En la festividad de Todos los Santos, las familias recuerdan a sus seres queridos ya fallecidos visitando los cementerios en los que descansan sus restos mortales y depositar en nichos, lápidas y panteones unas flores en su recuerdo.
Tras la visita, nada mejor que llegar a casa y culminar la jornada festiva con unos deliciosos buñuelos de viento o huesos de santo que endulcen un poco la amargura de un día para evocar la memoria de los que ya no están con nosotros.
Detrás de los adornos florales y los dulces de esta fiesta están los profesionales de sectores como las floristerías y las pastelerías y obradores, que en esta corta pero intensa campaña comercial se afanan por atender la creciente demanda que en los días previos a la fiesta llega a los distintos establecimientos comerciales.
Luis Javier de Andrés lleva 25 años al frente de la Floristería Osiria, y estos días expresa su satisfacción por el éxito de esta campaña, basado en la confianza de clientes ya fijos que vuelven a su establecimiento para adornar sus espacios funerarios. La tendencia de los últimos años señala que el público «ya no compra flores sueltas» , y decide encargar centros y adornos elaborados por las manos expertas de los floristas.
Así, en esta temporada se venden composiciones clásicas con gladiolo, margarita, clavel o lilium como flores más demandadas, aunque también está creciendo la demanda de composiciones elaboradas con plantas de exterior porque ofrecen una mayor resistencia a las inclemencias meteorológicas y al paso del tiempo.
De Andrés precisa que el presupuesto medio que el cliente maneja para comprar flores en Todos los Santos oscila entre los 45 y los 50 euros, similar a la del pasado año, lo que obliga a los profesionales del sector a hacer encaje de bolillos para no repercutir en el precio de sus productos los cada vez más elevados costes de producción - combustibles, transporte, etc-. Sobre este aspecto, pone de manifiesto que «hemos mantenido precios todo lo que hemos podido y hemos asumido la subida, porque el año pasado los costes subieron más que este y también lo hicimos asi, con el objetivo de no cargar el peso a nuestros clientes».
Otros comercios como Blumenaria también atienden la demanda de adornos florales, en este caso con una perspectiva de taller floral que ofrece alternativas de creatividad a la hora de presentar centros florales y que cada vez tiene más adeptos.
Desde el barrio de Nueva Segovia, Natalia Berzal también valora el resultado de una campaña «corta pero intensa en trabajo», en la que no faltan clientes que buscan hermosear las tumbas de sus familiares.
Asi desde 2015 ofrece posibilidades como la técnica de 'flor preservada', un sistema que consigue extraer el agua de las plantas para que se puedan mantener más tiempo, o diseños siempre basados en marcar un estilo propio para cada ocasión, con las flores naturales como principal materia prima.
Berzal señala que los costes de producción y la compra de materia prima en mercados como el holandés encarecen el precio final del producto, aunque Blumenaria se suma a la política de contención de precios para conseguir fidelizar a los clientes.
En lo gastronómico, terminar la comida de Todos los Santos o del día de las Ánimas con un buñuelo de viento o un hueso de santo es un placer al que es difícil renunciar. Antonio Yague, maestro pastelero de El Espinar asegura que la demanda de estos dulces tradicionales sigue siendo sostenida porque «al final siempre se cumplen las previsiones». Pese a la crisis y el alza de los precios, la apuesta de los reposteros y pasteleros es por mantener los precios entre 25 y 30 euros el kilo de buñuelos de viento y desde 35 a 40 euros en el caso de los huesos de santo, aunque «como en todo, siempre hay excepciones por arriba o por abajo».
Además, el hecho de que la fiesta de Todos los Santos caiga a mitad de semana amplía la temporada de venta, que comienza «casi por San Frutos» y concluirá en este fin de semana; aunque Yague asegura que los años en los que ha caído en puente el éxito es mayor, ya que el turismo es también un buen cliente de dulces.