"Yo no soy esa que tú te creías/ La paloma blanca que te baila el agua/Que ríe por nada diciendo sí a todo Esa niña si, no / Esa no soy yo". En 1971 la voz rota de Mari Trini sonaba en todas las emisoras de radio con una canción que se convertía en toda una declaración de intenciones sobre la libertad y el empoderamiento femenino en una época donde apenas había espacios para las mujeres en una sociedad abiertamente machista.
Bajo esa apariencia de fragilidad se ocultaba una artista que se hacía grande sobre un escenario a través de su música y su palabra, y que dejó antes de su prematura muerte en 2009 una veintena de discos y más de 300 canciones que forman parte de lo mejor de la historia de la música melódica española en los últimos 50 años.
De cantautora a cantautora, de mujer a mujer, la segoviana Esther Zecco ha afrontado la difícil tarea de glosar la biografía de Mari Trini con el objetivo de dar a conocer su peripecia vital y artística desde el propio punto de vista de la protagonista.. Así, el libro "Mari Trini, retrato de una mujer libre" (Ed. Efe Eme, 2024) está planteado a través de su propia palabra en las entrevistas que concedió a lo largo de su carrera musical y del testimonio de más de 40 personas que compartieron vida y escenario con la cantante.
Durante este proceso, Esther Zecco descubrió a una artista reservada y hermética en su vida privada pero entregada y generosa tanto la hora de componer canciones e interpretarlas sobre un escenario. Así, señala que su carrera fue forjada en parte por las adversidades que tuvo que superar a lo largo de su vida, desde la nefritis que le tuvo postrada en la cama durante mucho tiempo o la sinusitis de la que derivó el gesto característico de su rostro que añadía fuerza y pasión a sus interpretaciones.
Todo ello, en opinión de Zecco, le fue preparando para afrontar la incomprensión que tuvo que sufrir en su carrera profesional, donde no fue aceptada por muchos compañeros de profesión y de la prensa especializada, que «no supieron entender su estilo". "Creo que Mari Trini fue una adelantada a su tiempo, y de hecho ahora se ha convertido en una artista intergeneracional, mientras que en su época se distorsionó mucho su imagen, tachándola de fría, distante o incluso borde», asegura la autora del libro.
Tres lustros después de su muerte, son muchos los cantantes que ahora reivindican la figura de Mari Trini, y algunos de ellos lo han hecho en el libro de Esther Zecco, que ha recogido testimonios de artistas de la talla de Sole Giménez, Cristina Rosevinge o Sergio Dalma. Todos ellos han valorado la trayectoria musical y personal de la cantante murciana, que también cuenta con reconocimiento fuera de las fronteras nacionales.
Así, Zecco señala que el propio Jacques Brel se rindió al talento de Mari Trini, y en el museo dedicado al cantante belga en París figura una mención a la versión que realizó de su inmortal canción 'Ne me quitte pas', que valoró como la mejor que se había hecho en la historia, quizá apoyada en la innegable influencia de la música francesa que tuvo en la primera parte de su carrera.
La autora asegura que el libro surge en el tiempo de pandemia desde la curiosidad por la figura de Mari Trini, y decidió aceptar la oferta de la editorial pese a no considerarse escritora. «Yo soy cantante y compositora de canciones que cuentan historias en tres minutos, pero a la hora de abordar esta biografía he querido hacerlo desde la discrección. A mí me hubiera gustado conocer a Mari Trini y haber escrito este libro después de hablar con ella. Como eso no ha podido ser, decidí que no hablaría de aquellos temas de los que ella tampoco habló en sus entrevistas. Por eso, no he querido profundizar en asuntos de su vida privada como su vida sentimental o los problemas económicos provocados por personas de su confianza que tuvo al final de su vida, que aunque los conozco, indagar en ello provocaría mucho sufrimiento».
De entre su amplia discografía, Zecco elige como el mejor disco 'Mari Trini en vivo', un elepé grabado en 1985 de un concierto que la cantante ofreció en el Teatro Salamanca de Madrid que para ella «refleja perfectamente la esencia de la artista y la fuerza y el magnetismo que tenía sobre el escenario. Para decantarse por la mejor canción, recurre a la más emblemática 'Yo no soy esa' que pese a que tiene más de 50 años «su mensaje es de rabiosa actualidad».