Cuenta Bonifacio Sanz, que ya desde que fue alcalde de Santiuste de Pedraza, hace algo más de una década, tenía «un sueño: realzar de alguna manera el entorno del Praillo, situado entre dos de los cuatro barrios del municipio, Urbanos, de donde es natural, y Chavida. Tiempo atrás se acondicionó otro entorno, el del Pontón, entre Urbanos y La Mata, y considera que quedaba pendiente enlazar, con otro «punto de encuentro», estos tres barrios unidos por una carretera. El cuarto barrio es Requijada. Por eso él es el promotor de la construcción de un pequeño salto de agua junto al antiguo abrevadero de ganado que había en la zona. Junto a un grupo de vecinos, y con el beneplácito del Ayuntamiento, han sufragado de su propio bolsillo el coste de los materiales y algunos de ellos han ejecutado directamente la obra, a tiempo para estrenarla este año y celebrar la romería de Santa Isabel en el mes de julio.

En conjunto, la obra, además de acondicionar el pilón con su fuente, ha incluido toda la reguera del desagüe del abrevadero, donde se han colocado piedras.

Sanz cuenta que se trata de un paraje natural con mucho arraigo y donde, como recoge la web de turismo de la Diputación Provincial (segoviaturismo.es), se conserva una escultura de la Virgen del Praillo o de Santa Isabel, una imagen tallada en piedra, que en su momento estuvo policromada, dentro de una hornacina enmarcada por un frontón.

Pequeño salto de agua, en el pilón o abrevadero de ganado del Praillo, en Santiuste de Pedraza - Foto: Bonifacio Sanz

En ese lugar se encuentra también un potro de herrar, elemento etnográfico muy frecuente en la provincia y especialmente en los municipios que, como Santiuste de Pedraza, pertenecen a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza.

En definitiva, la romería de este año ha tenido un nuevo aliciente. Según Bonifacio Sanz, esta fiesta, desde hace unos años se celebra el primer sábado del mes de julio para aprovechar la presencia en el municipio de los 'vecinos de fin de semana', pero que tradicionalmente se realizaba el 2 de julio.  

«La fiesta consiste en una romería, desde la iglesia que está en el barrio de La Mata hasta la hornacina de la Virgen que está en el Praillo. Se celebra allí la misa y hay un ofertorio. Participan gentes llegadas de los tres barrios unidos por la carretera que, después de la misa y el ofertorio, se desplazan a la zona más lúdica, una explanada que hay alrededor del pilón, que en su momento también se acondicionó y donde está también el potro de herrar».

Romería de Santa Isabel, del barrio de Urbanos, el pasado 6 de julio. - Foto: Bonifacio Sanz

El Ayuntamiento ofrece en ese lugar un aperitivo a los asistentes, mientras un grupo de música tradicional, con dulzaina y tamboril, ameniza la fiesta.

No es una romería multitudinaria, es más una celebración local, pero sí muy querida, sobre todo en Urbanos pero también en los otros dos barrios más próximos: La Mata y Chavida.

Llama la atención la fecha original de la celebración de esta romería, el 2 de julio, porque los vecinos de  Santiuste de Pedraza dicen que ese día se conmemora la festividad de la Visitación de la Virgen, por la visita que, embarazada de Jesús, realizó a su pariente Isabel, embarazada a su vez de Juan el Bautista, según el relato del Evangelio de Lucas. Pero resulta que, aunque fue así desde el siglo XIII hasta 1969, tras la celebración del Concilio Vaticano II, la festividad se trasladó al 31 de mayo, fecha que han mantenido desde entonces la mayoría de calendarios católicos y anglicanos. Hay excepciones, como Alemania o Eslovaquia, donde sus conferencias episcopales decidieron mantener la fecha del 2 de julio y, por lo visto, también en Santiuste de Pedraza hasta hace relativamente pocos años.

Por otro lado, el pasaje del Evangelio de Lucas, el único evangelista que recoge esta visitación, incluye las palabras de Isabel del «Ave María», oración mariana por antonomasia del catolicismo, y la respuesta de María a modo de cántico, conocida como el «Magníficat».

El agua del Praillo, agua que tanto significado cobra en los evangelios - entre otros pasajes, precisamente en el bautismo de Jesús por Juan el Bautista-, el agua fuente de vida, es testimonio, con mayor realce si cabe desde este año, de la riqueza etnográfica de Santiuste de Pedraza y testigo de una de sus tradiciones más antiguas.