Las virtudes de unas plantillas largas y compensadas se aprecian en los momentos de debilidad... y nada como una plaga de lesiones para demostrarlo: el Real Madrid es colíder de la Liga y lleva cinco triunfos en cinco partidos de Champions a pesar de una racha desoladora en la enfermería. El penúltimo en caer, mientras el cuerpo técnico blanco toca madera, ha sido Dani Carvajal, roto durante un mes por una lesión en el sóleo de la pierna izquierda. Ha sido la enésima de la temporada más aciaga en la historia moderna de la entidad.
Cronológicamente, los primeros en caer a la lona fueron Ceballos (bíceps femoral) y Arda Güler (menisco interno de la rodilla derecha). Pero sólo era un 'aperitivo' comparado con lo que llegaría a continuación: primero Courtois, pilar fundamental en los últimos éxitos del plantel merengue, se rompía el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda (lo que obligó al equipo a pedir la cesión de Kepa); y después Militao caía de nuevo de gravedad: en el primer partido de Liga, el central brasileño abandonaba San Mamés en la primera mitad con el mismo problema que el guardameta. Un doble mazazo, de seis a ocho meses de ausencia para ambos, que abría la veda de los disgustos.
El siguiente en sufrir otro percance físico fue Vinícius, quien en un contragolpe ante el Celta (jornada 3) sufría una rotura en el bíceps femoral derecho. Fueron cuatro partidos de baja y un mes alejado de los terrenos de juego. Antes de su regreso, Carvajal era víctima de una sobrecarga muscular y se perdía el duelo europeo ante el Unión Berlín y el derbi madrileño ante el Atlético. Y sin llegar a octubre...
El goteo
Ancelotti fue recuperando jugadores y sensaciones de cara al gran clásico de Montjuïc, que terminó con triunfo blanco (1-2). El Real Madrid salvó ese escollo, pero el goteo de lesionados se aceleró: Tchouaméni había completado todo el partido ante el Barça, pero al día siguiente se conocía que el mediocentro francés tenía roto un dedo del pie izquierdo, lo que le dejaba sin jugar lo que quedaba de 2023. Se trataba de una baja muy sensible para el técnico italiano, ya que lo había disputado absolutamente todo.
Emergió entonces la figura de Eduardo Camavinga en el pivote… hasta que el 'Virus FIFA' castigó al galo. Previamente habían pasado por la enfermería Bellingham (lesionado en el hombro frente al Rayo Vallecano) y Kepa (lesión en el aductor del muslo derecho). El joven mediocentro estaba entrenando con Francia cuando chocó con Dembélé con fatal resultado: un esguince de rodilla con afección al ligamento externo de la rodilla derecha, traducido en dos meses de baja. Y en el mismo parón de selecciones, Vinicius se rompía de nuevo: otra vez en el bíceps femoral, solo que esta vez era el izquierdo y de mayor gravedad, con 10 semanas de baja prevista.
El despido
El pasado 12 de noviembre, el club anunciaba la salida de Niko Mihic, jefe de los servicios médicos del club desde 2017. El caso de Arda Güler, cuya lesión va de recaída en recaída (el galeno recomendó un tratamiento conservador que no funcionó y finalmente tuvo que pasar por el quirófano), fue el detonante: en el pasado ya había sucedido algo similar con Benzema, Ceballos o Alaba, además de que tuvo choques con Sergio Ramos o con Eden Hazard, e incluso erró en el diagnóstico de la luxación de hombro del inglés, a quien dio carta blanca para jugar el siguiente partido mientras el doctor Leyes, quien operó a Courtois y Militao, pautaba un descanso obligado de 10 días. El club escuchó a éste y despidió a Mihic. Incluso el 'intocable' Antonio Pintus, preparador físico de la escuadra merengue, ha sido cuestionado. El Madrid se rompe... aunque no se note.