Cuando se cumplen cien años de la muerte de Franz Kafka, Alberto Gil presenta esta semana en Segovia su libro 'Un paseo por la Praga de Kafka', editado por Reino de Cordelia, un viaje literario y gráfico por la ciudad del que está considerado escritor más influyente de la literatura contemporánea.
Apoyado en más de 250 fotografías actuales y antiguas, esta publicación reconstruye la biografía del genio checo a través de las huellas que aún siguen en pie de los lugares y locales que frecuentó. Viejos cafés, monumentos, parques, las casas en las que vivió y en las que trabajó se suceden entre una antología de citas entresacadas de su obra, que invitan a conocer los rincones que le inspiraron y los diferentes personajes con los que compartió preocupaciones durante aquellas décadas convulsas de explosión de las vanguardias, con el telón de fondo de la I Guerra Mundial. Por el libro desfilan sus familiares, su íntimo amigo, Max Brod, sus amantes, artistas, escritores, arquitectos… que alimentaron la vida y la obra del autor de 'La metamorfosis'.
La presentación está prevista para este jueves, 12 de diciembre, a las 19 horas, en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública del Estado en Segovia.
El autor del libro, el escritor, periodista, fotógrafo y viajero Alberto Gil. - Foto: DSAlberto Gil, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, es escritor, periodista, fotógrafo y viajero. En los últimos años se ha volcado en la investigación de temas de cine, la novela negra y los viajes.
Autor de 'La censura cinematográfica en España' (2009) y de la novela 'Ocho pingüinos', que se presentó en la Semana Negra de Gijón, en 2020 fue galardonado con el Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial por 'Las jaurías', que combina la ficción con un relato de viaje por la frontera con Portugal. A esta le siguió el título dedicado al cine de terror, 'Cuando nacen los monstruos', editado por Lunwerg e ilustrado por Fernando Vicente.
En el prólogo de 'Un paseo por la Praga de Kafka', Gil reconoce que "pocas ciudades están tan unidas a un escritor como Praga a Franz Kafka y en pocas ocasiones un cliché literario ha estado tan presente en nuestros hábitos viajeros. Hasta el punto de que, en las últimas décadas, los monumentos, museos y homenajes a Kafka se han prodigado en la capital checa, convirtiéndolo en un reclamo aunque el misterio de su escritura siga intacto".
Comenta que, durante sus cuarenta años de existencia, excepto las estancias en sanatorios de montaña y su traslado final a Berlín, cuando ya estaba muy enfermo, Praga fue su espacio vital, fue la ciudad que le vio nacer, ir a la escuela, formarse en la universidad, encaminarse al trabajo, pasear, navegar por el Moldava, asistir a los cafés, al teatro, al cine, a los cabarets y a los prostíbulos. También resultaron muy frecuentes sus cambios de domicilio, a medida que mejoraba la situación familiar o mientras emprendía la huida de la presencia asfixiante del padre y la búsqueda de la tranquilidad que necesitaba para escribir.
"Gracias a sus Diarios, a su Carta al padre, a los fragmentos de algunos de sus relatos, a su abundante correspondencia con Felice Bauer, Milena Jesenská y diversos amigos, podemos reconstruir muchos de esos vínculos entre el personaje y la ciudad", añade el autor, que también ha tomado como referencia las múltiples biografías de las que ha sido objeto, desde el retrato cercano realizado por su amigo Max Brod hasta los clásicos ensayos de Klaus Wagenbach, Patrizia Runfola, Reiner Stach y tantos otros. Libros, ediciones y traducciones que aparecen debidamente reseñados en las páginas correspondientes de este libro y "cuyos entrecomillados componen una especie de mosaico sobre el ciudadano Kafka, sus manías, impresiones y experiencias", explica Gil.
La estructura de 'Un paseo por la Praga de Kafka' sigue esa trayectoria desde su nacimiento, a poca distancia de la monumental plaza de la Ciudad Vieja hasta el Nuevo Cementerio Judío —ya en la periferia del casco histórico praguense—, donde está enterrado con sus padres. Este recorrido hace escala en algunos de sus hitos más representativos: el antiguo gueto, la plaza de Wenceslao, la avenida Nacional, el Puente Carlos, el Castillo, el Moldava, el barrio de Malá Strana…, deteniéndose en aquellos sitios en los que todavía es posible descubrir el rastro inmaterial del escritor.