El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia ha localizado en la Sierra de Guadarrama a dos caballos que presentaban graves heridas en sus patas. Ambos animales habían sido maniatados por su propietario para limitar su desplazamiento. Las cuerdas -de las utilizadas para atar pacas de paja- estaban colocadas sobre las extremidades tanto delanteras como traseras y habían provocado a los animales diferentes cortes de diversa consideración. Uno de los animales era una yegua que se encontraba tumbada y que no podía levantarse a causa de las lesiones. En fechas posteriores tuvo que ser sacrificada ante la imposibilidad de su recuperación y para evitar sufrimientos innecesarios. El otro ejemplar era un caballo que cojeaba ostensible por los mismos motivos.
La Guardia Civil localizó al propietario de los animales y le exigió su liberación y que les aplicara los tratamientos veterinarios necesarios para su cura, al tiempo que abrió una investigación por un delito de maltrato animal que ya ha sido remitida al juzgado. También ha formulado contra el dueño de los caballos varias denuncias administrativas por infracciones en materia de sanidad animal que han sido enviadas al l Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León de Segovia. Este ha realizado un informe facultativo sobre la gravedad de las heridas y sus causas.
Según ha indicado el Instituto Armado a través de una nota de prensa, la colaboración ciudadana ha sido fundamental para rescatar a los animales. Unos vecinos avisaron a la Guardia Civil de lo que estaba ocurriendo. El Código Penal prevé penas de prisión de tres a 18 meses o multa de seis a 12 meses con la pena de inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, para el que fuera de las actividades legalmente reguladas y por cualquier medio o procedimiento, cause lesión que requiera tratamiento veterinario para el restablecimiento de su salud a un animal doméstico, amansado, domesticado o que viva temporal o permanentemente bajo el control humano. También está pena causar lesiones a un animal vertebrado de los no citados en el párrafo anterior.