"El ambiente es de mucha inquietud en Alemania"

Nacho Sáez
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El segoviano Rubén Gómez del Barrio, correponsal en el país teutón, habla de la situación política y social tras el espectacular crecimiento de la ultraderecha.

Rubén Gómez del Barrio, en los estudios de COSMO. - Foto: Foto cedida por Rubén Gómez del Barrio

«El ambiente es de mucha inquietud». El segoviano Rubén Gómez del Barrio, corresponsal de 'La Razón' en Alemania, cree que el país teutón se adentra en un periodo de incertidumbre tras el resultado de las elecciones, marcadas por el espectacular crecimiento de la ultraderecha, que ha dejado en un segundo plano la victoria del que será nuevo canciller, el conservador Friederich Merz. Un escenario que coincide con un contexto lleno de retos sociales y económicos para Alemania y la Unión Europea.

«El nuevo Parlamento estará constituido por 152 diputados que pertenecen al partido ultra Alternativa para Alemania, algo inaudito desde la caída del nazismo, lo que empuja al país por un camino desconocido y a la próxima legislatura a enfrentarse a múltiples desafíos. Y todo esto en un momento de crecientes incertidumbres tanto dentro como fuera de las fronteras alemanas», remarca Gómez del Barrio, residente desde 2008 en Berlín. «En el nuevo Bundestag, la AfD y la izquierda de Die Linke suman juntos 216 escaños, lo que significa que ambos partidos poseen algo más de un tercio de los escaños en el Parlamento y, por tanto, una denominada minoría de bloqueo. Esto significa que si en el futuro el gobierno quiere reformar, por ejemplo, el freno de la deuda sería necesario modificar la Constitución para lo que se requiere una mayoría de dos tercios y, por tanto, el apoyo de la AfD o de Die Linke, lo que arroja una perspectiva complicada. Y eso por no hablar del tono que adoptará el Parlamento a partir de ahora. Estoy seguro que las sesiones serán más complejas y no faltarán las broncas entre los diputados», continúa.

En opinión de este periodista, Alemania se enfrenta a numerosos retos: «A nivel interno, Alemania tiene que llevar a cabo ingentes inversiones para modernizar una industria desfasada, estimular su economía y así acelerar la que en su día fue la locomotora europea, pero además el país tiene que invertir en comunicaciones o digitalización y reformar muchas de sus estructuras como la ferroviaria, arreglar miles de puentes o incluso mejorar muchos colegios públicos. La tarea es compleja mientras, como critican muchos economistas, el país siga empeñado en no suavizar el freno de la deuda. Desde un aspecto más social, otro de los desafíos es ordenar la inmigración y generar empleos de forma que así se pueda quitar a la ultraderecha el capital político que ha acumulado durante estos últimos años. Creo que de esa forma también se podría suavizar la polarización que existe hoy en día en la sociedad alemana».

Y en el horizonte aparece también su papel en la Unión Europea. «Alemania siempre ha sido el timón de la Unión Europea, uno de sus mayores defensores y creo que así continuará con Friedrich Merz como canciller. «No obstante, la situación geopolítica no juega a favor ni de Berlín ni del resto de Europa y de ahí que Merz tenga que tomar el encargo de continuar con el proyecto europeísta y de aceptar un liderazgo que nunca antes había sido tan importante como ahora, cuando Trump está menoscabando los cimientos de la alianza transatlántica. De hecho y hasta ahora, las reacciones desconcertadas de los responsables europeos o las dos rondas infructuosas convocadas apresuradamente por Macron han dejado claro que ese papel de liderazgo está actualmente vacante», reflexiona Gómez del Barrio, que también forma parte del equipo de 'COSMO en español', el programa en español de la radio pública alemana COSMO. Este segoviano es una víctima más de la inflación que sufre Alemania, que él califica como crítica. 

«Por la primera habitación que alquilé al llegar pagué unos 80 euros mensuales. Ya no vivo ahí pero estoy seguro que ahora podrían pedir por esa habitación hasta 700 euros y sé que habrá alguien que pueda pagarlos o que, sumido en la desesperación de no encontrar nada más, acepte o no le quede otra opción que pagar ese alquiler. Justo debajo de ese piso había un restaurante turco que vendía los Döner Kebab a un euro. Ahora, con un poco de suerte, puedes encontrar uno por seis euros. está llevando a una precarización de la sociedad y por tanto a mayor criminalidad. La ciudad ha perdido seguridad al mismo tiempo que se ha gentrificado. Calles en las que antes había cafés y tiendas de barrio, ahora están cerradas o se han traspasado a franquicias. Zonas que antes eran tranquilas, ahora te obligan a ir con cuatro ojos. Con todo, me gusta vivir en una ciudad que sigue haciendo de la libertad y la multiculturalidad su bandera», señala.