La dulzaina del Tio Tocino

M.Galindo
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El dulzainero y constructor Martín López Llorente realiza una réplica exacta del instrumento con el que Paulino Gómez recorrió los pueblos de Castilla en la primera mitad del siglo XX

Martín López, en su taller. - Foto: Rosa Blanco

Ébano, alpaca y la pericia de las manos expertas de un dulzainero que lleva el folclore castellano en la sangre han conseguido recrear la dulzaina con la que Paulino Gómez (1882-1960) conocido como 'Tocino de Abades' o 'el Tío Tocino' recorrió Castilla llevando a todos sus pueblos la esencia de la música tradicional en fiestas y romerías durante la primera mitad del siglo XX. El dulzainero y constructor segoviano Martín López Llorente ha dedicado cerca de seis meses de trabajo a crear una réplica exacta del instrumento del dulzainero nacido en Abades, considerado como uno de los más importantes del folclore castellano, cuyo recuerdo aún permanece indeleble tanto en los intérpretes que le precedieron como en los pueblos que recorrió con su música.

López Llorente recibió con emoción el encargo de construir una réplica de la emblemática dulzaina, que le llegó a través del también dulzainero cuellarano Daniel Suárez, que quería sentir en sus manos la misma emoción que sentía el Tio Tocino al interpretar jotas, entradillas o reboladas. No fue tarea fácil. El constructor tuvo que realizar una amplia labor previa de documentación para ver las características de esta dulzaina, que se conserva en un museo de instrumentos tradicionales ubicado en Navarra hasta el que se desplazó para poder tomar fotografías y realizar mediciones con las que poder replicar el instrumento.

A Martín le llamó poderosamente la atención el desgaste del instrumento en llaves y orificios, que prueba que su uso era constante durante todo el año debido a que 'Tocino' «era un dulzainero muy requerido en su época, y en las fiestas habia muchas actuaciones en un solo día, y muchos días de actuación a lo largo del año». Con todos los datos ya en la mano, llegó la hora de iniciar la construcción, que obligó a Martín a incorporar técnicas distintas a las que emplea habitualmente en la construcción de dulzainas con el fin que el ensamblaje de las 95 piezas de las que consta el instrumento no solo consiga reproducir fielmente su aspecto, sino también su sonido. Todas ellas han salido de su propio taller, lo que ha enlentecido el proceso de construcción, ya que Martín López quiso también tener una réplica propia del instrumento, por lo que en lugar de una, construyó dos dulzainas idénticas.

El resultado final hace indistinguible la dulzaina que en fotos antiguas porta el dulzainero de Abades creada en 1914 por el constructor vallisoletano Ángel Velasco de la construida por el segoviano casi 120 años después, lo que para Martín López supone una satistacción como dulzainero y como músico. La precisión por el detalle llegó a tal extremo que el dulzainero segoviano buscó el mismo moleteado que adorna el cincho de la dulzaina de 'Tocino', lo que prueba el respeto que profesa al histórico intérprete segoviano.

La dulzaina incluye también elementos de construcción que no eran habituales, como la instalación de un aro incrustado en la parte superior al estilo de lo que se hace en instrumentos de viento como el clarinete. No es la primera vez que López Llorente emprende proyectos de restauración o arreglo de dulzainas antiguas, que le llegan al taller por encargo de familiares de dulzaineros que conservan estos instrumentos, pero en esta ocasión, el proyecto le obligó a «partir de cero» sobre la base de la documentación obtenida, y se siente satisfecho con el resultado obtenido.

De hecho, ya ha probado la dulzaina en algunas actuaciones y asegura que su afinación y sonido «me recuerda al de las grabaciones que he escuchado del Tío Tocino en aquellos primeros discos de pizarra que oía con mi padre y que me despertaron la pasión por la dulzaina», aunque señala que el úso continuado del instrumento será el que vaya atemperando y tamizando el sonido hasta conseguir la perfección. La pasión por la fiesta y las tradiciones lleva a Martín a disfrutar y hacer disfrutar a los ciudadanos no solo con la música de dulzaina, sino con espectáculos tradicionales ya en cualquier festejo local como los carretones de toros y los cabezudos que acompañan cualquier celebración o desfile de fiestas.

A través de su empresa Tirotateiro, recorre la geografía provincial durante todo el año para salsear las fiestas patronales de los pueblos con sus espectáculos, en los que él mismo es parte activa como dulzainero y coordinador, y hace pocas semanas ha recibido el encargo oficial del Ayuntamiento de Segovia para el diseño y construcción de una efigie para incorporar al grupo de cabezudos que desfilan en la capital que evoque la figura del dulzainero y folclorista Mariano San Romualdo 'Silverio'. López asegura que esta pieza representa «mucho más que un trabajo, porque es el reconocimiento a un músico que forma parte de la historia del folclore segoviano» por lo que realizará a conciencia la imagen del patriarca de una saga siempre vinculada a las fiestas de Segovia que quedará ya representada para siempre con esta figura. Confía en que el próximo año ya podamos ver a 'Silverio' integrando el grupo de cabezudos en Segovia, y asegura que «sería buena idea ir incorporando otros emblemáticos personajes de Segovia» a esta peculiar nómina.