Fue Adelita, una amiga de su madre, la que le recomendó que se presentara a las pruebas de oposición para una plaza de ordenanza en el Ayuntamiento de Segovia. Entonces, Francisco del Caño trabajaba en la tienda de Salcedo y por hacer caso a su madre, decidió prepararse el temario y a finales de 1982, consiguió la plaza de ordenanza con la que comenzó una trayectoria de cuatro décadas en la Casa Consistorial como funcionario y en paralelo, un recorrido como atleta primero y como agitador y dinamizador cultural después.
Pero el tiempo pasa inexorable, y cuarenta años después, Del Caño recoge sus bártulos municipales y deja el Ayuntamiento por mor de una bien ganada jubilación; y aunque asegura que "ya es hora de descansar", quien le conoce sabe que su espíritu inquieto y emprendedor no le dejará parar quieto, más ahora que dispone de un tiempo libre que en un principio quiere dedicar a atender a su madre y a ordenar un inmenso archivo de documentos y fotos que ha ido recopilando a lo largo de su vida y que aumenta año tras año.
Los recuerdos se agolpan en la privilegiada memoria de Paco, que recuerda casi fotográficamente sus primeros años en el Ayuntamiento, donde la Casa Consistorial de la Plaza Mayor albergaba todos los servicios municipales y en la que empezó en un pequeño habitáculo habilitado a la entrada en el que inicialmente se dedicó a la atención telefónica en la entonces precaria centralita municipal.
"El Ayuntamiento ha sido para mi una escuela en la que siempre he estado aprendiendo, y no lo digo en su lado de ir a clase, sino por la cantidad de gente que conoces y que te aporta conocimientos", señala el ya jubilado conserje.
Del Caño ha visto pasar por la sede municipal la práctica totalidad de los alcaldes de la etapa democrática, y comenzó a trabajar con José Antonio López Arranz como regidor. "Cuando le veo por la calle le saludo como "mi alcalde" porque es con quién empecé en el Ayuntamiento – explica- pero de todos guardo un gran recuerdo". Pese a ello, no duda en destacar su relación con el alcalde Juan Antonio Perteguer - "el único alcalde con el que he tomado café"- y el agradecimiento a Pedro Arahuetes, cuya corporación le otorgó en 2014 un merecido homenaje; y a la hora de recordar su periplo municipal, evoca con emoción al que fuera Secretario Municipal Hipólito Moldes Teo, al que no duda en definir como "mi maestro" en las lides municipales.
Entre sus recuerdos está su etapa como atleta, donde fue especialista en fondo, y que le llevó a representar a Segovia con el Club Blume en prestigiosas pruebas atléticas por toda España. En su etapa deportiva, Del Caño no olvida al que fue su entrenador Isaac Sastre, al que considera que Segovia "le debe un reconocimiento dando su nombre a alguna instalación deportiva" por todo lo que ha hecho por el deporte segoviano, y asegura con orgullo que es el único atleta en el palmarés de la San Silvestre segoviana que ha obtenido el primero, el segundo el tercero y el cuarto lugar en distintas ediciones. También destac su participación en el Cross de Cantimpalos, una prueba "que siempre me ha gustado correr, por sus especiales características y motivación.
Su etapa deportiva quedó atrás, pero no su inquietud por poner su granito de arena en la historia de la ciudad. Fruto de este interés nace la Asociación Cultural 'Plaza Mayor', de la que es factótum y cabeza visible y que ha generado una intensa actividad en la que destaca por encima de todo el Ciclo de Música en los Corralillos, que pone en valor estos recónditos espacios del centro histórico que en las últimas semanas del verano se llenan de música y folclore tradicional. Del Caño acuñó la frase "la perla de la cultura segoviana" para definir esta iniciativa que asegura que es "única en España por su idiosincracia" y por la que han pasado artistas como Ismael, Nuevo Mester de Juglaría o incluso Karina.
La asociación promueve también iniciativas como 'El Tren de las Emociones' con las que evoca el pasado ferroviario de Segovia; las verbenas populares o la colección de 36 publicaciones en las que consigue reunir la historia de la ciudad desde vertientes poco conocidas. La edición de estas revistas supone no pocos quebraderos de cabeza para su editor, al que la amistad de sus colaboradores le facilita mucho las cosas a la hora de sacar adelante sus proyectos.
Del Caño presume de no tener teléfono móvil ni redes sociales y asegura que "para comunicarse con las personas no hace falta teléfono móvil, sino tener interés por comunicarse y acudir a las personas que pueden aportar ideas y proyectos". Pese a ello, la nueva etapa en su vida tras la jubilación le está haciendo plantearse entrar en el universo digital, y asegura que "estoy empezando ya a mirar para instalar internet en casa y tener un móvil, pero tampoco quier pasarme el día contestando correos o pendiente del móvil". De lo que hay que estar seguro es de que su figura seguirá apareciendo en todos los actos públicos posibles en los que, pertrechado con su cámara digital, dejará constancia en su archivo. "Antes solo me quedaba un rato para hacer las fotos, pero ahora tendré mas tiempo y podré quedarme a escuchar las conferencias o los conciertos". Ventajas de la jubilación...