Castilla y León consiguió el mayor crecimiento del Índice de Producción Industrial (IPI) del país en el año 2024, al registrar un crecimiento medio del 3,9 por ciento con respecto a la totalidad de 2023. Este dato le sitúa más de tres puntos por encima del crecimiento nacional en el conjunto de 2024, que se situó en un 0,7 por ciento.
Así lo reflejan los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por la Agencia Ical, que por el contrario, sitúan a Castilla y León a la cola en producción industrial en el último mes del año, al registrar una caída del 3,5 por ciento con respecto a diciembre de 2023. Esto se puede explicar por los buenos datos de este sector en los últimos meses del pasado año y que se mantuvo durante, al menos, la primera mitad de 2024, lo que se refleja en el dato medio de la anualidad pasada pero repercute en que tanto en noviembre como en diciembre, el IPI cayera en la Comunidad.
A nivel nacional, las mayores tasas de crecimiento medio durante el conjunto de 2024, tras Castilla y León, se registraron en Cataluña (3,4 por ciento), La Rioja (2,6 por ciento) y la Comunidad Foral de Navarra (2,4 por ciento), mientras que cayó un 4,4 por ciento en Baleares, un 3,9 por ciento en Cantabria y un 2,8 por ciento en la Comunidad Valenciana.
En lo que se refiere al último mes del año, fue La Rioja la que experimentó un mayor crecimiento, del 13,1 por ciento, seguida de Andalucía (11,3 por ciento) y Asturias (10,6 por ciento). Estos datos, así como el crecimiento de la media nacional, del 4,7 por ciento, contrastan no solo con la caída del 3,5 por ciento en diciembre en Castilla y León, sino con las bajadas del 1,5 por ciento en Galicia y del 0,6 por ciento en Extremadura.
Por otra parte, según el INE, la variación del Índice de Producción Industrial corregido de efectos estacionales y de calendario presentó en diciembre un aumento del 2,1 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, y la tasa respecto a noviembre fue 2,2 puntos superior.
Por sectores, y en índices corregidos de efectos estacionales y de calendario, los bienes de consumo no duradero registraron un crecimiento del 3,9 por ciento, mientras que los bienes de consumo duradero registró una caída del 1,9 por ciento.