Escribir una novela es una tarea a veces ingrata pero siempre gratificante, sobre todo cuando el autor tiene en sus manos el libro fruto de su esfuerzo. Si a autores ya consagrados les sigue emocionando el lanzamiento de su último trabajo, para aquellos que debutan en la literatura, la emoción se multiplica y se mezcla con el vértigo de adentrarse en un mundo que hasta entonces sólo conocían del lado del lector.
Este es el caso de Juan Torres Pozas (San Lorenzo de El Escorial, 1966), que ha decidido dar el paso del relato corto a la novela con 'La botica de los soportales (Ed. Exlibric,2024) empleando para ello un género como el 'thriller', en el que no es fácil navegar.
Torres Pozas viene de un mundo diametralmente opuesto al de la literatura como es el de la ingeniería, en el que ha desarrollado su carrera profesional en varias empresas del Grupo Iberdrola. Así, fue combinando su desempeño laboral con la afición por escribir a través de cuentos y relatos cortos hasta que hace algo más de un año encontró el argumento necesario para desarrollar el libro que llevaba dentro.
"Yo no no tenía premeditado hacer la novela, si tenía la ilusión de algún día escribirla, pero el proyecto fue tomando cuerpo y yo me embarqué con el personaje en un viaje del que comenzaron a surgir historias y una trama y al final terminé por hacerla con muchísima ilusión!.
«La botica de los soportales» cuenta la historia de un boticario que decide emprender un nuevo negocio de farmacia en Segovia al encontrar una vieja botica situada en la Plaza Mayor y que compra para reformarla.
Este hecho aparentemente trivial desata una serie de tramas relacionadas con la historia del edificio y de sus antiguos propietarios, que esconde un triple asesinato ocurrido a mediados del siglo XIX que la curiosidad del boticario no tarda en descubrir para intentar desentrañar sus secretos.
Las pesquisas le permiten adentrarse en las historias vitales de las víctimas del triple asesinato y de sus herederos, a partir de las cuales surgen relatos que abarcan desde 1798 hasta 1927 y que tienen lugar durante la guerra de independencia española, la restauración borbónica, la pérdida de Cuba, el conflicto de África y la guerra del Rif en Marruecos.
A partir de ahí, las circunstancias de la investigación del triple crimen derivan en un relato trufado de misterio y humor en el que el boticario recorre lugares y entornos de Segovia y de los barrios de Perogordo y Torredondo, a través del trabajo de documentación que Torres Pozas ha realizado para datar y ubicar los lugares más característicos de la Segovia del primer tercio del siglo XX.
Para ello,se apoya en dos fijaciones que el protagonista tiene, como la de intentar relacionar los nombre de las personas a las que conoce con los oficios para los que entiende que son más adecuados basándose en las historias del santoral, así como la de averiguar los nombres de las calles de Segovia que va conociendo a través de los paseos que da por la ciudad.
Ubicar la trama en Segovia surge de la admiración del autor por una ciudad que considera «mágica» tanto por su patrimonio monumental como por la mezcla de tres culturas cuya huella permanece indeleble. De hecho , en su cabeza bulle ya la idea de una trilogía con el boticario como protagonista en el que la ciudad seguirá siendo el escenario de las tramas que la imaginación de Torres Pozas vaya urdiendo.
Como todo autor novel, ha tenido que recurrir a la autoedición de su primera novela con el apoyo de Exlibric, y lamenta que las grandes editoriales no abran el abanico a los recién llegados. Así , asegura que la autoedición «supone hacer una inversión que sabes que no vas a recuperar, aunque en mi caso la respuesta está siendo muy positiva y la intención es poder llegar a un publico que no tenga relación conmigo para conocer su respuesta, mi objetivo es que la novela resulte entretenida y aporte al lector líneas para la reflexión.»