El 'boom' del ramen llega a Segovia

Nacho Sáez
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El restaurante Hot Ramen 168, que acaba de abrir sus puertas en Santa Columba, trae a Segovia el plato de moda japonés.

Xhi Lan Wu posa en el comedor principal de Hot Ramen 168. - Foto: Rosa Blanco

Lo que un día fue el emblemático restaurante El Túnel se ha introducido precisamente en un túnel hacia otra gastronomía. Su viaje le ha llevado de una carta de comida castellana a unos fogones con propuestas asiáticas y de una decoración típica de la hostelería de Segovia a una de salón de anime. Hot Ramen 168, el restaurante que acaba de abrir en las escaleras de Santa Columba, ha protagonizado una de las irrupciones más singulares de los últimos tiempos en la oferta culinaria de Segovia.

Zhi Lan Wu y su equipo lo inauguraron el pasado 20 de julio sin hacer ruido a pesar de que necesitaron más de cinco meses de obras para adaptar el local. El resultado de esos trabajos sorprende. No se parece en nada a cualquier otro restaurante de Segovia. Desde las imágenes de series de anime como 'Dragon Ball' pegadas en las paredes, que dan la bienvenida a los clientes en la sala que se encuentra junto a la entrada principal y la barra, hasta el originalísimo comedor que está al fondo.

Tras atravesar el 'túnel' que justificó el antiguo nombre de este erstablecimiento, el comensal llega a una sala llena de neones de colores y más imágenes de anime. Desde  el exterior, el nombre es la única pista de lo que está por descubrir dentro. Los antiguos no se habrían imaginado que un restaurante así pudiese existir a escasos metros del Acueducto, pero su apertura no es fruto de la casualidad.

Tras el 'boom' del sushi en España a lo largo de la pasada década aterriza ahora la revolución del 'ramen', el plato japonés de moda. Heredado de la cocina china, es un plato de fideos. Aunque cada región del país del sol naciente tiene su propia receta de ramen, la preparación más común consiste en fideos japoneses servidos en un caldo cocinado habitualmente a base de hueso de cerdo o pollo y distintas verduras. En las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, este tipo de restaurantes se han convertido en parte del paisaje urbano, pero en las últimas semanas esta primavera del ramen también ha llegado a Huelva, Santiago de Compostela, Zaragoza, Oviedo, A Coruña...

La hostelera china Zhi Lan Wu y su marido han trasladado esta fórmula a Segovia después de haber regentado un bar-restaurante en el barrio madrileño de Vallecas. Tienen tres trabajadores –aunque buscan más camareros y cocineros– y aspiran a triunfar tanto entre los segovianos como entre los turistas. «Tenemos un restaurante muy bonito, con vistas al Acueducto, y somos el único de ramen en Segovia», señala Lan Wu, que destaca la laboriosidad que conlleva la preparación de este plato: «Hay que empezar a cocinarlo ocho o diez horas antes».

En la carta de su restaurante –que dispone de terraza en Santa Columba– figura en diez versiones diferentes: el tonkotsu ramen, el gyukotsu shio ramen, el hot ramen, el ebi supu ramen, el miso ramen,  el vegano tonyu yasai ramen, el gyukotsu rojo ramen, el kinoko supu ramen y el pato ramen. Este último se basa en pato frito, brotes de bambú, huevos y cebolleta, pero los hay también con ternera, cerdo chashu, carne picada de cerdo, chashu de ternera, ebi (langostino), tofu, maíz bebe... Con precios que oscilan entre los 11,90 y los 15,90 euros.

Dicen los expertos que una de las claves del éxito del ramen es que encarna uno de los paradigmas de la cocina de aprovechamiento. En España, una cadena de restaurantes dedicada a este tipo de cocina facturó en 2024 cerca de trece millones de euros con un crecimiento superior al 25 por ciento respecto al año anterior. Ese furor espera aprovecharlo Hot Ramen 168, que cuenta con una carta de alérgenos y que, además, tiene aperitivos como tonkatsu de cerdo y de pollo y alitas de pollo al estilo japonés, tres variedades de pan bao, otras cuatro de xialongbao shangainés, dim sum estilo cantonés, gyozas, pollo al curry y kobachi. «Damos la binevenida a todos los clientes que nos quieran visitar», concluye Lan Wu.