"Va a ser un cambio espectacular». Con el entusiasmo propio de quien vive con pasión el oficio de la restauración del patrimonio histórico, la restauradora Paloma Sánchez definía el trabajo realizado desde el pasado mes de marzo en la capilla de Santiago Apóstol de la Catedral de Segovia, enmarcada en el plan de restauración de capillas que el Cabildo lleva realizando desde 2017.
Aunque las obras no terminarán hasta el mes de agosto, el resultado del trabajo - todavía cubierto por los andamios- ya resulta evidente tanto en el retablo como en la cúpula y los paramentos de este recinto construido por el arquitecto Pedro de Bolduque a finales del siglo XVI a expensas de Francisco Gutiérrez de Cuéllar, contador de Felipe II y caballero de la Orden de Santiago.
El trabajo realizado por el equipo de restauradoras de la empresa Babelia CRBC dirigido por Paloma Sánchez se ha centrado en la reparación de los daños ocasionados por filtraciones de agua de la cubierta, solventadas con la intervención en los tejados de las capillas hornacinas en 2016. Los efectos que tuvieron las humedades fueron especialmente visibles en la bóveda que muestra pérdidas de la decoración pictórica en los plementos cercanos al lado meridional del templo, por lo que los trabajos comenzaron en las pinturas murales, bóveda y paramentos a través de la limpieza superficial, consolidación y fijación de los diferentes sustratos y la reintegración cromática de la decoración pictórica.
En cuanto al retablo, la principal actividad realizada se centró en la limpieza y reposición de la pintura, donde el paso del tiempo había acumulado polvo y suciedad procedente en gran medida del humo de las velas que durante siglos iluminaron una capilla «que debió tener mucho culto», aseguró la restauradora.
Al hablar de los avances conseguidos en estos meses de trabajo, la restauradora destacó la «buena calidad» del retablo, así como de las pinturas murales que adornan la bóveda, de las que subrayó «las buenas técnicas y material con el que están policromadas», sin olvidar el oro que las caracteriza.
Así, indicó que los cambios transformarán este recinto que dejará de considerarse «una capilla oscura a ser todo luz», y aunque señaló que hay zonas restauradas que por la estructura y dimensiones del retablo no podrán ser disfrutadas de manera directa por el público, el trabajo ha revelado la importancia de esta capilla y el importante esfuerzo económico que en su día supuso su construcción.
«Gutiérrez de Cuéllar era un hombre de posibles, con una capacidad económica que le permitió no escatimar en gastos a la hora de levantar esta capilla - asegura Sánchez- y contó en su día con los mejores especialistas de la época como Pedro de Bolduque o los pintores Sánchez Coello o Alonso de Herrera».
Por otra parte, la restauración ha permitido descubrir algunos detalles que prueban la importancia de esta capilla en el marco de la propia catedral, como la aparición de la inscripción bajo la figura de Santiago bajo el título 'altar privilegiado', por lo que los expertos señalan que la capilla estaba dedicada a las ánimas del Purgatorio, lo que justifica su uso frecuente.
Proyectos
La restauración de la capilla es uno más de los proyectos de mantenimiento y recuperación que el Cabildo desarrolla a lo largo del año y que sufraga íntegramente con el dinero que recauda a través de la venta de entradas. Además de estas obras, la Catedral ha iniciado hace escasos día las de la segunda fase de la restauración y consolidación de las cubiertas en la girola, y mantiene vivo el proyecto de restauración de las vidrieras, el más ambicioso afrontado por el Cabildo en su historia reciente y que lleva ya una década de minucioso trabajo de la mano de los vidrieros de la familia Muñoz de Pablos.
Sobre este aspecto, el ecónomo y fabriquero de la Catedral, Rafael de Arcos Extremera, subrayó el esfuerzo que realiza el Cabildo para el cuidado del valioso patrimonio histórico que atesora el templo, y aseguró que para 2025, con ocasión del quinto centenario de la colocación de la primera piedra de la Catedral, ya se trabaja en un programa de actividades culturales con las que «pretendemos abrirnos a la sociedad y poder mostrar el valor del templo y todo lo que se ha hecho y se va a hacer para su conservación».