'La Olmeda', diez años de unidad y convivencia

DS
-

Esta unidad con la que comenzó el cambio en el modelo residencial de la Diputación se ubica en el CSS La Fuencisla y durante esta década han pasado por ella treinta y dos usuarios

La plantación de un árbol recordará el décimo aniversario del centro. - Foto: DS

La Unidad de Convivencia La Olmeda, ubicada en el Centro de Servicios Sociales La Fuencisla, ha cumplido su primera década de andadura y por eso el presidente de la Diputación de Segovia -que mantiene reservadas las competencias de Asuntos Sociales-, Miguel Ángel de Vicente, se ha acercado para felicitar, tanto a los residentes como a los profesionales que forman parte de esa unidad, la primera de esas características que puso en marcha la institución provincial, como modelo para las personas que viven en sus centros residenciales.

Un modelo que pone a la persona en el centro y que busca configurar el espacio como lo que es, el verdadero hogar de esas personas en una etapa de su vida, y alejarse por tanto del modelo anterior, más cercano al de un hospital. Así, el 15 de octubre de 2014 se inauguraba la unidad de convivencia La Olmeda, como el fruto del compromiso adquirido de modo convencido por la Diputación. Así lo ha relatado De Vicente puntualizando cómo la entonces consejera, Milagros Marcos, les habló del modelo a raíz de un viaje a Noruega. Entonces como diputado de Asuntos Sociales y hoy ya como presidente de la Diputación, ha podido comprobar el avance y crecimiento de este modelo organizativo.

Ya entonces, la institución provincial se adhirió al pilotaje del proyecto 'En mi casa', impulsado por la Junta de Castilla y León, lo que permitió que La Olmeda apareciera como la primera unidad convivencial puesta en marcha en la red pública de centros en Segovia. Un carácter pionero que mantiene, puesto que, ante nuevas situaciones, los responsables piensan "cómo se actúa en La Olmeda", tal y como ha reconocido la directora del CSS La Fuencisla, Carmen Galán.

Tanto De Vicente como ella han remarcado el esfuerzo y el compromiso del personal que ha atendido durante esta década la unidad de convivencia, porque es una de las claves de su éxito. "Hace diez años pensábamos que probablemente sería bueno atender a las personas de esta forma, a ver qué tal se daba, sin saber el resultad cierto a medio o largo plazo, y hoy estamos seguros de que es el escenario ideal a nivel institucional. Ha sido duro, pero gracias a estas pioneras es ya una realidad del día a día en el centro", como ha señalado Carmen Galán.

Por su parte, el presidente de la Diputación ha recordado que una década atrás "nadie se creía que esto se podía poner en marcha, ya que era inconcebible tener en cuenta gustos o preferencias" y, reconociendo que las partidas presupuestarias destinadas tienen peso, "nada sería posible sin la labor de las profesionales que creen en este modelo y que atienden de manera cotidiana las unidades de convivencia". Lo cierto es que desde bien pronto se comprobó que se debía trabajara para asemejar lo máximo posible el medio residencial al de un hogar, procurando la mayor participación de la persona, la implicación de su entorno familiar, además de empoderar la figura del profesional de referencia, como valedor del proyecto de vida de la persona en el centro.

Muestra del éxito son también las visitas recibidas a lo largo de estos años por parte de otras residencias, asociaciones, centros de estudios, representantes de administraciones públicas, profesionales de servicios sociales básicos e incluso particulares, a nivel provincial, pero también nacional y europeo. Todas querían conocer de primera mano la metodología que desde La Olmeda se había puesto en marcha para la implantación de este modelo de atención que tiene a la persona como centro.

La Olmeda cuenta con unas instalaciones que engloban áreas comunes de salón-comedor y cocina, y espacios privados constituidos por doce habitaciones con baño, de las que nueve son individuales y tres, dobles. Presenta, por consiguiente, capacidad para quince personas. En esta década han sido treinta y dos los residentes que, en total, han pasado por una unidad de convivencias que se encuentra situada en la planta baja del edificio y que posee acceso propio a una zona de terraza en el exterior. Tres de las catorce personas que arrancaron en 2014 aún viven en la unidad y la plantilla de trabajadoras se ha mantenido también en gran medida.

Para redondear esta celebración y, tras la visualización de un vídeo que ha recogido todas las vivencias de las que ha sido testigo este espacio, así como el recuerdo de los que ya no están, el presidente y la directora, ayudados por varios residentes, han plantado un árbol en el jardín exterior, que recordará para siempre esta efeméride.