador de base en su ciudad natal, Redondela (Pontevedra).

A la directiva de la Segoviana no le costó convencerle de que continuara con esta labor aquí. Como tampoco a los otros siete jugadores que se han implicado, a pesar de que no hay ningún incentivo económico, según asegura el directivo Álvaro Gil, el promotor de esta idea. «Llevaba años intentando que jugadores del primer equipo formaran parte de la estructura de la cantera y este año ha sido el primero que lo hemos conseguido de verdad, aunque el año pasado nos echó una mano Javi Borrego y alguna vez Diego Gómez», explica. Se lo propusieron a todos y dieron el paso ocho: los mencionados Silva, Davo y Pedro Astray, Javi Borrego (que entrena al primer equipo juvenil), Abel Pascual (juvenil B), David López (benjamín C), Palmero (benjamín B) y Li (porteros).

Todos tienen algún tipo de titulación y están arropados por segundos entrenadores y delegados para relevarles cuando los entrenamientos  o los partidos les coinciden con sus compromisos con el primer equipo. Que ya ha sucedido en alguna ocasión. «Cuando ha ocurrido no dejo de actualizar la página de la Federación a ver si cambia el resultado, le he mandado mensajes a Barto (el exjugador, que nos echa una mano) aunque él estuviera en pleno partido y no me pudiera contestar...», revela Davo, que admite que su forma de ser como entrenador se parece mucho a su yo dentro del campo: «Creo que soy igual de loco. Corro por la banda, grito, intento que haya mucha intensidad...».

Abel Pascual se reconoce en su casa comiendo y pensando cómo debe marcar a tal o cual rival o cómo puede mejorar su entendimiento con su compañero habitual en el centro de la defensa, Sergi Molina, y a los pocos minutos analizando cómo podría plantear el próximo partido del juvenil B, al que entrena. «Tengo que admitir que soy un enfermo, pero es que el fútbol es mi pasión, me encanta», remarca este aspirante a entrenador profesional en el futuro. Ahora mismo los martes, jueves y viernes tiene una cita con unos chavales que están invictos en la Primera División Provincial de Juveniles. Llevan nueve victorias en otros tantos partidos. «Con el fallo técnico no soy nada estricto. Sé lo que es estar ahí dentro, la presión, tener un día malo y que se vayan los controles... Nunca echo una bronca a un jugador por fallar un pase pero sí que pido que haya intensidad y que las directrices tácticas se cumplan», desvela.

Los Abel Pascual, Davo, Silva, Pedro Astray, Javi Borrego, David López, Palmero y Li, que pueden dar rienda suelta a esta faceta porque sus entrenamientos con la primera plantilla son por las mañanas, aplican la filosofía de trabajo con la cantera en la que la Segoviana ha confiado a lo largo de la última década. «Que un jugador del primer equipo les entrene genera una ilusión tremenda a los chavales, ellos están teniendo un compromiso bestial –no fallan ni un solo día– y te dan un punto de vista de futbolista que no te pueden dar los entrenadores  y se está generando una comunión entre el primer equipo y la cantera impresionante», resalta el responsable de las categorías inferiores, Roberto Álvarez.

Los resultados avalan hasta el momento la iniciativa e incluso algún equipo ha pedido entrenar más días. «De infantiles y cadetes no puedes decir todavía que vayan a llegar, pero muchos tienen condiciones. Hay calidad en la cantera y los juveniles que han subido al primer equipo han dado una barbaridad de nivel. A nosotros esto nos hace involucranos más en la Segoviana», subraya Silva.