Con tres meses de retraso sobre el plazo de ejecución previsto en el contrato, y a falta del soterramiento completo del cableado, año y medio después de su inicio el Ayuntamiento ha recibido esta semana las obras de reurbanización del eje Catedral-Alcázar, que forman las calles de Marqués del Arco y Daoiz y las plazas de La Merced y de Juan Guas, posiblemente las más concurridas por turistas después de la Calle Real.
El día 1 se dio ya paso a los vehículos autorizados por todo el eje que, cuando entré en vigor la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), será peatonal, con las excepciones contempladas en la ordenanza aprobada recientemente. También el microbús de la Línea 10 ha recuperado su recorrido habitual, con paradas en La Merced y Juan Guas.
La Asociación de Vecinos de San Andrés había solicitado hace días una reunión con responsables municipales para conocer al detalle todas las medidas que lleva aparejada la finalización de las obras, especialmente las relativas a la movilidad y al estacionamiento, ya que también se han recuperado las plazas suprimidas durante las obras en Marqués del Arco y La Merced y han dejado de tener validez las reservas de aparcamiento para residentes en la plaza de San Esteban y en el paseo de San Juan de la Cruz. De momento, la única respuesta ha sido una nota de prensa.
La Plaza de la Merced recupera plazas de estacionamiento, aunque está pendiente el repintado de la señalización de zona verde. - Foto: DSEn general, entre el vecindario de la zona afectada son mayoría los que están satisfechos con el resultado de esta intervención municipal, a la espera del funcionamiento a medio y largo plazo tanto de los pavimentos como, sobre todo, de las redes de servicios de abastecimiento y saneamiento. Un residente señalaba el pasado jueves en la intersección de Marqués del Arco con la plaza de la Merced, que los edificios de esa zona iban a notar la mejora porque han sido sustituidas tuberías con fugas que motivaban humedades recurrentes.
Por otra parte, a pesar de que las obras se han alargado aproximadamente tres meses más de lo esperado, la mayoría de vecinos valora las medidas adoptadas para minimizar molestias y la señalización.
Perjuicio económico. La prolongación de las obras más allá del plazo de ejecución ha sido, sin embargo, un jarro de agua fría para negocios de este importante eje turístico y varios empresarios han manifestado que presentarán reclamaciones por el perjuicio económico sufrido al verse «obligados» a cerrar «entre semana» porque «prácticamente el tramo era intransitable y no pasaba nadie». Hay que tener en cuenta que, aunque la señalización de prohibido el paso por las obras recogía excepciones, los visitantes han utilizado vías alternativas, básicamente la calle Velarde.
Esa situación mejoraba algunas tardes, desde las 14 horas, y los fines de semana, porque la empresa adjudicataria sí se ha esmerado en dejar preparados los accesos cuando se interrumpían los trabajos.
Las obras, que comenzaron en el mes de febrero de forma visible, han sido ejecutadas por la empresa OPYSER, Urbanización y Obra Pública S. L. y han supuesto una inversión de 851.200,24 euros (IVA incluido), de los que 637.339,55 euros proceden de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia gracias a una subvención para proyectos de movilidad obtenida en el anterior mandato municipal.
Queda pendiente el soterramiento del cableado de Telefónica, que esta empresa debería acometer de inmediato en virtud de un convenio acordado con el Ayuntamiento.