Aquel proverbio chino de que el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo cobra más sentido en el actual mundo globalizado. El último ejemplo es la crisis del mar Rojo, donde la obstrucción por parte de los rebeldes hutíes de una de las principales arterias del comercio global está repercutiendo en las economías de numerosos países. El crudo ha subido y las empresas de gran consumo han alertado del potencial efecto sobre los precios de este conflicto. A nivel local, empresas segovianas también se están viendo afectadas, tal y como reconocen el presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES), Andrés Ortega, y la presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia, María José Tapia.
Las compañías de Segovia exportaron e importaron el año pasado productos por valor de 663,9 y 351,1 millones de euros, respectivamente, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. De esas cantidades, por vía marítima fueron 101,8 millones de euros entre las exportaciones y 43,8 millones de euros entre las importaciones. Y en concreto a través de la ruta que afecta al mar Rojo 9,8 millones y 17,7 millones.
Esas cifras aumentaron en 2023 a pesar de que las estadísticas todavía no reflejan los resultados del mes de diciembre. Hasta el mes de noviembre las exportaciones aumentaron un 3,3 por ciento, y las importaciones, un 9,2 por ciento. Las empresas segovianas también incrementaron su internacionalización en esa ruta que conduce a través del mar a países como China, Japón, Corea del Sur, India o Arabia Saudí, donde el comercio exterior de Segovia se elevó por encima de los 38 millones de euros.
Ese seria el dinero que estaría amenazado por la escalada de tensión en Oriente Medio. Lejos de ser una gran potencia industrial, Segovia tiene intereses en la ruta del mar Rojo. «Sobre todo en cuanto a las importaciones de materias primas y también productos terminados procedentes de China, Japón e India principalmente», subraya el presidente de la FES, Andrés Ortega, quien lo está sufriendo en sus propias carnes en su empresa, Ambientair. Los desplazamientos de las navieras van con retraso. Para evitar los ataques de los hutíes, están tomando un largo desvío alrededor del continente africano ante la imposibilidad de dirigirse hacia el mar Rojo y atravesar el Canal de Suez en sus viajes de Asia a Europa.
«El problema es que las empresas tienen cerrados contratos con sus clientes para entregar sus productos en un determinado plazo. Estamos animando a esas empresas a que hablen con sus navieras y con sus abogados para conseguir certificados y que puedan alegar que es una causa de fuerza mayor», apunta la presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia, María José Tapia. Otra de las preocupaciones es el aumento del precio de los fletes, es decir, del servicio de transporte de mercancía. Antes de que comenzara esta crisis, hace solo unos días, el coste se situaba en unos 1.800 dólares; esta semana, en 8.000, según información proporcionada por el presidente de la FES. «Nos está haciendo recordar todo lo que pasó en la época del covid. Volvemos a trabajar con incertidumbre», concluye Ortega.
La navegación de buques comerciales a través del canal de Suez, que conecta el mar Rojo con el Mediterráneo, se vio reducida durante este enero un 30% como consecuencia de los ataques cruzados entre los rebeldes hutíes del Yemen y Estados Unidos. El canal de Suez es, hasta ahora, la ruta más segura, rápida y económica en comparación con la del cabo de Buena Esperanza, pero las consecuencias de los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen a barcos cargueros complican el escenario para muchas navieras.
La consecuencia inmediata es que las entregas se retrasan y los costes se elevan, aunque por ahora se descarta que haya riesgo de desabastecimiento. Para hacerse una idea, mandar un contenedor a China cuesta cuatro veces más que hace poco más de un mes, cuando los costes de fletes estaban en unos 1.800 dólares, mientras que ahora para traer un contenedor desde Asia hasta Europa hay que pagar alrededor de 8.000 dólares, según señala el presidente de la Federación Empresarial Segoviana, Andrés Ortega. Además, hay navieras que ya han suspendido sus rutas y otras las han desviado por África, por el cabo de Buena Esperanza.