Mina de controversia

Sandra Segovia
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Continúa la batalla entre Erimsa y la Plataforma contra la mina en el Nordeste de Segovia tras presentar la empresa un nuevo proyecto

Mina de controversia

La Plataforma contra la mina a cielo abierto en el Nordeste de Segovia ha vuelto a la carga con el rechazo del nuevo proyecto presentado por Erimsa, empresa de minería que solicita la autorización para el proyecto de extracción de cuarzo en el Nordeste de Segovia. 

En este nuevo proyecto, Erimsa cumplen su compromiso de reducir de 1.692 a 419 hectáreas la superficie aprovechable, una acción que tenía como objetivo  «demostrar que el propósito es llevar a cabo la actividad sin perturbar el modo de vida de los vecinos y respetando al máximo el entorno», según el director general de Erimsa, José Antonio Valencia. Entonces, el área total se limita así de las 97 cuadrículas mineras (2.720 hectáreas) previstas originalmente, a las 28 cuadrículas mineras (785 hectáreas) actuales, pero únicamente se realizará un «aprovechamiento razonable de los recursos» en las 419 hectáreas mencionadas. Ante este anuncio realizado hace aproximadamente un año, la portavoz de la Plataforma contra la mina a cielo abierto en el Nordeste de Segovia, Marisa Moro, consideraba que «están retorciendo las palabras para llegar donde quieren llegar». «Cuando ellos hablan de esta reducción están hablando de lo que en el proyecto ponían como primera fase, que corresponde a la intervención en los términos municipales de Barbolla, Sotillo, Castillejo de Mesleón, Cerezo de Arriba, Cerezo de Abajo y Duruelo, pero no hablan del segundo proyecto que afecta a Barbolla, Castillejo de Mesleón y Sepúlveda. Ni hablan del tercer proyecto que afecta a Barbolla, el cual están a punto de presentar. Tampoco hablan de los otros dos proyectos de San Blas, el que va de Castillejo a Riaza y el que va de Riofrío de Riaza a Santo Tomé del Puerto que tienen en estudio. No sabemos en qué punto de derechos mineros los tienen, pero tienen cinco proyectos». A esto se suma que desde la Plataforma continúan considerando que esas 800 hectáreas «es mucha extensión y muchos años de explotación». «Eso no es una mina sostenible para la comarca», lamenta Moro. 

Por su parte, Valencia sostiene que actualmente solo hay un proyecto sobre la mesa, presentado en el mes de septiembre y que a día de hoy se encuentra en periodo de información pública.

El director general de Erimsa indica que le sorprende la reacción de la Plataforma. «Cuando presentas un proyecto, este tiene que constar de tres documentos: un proyecto de restauración, otro de explotación y un estudio de impacto ambiental. Y esto es algo que ya habíamos hecho con la presentación de los proyectos anteriores», revela. «El objetivo de esto es analizar todos y cada uno de los riesgos que pudiesen teóricamente generarse por nuestra actividad, y una vez identificados hay que poner en marcha todas las medidas preventivas para que ese riesgo desaparezca o se minimice». 

Algo que no termina de convencer a la Plataforma, desde donde aún consideran que el daño que se puede generar sobre el terreno y la salud es demasiado. «Remover la tierra provocará el esparcimiento de polvo de sílice, una sustancia cancerígena», apunta Moro, a lo que Valencia responde que «los terrenos en los que se producen las extracciones, tanto las que se realizarían en Segovia como las que se llevan realizando muchos años en otros puntos de la geografía española, son alquilados. Si no cumpliéramos lo que decimos, nos los dejarían de alquilar». Además, aclara que «de todo el personal humano que hay trabajando en la empresa, no ha habido nunca ningún caso de silicosis».

Así, desde Erimsa revelan que no van a desistir ni perder la esperanza. «Estamos seguros de que no somos una actividad que vaya a causar ningún perjuicio en el entorno», finaliza Valencia.