Yocheved Lifschitz, una de las rehenes liberadas en la tarde del lunes por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) tras su secuestro junto a más de 200 personas durante los ataques ejecutados el 7 de octubre por el grupo islamista contra territorio israelí, ha afirmado este martes que "vivió un infierno" durante el asalto y ha destacado que fue tratada "con sensibilidad" durante su cautiverio en la red de túneles en el enclave palestino.
Visiblemente afectada y algo desorientada, Lifshitz, de 85 años, instó a que todos los rehenes, más de 220, secuestrados por Hamás y otras milicias durante su ataque del 7 de octubre en Israel, sean puestos en libertad y puedan regresar a sus casas, en una rueda de prensa en el centro médico Ichilov de Tel Aviv.
"Me llevaron, con las piernas en un lado y la cabeza en otro, en motocicleta", narró esta mujer sentada en una silla de ruedas durante su comparecencia ante los medios, donde aseguró que cuando era transportada a Gaza sus secuestradores la golpearon con palos.
Agregó que sus captores le quitaron el reloj y las joyas que portaba. Tras hacer parte del trayecto en moto, le obligaron a andar campo a través hasta llegar un túnel para introducirse en la Franja.
La anciana describió la red de túneles de Hamás como "una telaraña".
Al final de uno de los túneles fue conducida a una sala grande donde había otros 25 secuestrados por Hamás, hasta que dos o tres horas más tarde fue llevada junto a otros cuatro rehenes a una habitación separada.
Allí, "nos trataron bien", remarcó, precisando que le dieron comida y medicinas.
Lifshitz lamentó que una valla que ha costado "2.000 millones" no haya servido para proteger a los israelíes, en referencia a la barrera de seguridad que separa Gaza de Israel.
Las Brigadas al Qasam informaron anoche de la liberación de Lifshitz y de otra mujer israelí, Nurit Yitzhak, de 80 años, tras la mediación de Egipto y Catar, por lo que el portavoz de esa milicia, Abu Obeida, señaló como "razones humanitarias imperiosas y satisfactorias".
Los maridos de ambas mujeres, que también fueron secuestrados, siguen en manos de los islamistas. Los cuatro fueron raptados el 7 de octubre en sus casas por Hamás en el kibutz de Nir Oz, donde milicianos de Hamás mataron a miembros de esa comunidad.
El esposo de Lifshitz es el conocido activista por la paz Oded Lifshitz, de 83 años, que ha transportado a enfermos de cáncer en Gaza a hospitales israelíes para recibir tratamiento.
Críticas de los medios israelíes
La comparecencia este martes ante los medios de la ciudadana israelí Yocheved Lifshitz suscitó controversias y amplias críticas en la prensa, que considera que no se ha abordado de manera correcta y puede servir incluso como vehículo involuntario de propaganda enemiga.
Las críticas están llegando después de que Lifshitz, de 85 años, pareciera elogiar a sus captores de Hamás y criticar a Israel.
Las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, informaron anoche de la liberación de Lifshitz y de otra mujer israelí, Nurit Yitzhak, de 80 años, tras la mediación de Egipto y Catar.
El portavoz de esta milicia, Abu Obeida, dijo que su puesta en libertad se hizo por "razones humanitarias imperiosas" y "sin pedir nada a cambio".
En su comparecencia, la anciana describió hoy la red de túneles de Hamás como "una telaraña".
Al final de uno de los túneles fue conducida a una sala grande donde había otros 25 secuestrados, hasta que dos o tres horas más tarde fue llevada con otros cuatro rehenes a una habitación separada.
Allí, "nos trataron bien", remarcó al precisar que le dieron comida y medicinas.
Lifshitz lamentó que una valla que ha costado "2.000 millones" no haya servido para proteger a los israelíes, en referencia a la barrera de seguridad que separa Gaza de Israel.
La emisora pública israelí Kan informó de que los expertos en relaciones públicas israelíes han calificado de "error" la decisión de poner a Lifshitz delante de las cámaras, pues ahora los medios internacionales informan sobre la supuesta "amabilidad" de Hamás al atender las necesidades de los rehenes.
El columnista Eddie Rothstein del medio conservador israelí Israel Hayom califica la entrevista como una "victoria propagandística para Hamás".
"Qué mujer tan valiente e ilustrada, y qué torpe manejo del evento", escribe el columnista.
"La verdad es que no es necesario ser un experto en relaciones públicas para saber que no se puede mantener una conferencia de prensa como ésta con televisión en directo".
"No hay duda de que la declaración de Lifshitz podría haberse gestionado mejor", tuitea la reportera del Canal 12 Daphna Liel, quien agrega que sus descripciones aún eran bastante impactantes.
"Cualquier persona en su sano juicio debería entender" que la atención médica que le dispensó Hamás a la anciana "tenía como objetivo mantener vivas sus opciones de negociación y no era fruto de un corazón bondadoso".
Otra periodista del mismo canal, Dana Weiss, califica la rueda de prensa de "desastre" y señala la falta de intervención estatal en la gestión de sus apariciones.
Por otra parte, un comunicado de la Oficina del Primer Ministro de Israel destaca que Hamás ha adoptado los "métodos nazis de guerra psicológica" para moldear la opinión pública.
Al igual que durante la Segunda Guerra Mundial "los nazis realizaron visitas orquestadas para la Cruz Roja a un campo de concentración 'limpio' para presentarse ante el mundo como seres humanos, Hamás, mientras masacra bebés, viola mujeres y dispara a niños, intenta presentarse como humano por liberar a un puñado de personas que secuestró", se indica en la nota.
"Nunca debemos aceptar la propaganda de Hamás, que es peor" que el Estado Islámico, se destaca en el comunicado.