Solo 89 plazas en guarderías para los bebés nacidos tras mayo

Nacho Sáez
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Segovia, que estrenará este curso junto al resto de Castilla y León la gratuidad educativa para los niños de 0 a 1 año, dispone de una oferta a priori insuficiente para cubrir los 569 nacimientos que se registran de media de junio a diciembre.

La codirectora de la escuela infantil Pequenautas, Estefanía San José, realiza actividades con algunos de sus alumnos. - Foto: Rosa Blanco

La escuela infantil Pequenautas no  solía recibir tantas solicitudes para su aula de bebés como para cubrir todas sus plazas ya en septiembre. Hasta este curso que empezará en poco más de un mes y medio, el primero con educación gratuita para los niños recién nacidos. Solo una renuncia de última hora ha dejado un hueco para el que ya tienen varios candidatos. El resto tienen ya nombres y apellidos. Y como en esta 'guardería', en otras 17 de la provincia de Segovia. La Junta de Castilla y León completará durante este curso 2024/2025 la implantación de la gratuidad en todo el primer ciclo de Educación Infantil. Un proceso que empezó en el 2022/2023 con los más mayores (niños de dos a tres años) y que continuó en el 2023/2024 con los medianos (niños de uno a dos años). Pero seguramente el reto organizativo de más envergadura es el que está afrontando ahora.

En las normas que estableció el pasado mes de febrero para regular el reparto de plazas, la Administración autonómica fijó que solo podrían participar en el proceso de admisión ordinario los niños nacidos entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2024. Una de las principales consecuencias es que los bebés que hayan nacido o vayan a nacer entre el 1 de junio y el 31 de diciembre en Segovia se van a tener que repartir las 89 plazas que únicamente han quedado vacantes tras esa primera criba. La media de nacimientos en la provincia entre junio y diciembre a lo largo de los últimos años se sitúa en 569. A la espera de tener las cifras exactas, la cuenta está clara: muchas familias segovianas se podrían quedar sin plaza para sus hijos recién nacidos por el simple hecho de haber dado a luz después del 31 de mayo.

«Hay que analizar los datos en septiembre cuando haya concluido el 30 de agosto el proceso extraordinario de admisión. De momento han quedado bastantes plazas desiertas», opina la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos Antonio Machado, Noelia del Barrio. La Junta puntualiza que ningún niño se quedará sin plaza gratuita. «Ese es nuestro compromiso. En función de la demanda que tenga el proceso extraordinario se pedirá un aumento de plazas, aunque hay que tener en cuenta que ahora los padres tienen unos permisos que  cubren los primeros meses de vida del niño. Y tampoco podemos tener abiertas aulas con un profesor para dos niños», remarca el director provincial de Educación, Diego del Pozo.

«Quizás la Junta debería obligar a un número determinado de centros a ofrecer plazas de cero a un año para que hubiera más. Como algunos centros, por sus condiciones, solo pueden tener dos aulas eligen tener aulas de niños de uno a dos años y de dos a tres años porque requieren menos trabajo que una de bebés», apuntan las directoras de la escuela infantil Pequenautas, Silvia Navares y Estefanía San José. De los diez centros privados de Segovia capital que ofertan el primer ciclo de Infantil, cuatro solo han habilitado dos plazas. Y en centros públicos (La Senda, la Escuela de Educación Infantil Nuestra Señora de la Fuencisla y el Colegio de Educación Infantil y Primaria Nueva Segovia) apenas había 16, aunque luego se corrigió con un puñado más en los colegios Eresma y Martín Chico. «No entendemos por qué, una vez hecha la inversión en infraestructura, en recursos humanos y materiales, no se abrió convocatoria para que los centros públicos solicitaran completar este primer ciclo», señala la presidenta de la Junta de Personal Docente, Cristina Olmos.

Durante los dos cursos precedentes, los colegios Fray Juan de la Cruz, San José y Santa Eulalia incorporaron a sus programas aulas para niños de uno a dos años y de dos a tres años, pero no han seguido el camino con los bebés. En los principales municipios de la provincia, la situación no es mejor. En El Espinar, el proceso comenzó con solo dos plazas disponibles, y en Cuéllar, según la lista de vacantes que publicó la Junta en marzo. En ambos casos, las posibilidades para las familias que no hayan tenido acceso al proceso de admisión ordinario son casi nulas.

«Ha sido problemático porque hemos tenido que decir a muchas que no podían participar en el proceso ordinario porque solo se permitía a los niños que hubieran nacido antes del 31 de mayo. Está claro que no ha habido igualdad de condiciones porque la familia que tuvo a su hijo en enero ha tenido muchas más posibilidades de elegir centro que la que ha tenido a su hijo ahora en julio, por ejemplo. Pero también entendemos que es difícil organizar todo esto porque la Junta no va a dar subvenciones para que estén las aulas vacías», argumenta la directora de la escuela infantil Pitufos, Patricia Bragado.

Ningún bebé puede acceder a una guardería sin haber cumplido los cuatro meses de vida, pero los habrá en septiembre que ya los hayan alcanzado y se hayan quedado sin plaza. «Nuestras aulas para bebés se solían llenar con el curso ya empezado. En enero, febrero e incluso algunos años en mayo porque, con la lactancia y demás, algunas familias alargaban el permiso siete u ocho meses. Ahora con la gratuidad vamos a estar llenos en septiembre y tendremos niños de solo cuatro meses», indica Bragado, que no obstante a nivel empresarial asegura estar satisfecha con la implantación de la gratuidad: «Son subvenciones que tienes garantizadas, aunque nuestros beneficios se han visto reducidos. Este curso van a subir un poco [las subvenciones], pero los pagos están distribuidos en dos tramos y, este año, el primero no lo recibimos hasta febrero. De octubre a febrero, gracias a que en Pitufos ofrecemos otros servicios y tenemos otros ingresos pudimos resistir, pero esto le pasa a otro centro y tiene que cerrar la puerta directamente. No sé lo que nos deparará este año. Pertenecer a este sector ahora mismo es vivir en la incertidumbre».

«En este sector tenemos muchos gastos todos los meses y ahora solo tenemos los ingresos más importantes dos veces al año», abunda la gerente de la escuela infantil Érase Una Vez, Alicia Castro, también vicepresidenta de la Asociación de Escuelas y Centros Infantiles Privados de Castilla y León. Para formar parte del programa de gratuidad, la Junta exigió a los centros adaptar sus instalaciones a una serie de requisitos y muchos tuvieron que bajar de tres a dos aulas. «Se perdieron muchas plazas y por eso también muchos bebés están teniendo problemas para encontrar», indica Castro, que además llama la atención sobre el efecto llamada que ha tenido la gratuidad: «Antes de la gratuidad no estábamos llenos. La gente que no lo necesitaba no pagaba por venir. Ahora, como es gratis, todo el mundo quiere llevar a los niños y si los dos progenitores trabajan tienen menos puntos que a lo mejor una persona que tiene una renta más baja pero no trabaja».