Los compañeros del Laboratorio de Microbiología de Andrea Bejarano se concentraron ayer a las puertas del Hospital Universitario de Burgos para recordar a la joven, de la que han destacado su buen trato y su sonrisa. «Era una persona a la que queríamos mucho porque era muy agradable. Nunca la veías mala cara, siempre estaba sonriente», detalló Amparo García, la supervisora del Laboratorio de Micribiología, quien reconoció que para la plantilla de este servicio hospitalario su asesinato «ha sido un trago muy amargo». Un minuto de silencio en el que participaron sanitarios del hospital, junto con autoridades como el consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez; la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala; y el delegado territorial de la Junta, Roberto Sáiz.

La supervisora también reveló que «desde el primer momento que vimos que no venía, pensamos que había pasado algo», en alusión a la ausencia en su puesto de trabajo de la joven asesinada. «No sabíamos el qué, pero pensábamos que había pasado algo; lo que no queríamos es que hubiese pasado esto», declaró con una pancarta en la que se podía leer 'Tus compañeros de laboratorio nunca te vamos a olvidar'. García señaló que «desde el principio, desde que desapareció, he estado en todo lo que se ha podido hacer desde el Hospital y desde las compañeras», al tiempo que reconoció que «era una persona que la queríamos mucho».