Sólo han pasado cinco años desde aquel 14 de marzo de 2020 en el que la historia de España comenzaba a escribir una de sus páginas mas tristes. Aquel día, el Gobierno decretaba el confinamiento total de la población para intentar paliar la extensión del coronavirus, una enfermedad infecciosa causada por un virus que ataca las vías respiratorias que obligó a declarar una pandemia mundial debido a su alto nivel de contagio y su rápida expansión. Segovia no pudo evitar la llegada del COVID 19, y su prevalencia y extensión golpeó de forma especial a la provincia, que llegó a registrar en los primeros meses los índices más altos de mortalidad y de contagios a nivel nacional. Este es un relato de las primeras 20 semanas de la pandemia generada por un virus que congeló la vida de la provincia y que dejó tras de si más de medio millar de fallecidos y heridas en una sociedad que todavía no han terminado de cicatrizar.
Marzo 2020
Incertidumbre y temor
A finales de febrero, las comparsas del carnaval segoviano bromeaban en sus coplas sobre la aparición de un virus que comenzaba a asomarse en Europa procedente de Wuhan, con la convicción de que sus efectos no serían notorios en España. Antes de que terminara el mes, Segovia registraba el primer caso de coronavirus documentado en la provincia, correspondiente a un alumno italiano de IE University alojado en la residencia 'The Factory Hall' en el barrio de San Lorenzo al que le fue diagnosticada la enfermedad tras regresar de su país, que ya contaba con un buen número de casos diagnosticados. Asi, comenzaba el mes de marzo con la alarma encendida por la llegada de la enfermedad, aunque los mensajes de las autoridades sanitarias eran de tranquilidad asegurando que los contagios aún son ajenos a la transmisión comunitaria.
Pero el avance de la enfermedad era tan rápido como inexorable, y se hacían constar las primeras medidas de prevención como la suspensión de congresos y eventos que pudieran concentrar mucho público, aunque si se celebraron algunos como la manifestación del 8-M, que reunió a cerca de un millar de personas.
Una semana después, el titular de la edición de El Día de Segovia no dejaba dudas: «Guerra contra el coronavirus». El decreto de confinamiento daba un giro extraordinaro e inesperado a la situación y ponía de relieve la gravedad de la situación. Los mensajes de las autoridades seguían apelando a la tranquilidad, confiando en que los recursos disponibles por el Complejo Hospitalario pudieran asumir la llegada masiva de pacientes de coronavirus, y la sociedad segoviana comenzaba a asimilar las consecuencias de la paralización de toda actividad laboral, social y educativa. Desde el Gobierno regional, el presidente Mañueco afirmaba que "no se escatimarán esfuerzos" para garantizar la atención a los pacientes y paliar los efectos del confinamiento, pero en los primeros diez días de la aplicación de la medida se registraron 332 solicitudes de ERTE en la provincia.
La enfermedad avanzaba y comenzaban a contabilizarse las primeras víctimas mortales, y el Hospital General registró en este mes picos de hasta 250 ingresos, y el ejército iniciaba la instalación de un hospital prefabricado en las inmediaciones del centro para evitar la saturación.
Las imágenes de las calles vacías y los comercios y bares cerrados daban la medida de la anómala situación que Segovia comenzaba a asumir.
Abril 2020
Brotes de solidaridad
Muy pronto, la incidencia del virus en Segovia comenzaba a ser noticia a nivel nacional, alcanzando la tasa de contagio más alta de la región y registrando ya 88 víctimas mortales. La asistencia sanitaria se antoja fundamental en el momento mas crítico de la pandemia y los sanitarios multiplican sus esfuerzos espoleados por el aplauso diario de los ciudadanos desde sus casas a las ocho de la tarde, pero preocupados por la carencia de medios de protección a la hora de atender a sus pacientes y tristes por el fallecimiento de Marisol, la primera víctima del colectivo sanitario en la provincia. La aparición de los primeros test de detección del covid agilizan el diagnóstico a la vez que elevan el número de contagios, pero a mediados de mes el coronavirus da un leve respiro. En paralelo, la situación en las residencias de personas mayores sigue siendo muy proecupante tanto por los contagios como por el número de víctimas, y lastra la tendencia positiva de contagios a nivel general.
La aplicación de las medidas económicas y sociales siembran la confusión entre empresarios y trabajadores, y el chorreo de ERTES sigue aumentando.
La solidaridad hace algo más habitable la situación de confinamiento y pandemia, con iniciativas como las del 'batallón de costura', un grupo de voluntarios y voluntarias quellegó a fabricar hasta 10.000 mascarillas diarias con las que intentar proteger a la población de los contagios.
La suspensión de los actos de la Semana Santa segoviana y el anuncio de que Segovia este año no podrá celebrar sus Ferias y Fiestas añaden más carga al peso emocional de los segovianos.
Mayo 2020
Hacia la «nueva normalidad»
.Las medidas aplicadas por las autoridades sanitarias comienzan a dar resultado a la espera de la llegada de una vacuna en la que los virólogos trabajaban a marchas forzadas pero que no comenzó a aplicarse hasta finales de 2020. De esta manera, el confinamiento inició este mes una desescalada controlada en cuatro niveles, en función de los datos de prevalencia de la enfermedad y encaminada a establecer la "nueva normalidad", aunque Segovia partía en el pelotón de cola a nivel nacional para comenzar su aplicación. Los datos de las autoridades sanitarias señalaban que el 12,6 por ciento de la población segoviana estaba contagiada por el virus, lo que hacía difícil acercarse a los niveles que permitieran pensar en aligerar las medidas restrictivas.
A medida que avanzaba el mes, la mejoría hizo posible integrar a Segovia en los primeros niveles de desescalada, y la posibilidad de poder tomar un café o un refresco en las terrazas de los bares insuflaba un cierto optimismo a la ciudadanía. La desescalada comenzaba también a propiciar reencuentros familiares entre personas que durante semanas no habían tenido otro contacto que el telefónico o la videoconferencia, que también servía como estímulo para recuperar el ánimo de la ciudadanía, pero el empleo y la economía no se contagiaban de este espíritu, ya que cerca de 200 empresas segovianas tuvieron que echar el cierre durante las primeras semanas de la pandemia.
Junio 2020
Esperanza en el futuro
El descenso del número de contagios y el control efectivo del coronavirus se hicieron evidentes en un mes decisivo para la evolución de la enfermedad. Esto hizo que Segovia avanzara a grandes pasos para incorporarse a la desescalada, para a finales de este mes comenzar a hacer visible la «nueva normalidad». Tímidamente, la actividad comercial comienza a recuperarse y los monumentos como el Alcázar o la Catedral recuperan las visitas incorporando las necesarias medidas de seguridad. Los eventos culturales más destacados de la ciudad confían en poder recuperar su actividad trasladándola al otoño y el turismo de proximidad comienza a vencer el miedo y a hacerse presente en la capital desde provincias limítrofes como Madrid o Valladolid.
La frialdad de los datos seguía marcando la gravedad de una situación que, a pesar de que comenzaba a remitir, dejaba cifras escalofriantes. Junio terminaba con 537 víctimas mortales, de las que 387 se registraban en residencias, y el 75 por ciento de los fallecidos eran personas mayores de 80 años.