Un fragmento de un lienzo con la pintura al óleo de una calavera fue descubierto entre dos libros de historia por una empleada de la Casa de la Lectura (biblioteca municipal) en mayo de 2022. «A la compañera que lo encontró, Beatriz de Andrés, le dio un poco aprensión, como es lógico. Es una calavera y da yuyu... Lo sostenía de una esquinita cuando nos lo mostró», comenta Esperanza González, técnico bibliotecaria de este espacio cultural ubicado en un edificio histórico de la Calle Real, la Cárcel Vieja, que ha sido sede de la Biblioteca Pública del Estado de la provincia de Segovia desde 1948 y hasta 2016, cuando pasó al Ayuntamiento.
Esperanza, segoviana, trabajó una temporada catalogando fondo antiguo cuando el edificio todavía era Biblioteca Pública del Estado y recordaba « de toda la v ida» el cuadro de 'La Crucifixión' situado en la escalera de acceso, obra de Francisco Rizi, de la Escuela barroca madrileña, pintado en torno a 1664. «Indagando un poco supimos que el cuadro había sido mutilado y se habían llevado la parte de la calavera - pintada a los pies de la cruz -. Hablando con los compañeros - por los de la biblioteca ubicada desde 2016 en el barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra - nos confirmaron el expolio que se había realizado en 1985».
Esta empleada municipal comenta que se desconoce quien pudo haber dejado el trozo de lienzo entre los dos libros de historia, porque aunque se trata de publicaciones en préstamo, algunas se descolocan, la librería es de libre acceso, y una de las funciones habituales del personal es colocarlas donde corresponde. «Está claro que es alguien que puso la calavera ahí adrede, porque sabía que la íbamos a encontrar», sostiene.
El fragmento cortado del lienzo en 1985 fue encontrado entre dos libros de historia en el año 2022. - Foto: DS«Por aquí estuvo rondando la calavera varios meses y, claro, pensamos esto es de un cuadro, esto es de un cuadro» y la guardamos con cuidado en una caja, dentro de un armario, y al final se descubrió que era de 'La Crucifixión' que estuvo en la escalera», añade.
Además, Esperanza sostiene una hipótesis fruto de la observación de este fragmento del lienzo: «Uno de los lados está como más rasgado, como si a la persona que lo robó en su día le fueran a pillar, porque está muy bien cortado, rodeando la calavera, por los otros lados». En definitiva todo indica que algo le indicó que podían sorprenderle in fraganti y, al final, tiró sin miramientos rasgándolo.
No fue hasta 1995 cuando el cuadro, ya en el Museo de Segovia, se trasladó al Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, donde procedieron a restablecer la zona perdida en 1985. Esa reintegración pictórica, como un injerto de la calavera, fue posible gracias a una fotografía del lienzo tal y como era antes del hurto y para ello se utilizó una técnica diferenciadora que permite su identificación como un añadido.
Este mes de octubre, tras las oportunas comprobaciones por parte de expertos, que han confirmado que el trozo de lienzo con la calavera pintada pertenece a este cuadro del siglo XVII, el Ayuntamiento de Segovia, a través del concejal de Cultura, se lo ha entregado al Museo de Segovia, representado por la jefa territorial del Servicio de Cultura, Turismo y Deporte, Ruth Llorente, y por su director, Santiago Martínez Caballero para su restauración y posterior exhibición junto al lienzo principal.
Simbolismo. No hay certeza absoluta sobre el lugar para el que Rizi pintó este Calvario', más conocido como 'La Crucifixión'. Fuentes del Museo explican que los expertos están de acuerdo en que el cuadro, Pieza del Mes en 2020, guarda relación con conventos o monasterios cuyos bienes pasaron a sus fondos tras la desamortización de Mendizábal en 1836. Los primeros datos aparecen en un inventario de 1884. Se ignora, sin embargo, si formó parte de un retablo o, desde el principio, fue pintado como obra aislada. La hipótesis principal sobre su procedencia es la iglesia del convento de los Capuchinos, en base a las informaciones recogidas en libros de viajes de los siglos XVIII y XIX. Ese edificio fue ocupado por las Madres Oblatas a partir de 1928 y ya en este siglo XXI se ha reconvertido en un establecimiento hotelero.
La escena sigue el esquema tradicional en el que Cristo se convierte en el eje de la composición, flanqueado por la Virgen, a su derecha, y por San Juan, a su izquierda. La calavera, a los pies de la cruz, es una referencia recurrente al Gólgata, monte cuyo nombre es de origen griego, aunque posiblemente sea una transliteración del arameo. La traducción puede ser monte de las ejecuciones o de la calavera, situado en las proximidades de Jerusalén, según la tradición, que también lo vincula al primer hombre, Adán, por una interpretación del Evangelio de San Mateo: "la tierra tembló y se hendieron las rocas; se abrieron los monumentos, y muchos cuerpos de santos que dormían, resucitaron" (27:52). Aunque no se mencione a Adán, se relaciona así el Pecado Original y la muerte redentora de Cristo.