Red de calor de Segovia: todo ventajas pero no para todos

Gonzalo Ayuso
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El ahorro medio del gasto energético para los usuarios particulares se sitúa a partir del 10%, superando el 30% en algunos casos, pero implica obras durante meses en gran parte de la ciudad y beneficiará solo a bloques de viviendas

Astillas en la planta de biomasa de Cuéllar. - Foto: DS

No será inmediato, la red de  calor con biomasa tardará todavía unos años en llegar a bloques residenciales de Segovia pero las expectativas son buenas y la experiencia en otras ciudades como Valladolid, León o Soria, pero también de Cuéllar, en la provincia, que fue pionera a finales de los 90, está siendo buena y el grado de satisfacción de los usuarios es alto con este sistema que ofrece calefacción y agua caliente. La prueba de su éxito es que no deja de crecer y en la capital vallisoletana, por ejemplo, donde hay dos redes de calor en pleno funcionamiento y una tercera en construcción, los responsables municipales afirman que ya son insuficientes para cubrir la demanda vecinal.

Todo son ventajas, en general, aseguran desde ayuntamientos, comunidades de propietarios y la propia Junta de Castilla yLeón, que está apostando por las redes de calor con una fuerte inversión a través de Somacyl, la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León. 

En el caso de Segovia, el Ayuntamiento ha acordado que Somacyl pueda utilizar más de 17 kilómetros del subsuelo de la ciudad para la canalización que distribuirá el agua caliente desde la central térmica de biomasa que se construirá dentro de la ampliación del Hospital General y que alcanzará varios barrios. No así el centro histórico y, a tenor de las calles donde se ha autorizado, tampoco San Lorenzo, ya que es más eficiente en bloques de viviendas que ya tienen calefacción central. Otra desventaja son las obras necesarias en gran parte de la ciudad durante meses. 

La palentina Rafaela de Alba muestra la temperatura de su vivienda, que forma parte de una red de calor. La palentina Rafaela de Alba muestra la temperatura de su vivienda, que forma parte de una red de calor. - Foto: Óscar Navarro

Las principales ventajas de este modelo, además de la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera, son menores costes de mantenimiento, averías y renovación de calderas, eliminación de ruido, mejora de la calificación energética de los edificios y mayor garantía y seguridad en un suministro energético que, de media, supone un ahorro respecto a otras fuentes de energía, especialmente el gasoil de calefacción pero también el gas natural, aunque depende mucho de las fluctuaciones del mercado. En este momento, la biomasa; es decir, astillas y restos forestales procedentes de trabajos silvícolas de los montes de la Comunidad Autónoma, sí es competitiva.

En el caso de dotaciones públicas, el concejal de Medio Ambiente de Cuéllar, Tomás Marcos, reconoce que el gasto energético del Colegio Santa Clara o de las instalaciones deportivas, entre ellas la piscina climatizada, sería inasumible para el Ayuntamiento de Cuéllar si no fuera por la red de calor con biomasa que próximamente se modernizará, lo que hará posible ampliar también el número de comunidades de propietarios y viviendas que puedan sumarse a este sistema que, insiste, sí es beneficioso en lo económico.

¿Tiene algún coste el enganche a un edificio de viviendas? Está por ver cómo se hará en Segovia pero entre los siete suministradores homologados por Somacyl  en Valladolid, la soriana Rebi o Iberdrola, recalcan que no supone una inversión inicial, derrama o aportación por parte de los vecinos. Destacan, además, el  ahorro del gasto energético, a partir del 10%-15% que puede llegar a superar el 30%, entre 550 y 750 euros al año, según los casos.

Vecinos de la red de calor de Palencia Eco Energías, como Rafaela de Alba, destacan, además del  ahorro y la confortabilidad, la ausencia de olores (del gasoil) y de riesgos porque ya no son necesarios depósitos de combustible.