Diego López afronta su tercera legislatura al frente del Ayuntamiento de Campo de San Pedro, localidad que cuenta con 259 habitantes según los datos de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE). La localidad se sitúa en el nordeste de la provincia y la conforman tres núcleos de población: Campo de San Pedro, Fuentemizarra y Valdevarnés.
¿Qué le ha animado a volver a presentarse como alcalde de la localidad?
Principalmente porque al final en los pueblos no sobra gente, y nosotros apostamos porque los pueblos sigan adelante y no decaigan más de lo que lo hacen por sí solos. Tenemos la suerte de tener un equipo con ilusión y con proyectos por hacer, aunque no tenemos sueldo.
¿Qué es lo mejor de ser alcalde?
Cuando las cosas se hacen con ilusión, lo mejor es que crees que tienes ideas, potencial y que eres capaz de compensar los pros y los contras. Y a todos nos gusta que cuando haces cosas buenas y beneficiosas te lo reconozcan, esos momentos son muy bonitos.
¿Y lo peor?
Cuando ves que los vecinos se enquistan en cosas banales y la falta de capacidad presupuestaria para hacer todo lo que nos gustaría. Te desilusionas mucho cuando las cosas no salen bien. Además, es difícil trabajar con las administraciones públicas porque hay proyectos que son fáciles de desarrollar pero que no llegan.
¿Cómo afronta esta legislatura?
De momento, bastante bien. La gente apostó por nosotros más de lo que esperaba y renovamos una mayoría absoluta. Es gratificante saber que la gente sigue pensando que lo estamos haciendo bien.
¿Cuáles son los principales proyectos de la legislatura?
Tenemos previstos dos básicos. El primero es que queremos hacer visible para el turismo y los centros educativos una zona de buitres leonados que tenemos en Campo de San Pedro; y es que en Montejo de la Vega de la Serrezuela es donde viven y crían, pero aquí es donde comen. Nuestra idea era hacer miradores, pero ahora tenemos un problema con Unión Fenosa ya que hay cables de alta tensión en la zona, por lo que la burocracia nos obliga a hacer otra idea distinta que estamos desarrollando. El segundo, es la cobertura móvil. Llevamos dos años con la fibra óptica y funciona bien, pero no tenemos cobertura móvil. A esto se suma la lucha por la sanidad pública, y es que cada vez nos van quitando más servicios y no queremos perder más. Esto no es la España vaciada, es la España que resiste.
Además, a nivel de comarca me gustaría que los planes de los polígonos industriales se pudieran desarrollar lo antes posible, algo muy etéreo pero necesario. Nosotros tenemos polígono y terreno, pero por ejemplo Boceguillas tiene potencial industrial y estamos apostando porque se intente promocionar lo antes posible porque no nos podemos permitir el lujo de perder el tiempo.
¿Han aprobado los presupuestos de 2025? ¿Dónde irán destinadas las principales partidas?
Sí, con un montante de unos 400.000 euros. Los hemos cuadrado bastante bien porque no nos podemos permitir despilfarrar.
La partida más grande va destinada a infraestructuras ya que tenemos que mantener el colegio, la guardería, el comedor social, etc.
¿Hay algún proyecto pendiente de otras legislaturas?
Tenemos pendiente continuar con el plan de asfaltado de calles y queremos poder seguir dando cobertura a Codinse en el comedor social.
En el último pleno, el Ayuntamiento aprobaba una moción para instar al Ministerio de Transportes y la empresa Alsa el cumplimiento del contrato de gestión del servicio público de transporte regular.
Sí. Esto se debe a que la empresa concesionaria de las líneas Burgo de Osma -Madrid y Aranda de Duero -Madrid no cumplen los compromisos pactados. La gente nos dice que no les recogen y que se han suprimido dos de las cuatro paradas. Yo entiendo que hay rutas deficitarias, pero por eso están subvencionadas y hay que cumplir los requisitos para que la gente tenga una movilidad adecuada. Nosotros no obligamos porque no tenemos capacidad, pero sí que pedimos a través de esta moción que se cumplan los compromisos pactados.
Campo de San Pedro tiene pendiente de aprobar en el pleno la construcción de una nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales cofinanciada entre la Junta de Castilla y León, la Diputación y el Ayuntamiento.
Estamos sopesando hacer otro tipo de depuradora, porque no lo que no puede pretender la Junta es poner una depuradora en nuestra localidad de casi 500.000 euros. En la parte correspondiente al Ayuntamiento, nosotros somos incapaces de subir los impuestos, y es que no tenemos recursos como montes de utilidad pública, lo que significa que no tenemos ingresos más allá de los impuestos. No tenemos capacidad para pagar la depuradora que nos proponen y no podemos hipotecar a este Ayuntamiento otros 20 años.
Además, se han portado muy mal con nosotros, nos hemos enterado de que estaban haciendo las calicatas porque nos rompieron la tubería general. No avisaron.
¿Qué necesidades ve en el pueblo?
La cobertura. Actualmente estamos hablando con empresas telefónicas para ver si es posible solventarlo. Y la sanidad. Estamos intentando sujetar a los médicos que tenemos en la comarca. En lo que se refiere al tema municipal, teniendo solventando el día a día vas tirando.
¿Qué medidas se llevan a cabo desde el Ayuntamiento para evitar la despoblación?
Nosotros tenemos dentro del Plan Rehabitare de la Junta tres viviendas puestas en alquiler para personas que lo necesiten. Ahí sí que agradezco que la Junta actuara en nuestro pueblo. Además, tenemos también cinco viviendas municipales alquiladas.
Por el momento, tenemos un proyecto aún sin desarrollar porque no tenemos capacidad monetaria, pero queremos hacer otras cuatro viviendas. Tenemos el terreno y me gustaría que fuera una prioridad, pero no capacidad, así que esperamos que nos ayuden desde las instituciones.
¿Algo que añadir?
Me gustaría que la Diputación diera más facilidades a los municipios en lo que se refiere al tema de las ruinas urbanas. Después de que la gente se fuera en los años 70 y 80, muchas casas se quedaron vacías y se han ido heredando, pero los hijos no vuelven y las ruinas se quedan en el pueblo. Hay veces que no sabes ni a quién mandar las notificaciones de derribo porque son varios herederos o no quieren hacerse cargo. Y es que los proyectos de ruina son muy tediosos y es algo que nos gustaría que se pudiera solventar rápidamente, porque si se está cayendo una casa, los vecinos no tienen que verse afectados. Desde que empiezas un proyecto de ruina hasta que lo ejecutas pueden pasar entre cuatro y cinco años, y a veces tienes que actuar de motu propio para que no cause un problema.
Por otro lado quiero agradecer a la Asociación Cultural Los Silos su trabajo de dinamización de la zona.