"Soy fotógrafa por accidente». La afirmación no deja de sorprender en boca de Mayte París, hija de uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX en Segovia y heredera de su peculiar y reconocible estilo a la hora de plasmar la realidad en imágenes.
Y es que la primogénita de Félix París estudió Magisterio y la carrera de piano, mundos alejados de cámaras y carretes, pero la profesión de su padre le obligaba de vez en cuando a echarle una mano ayudándole en bodas y eventos a llevar las bolsas del equipo con el que se trasladaba a cumplir con su trabajo, sembrando así la semilla de lo que años más tarde germinó en una nueva generación de profesionales.
Han pasado más de 40 años desde que aquella jovencita de 17 años empuñara por primera vez una máquina compacta alemana y una pesada Praktica con chasis de metal que aún conserva, y la fotógrafa conserva intacta tanto las cámaras como el espíritu emprendedor y artístico que recibió de su padre, cuyo retrato con el violín con el que acudía fiel a su cita con la interpretación del Villancico a San Frutos en la Catedral preside la tienda que mantiene en la calle de San Francisco.
La carrera de Mayte París es, literalmente, de luces y sombras. Su apuesta estética y profesional se ha basado siempre en el dominio del difícil arte de buscar volúmenes en retratos y composiciones a través de la luz, empleando para ello una combinación de iluminación cuyo secreto promete llevarse «a la tumba» y dejárselo como legado a su hijo Víctor, que aunque parece encaminar su futuro profesional hacia la ingeniería informática «hace muy buenas fotos, y yo creo que lleva dentro el duende».
Mayte París no es enemiga de las nuevas tecnologías, pero prefiere emplearlas de manera similar a la que el pintor emplea los pinceles para que los retoques estén aunque parezcan imperceptibles. Así, a la hora de realizar un retrato fotográfico apuesta por la sencillez, ya que trata de dar siempre el protagonismo a la persona que se acerca a su estudio. «Yo creo que a una buena foto le sobra todo lo de alrededor, porque cada persona va a ver la imagen o el conjunto de manera diferente.
Para mi, la gracia está en la luz, creo que un retrato tiene que tener luz y mirada, porque el ser humano es mirada, y me gusta también buscar detalles como las manos, que hablan mucho de una persona», asegura la artista.
La magia de las luces y las sombras ha sido siempre la seña de identidad de la familia París, aunque Mayte precisa que a la hora de aplicarla en una composición «soy más agresiva que mi padre, porque me gusta jugar con los volúmenes».
Su periplo profesional le ha llevado a tocar muchos palos, desde los más convencionales como las fotografías de bodas, comuniones o eventos sociales y profesionales hasta el mundo de la moda o los toros, faceta esta última que le llevó a realizar una recordada exposición de fotografía taurina en Madrid con la que alcanzó gran notoriedad.
En un mundo masculino como el de la fotografía, Mayte París nunca se ha sentido orillada por sus compañeros, y asegura que «yo no soy de encontrarme barreras y pararme en ellas, sino de saltármelas». Además, recuerda que la mujer ha sido siempre fundamental en el trabajo fotográfico de su familia, ya que «siempre estábamos a la sombra para ayudar en las labores técnicas o bien para atender en la tienda, que es algo fundamental».
Desde hace once años, Mayte París pone su talento y su imaginación al servicio de la Asociación Sindrome de Down Segovia (ASIDOS) para ilustrar el calendario anual cuya venta sirve para financiar las actividades asistenciales de este colectivo. Lo que comenzó siendo una colaboración puntual se ha convertido en un acontecimiento esperado por los segovianos, y por encima de todo por los chicos y chicas de la asociación que se prestan como modelos para sus fotografías.
«Son mis 32 campeones», asegura con emoción Mayte París, que señala que este calendario «es el calendario de Segovia, donde desde hace 11 años se produce el pequeño milagro de sacarlo adelante».
A primeros de octubre verá la luz el calendario 2024, que este año tendrá un marcado acento provincial como eje temático.