Resumen del día: Bildu se hace con la alcaldía de Pamplona gracias al apoyo del PSOE, el presidente del Tribunal Supremo cancela su reunión con el ministro de Justicia por las críticas de los independentistas a los jueces, y a continuación Puigdemont amenaza desde el parlamento europeo a Pedro Sánchez sobre las consecuencias de no cumplir sus compromisos.
El sanchismo no nos ahorra ni una mala noticia, ni un disgusto, ahonda la sensación de que el gobierno de España está entregado a quienes la quieren despedazar antes de abandonarla.
El PSOE de Sánchez ha llegado a un acuerdo con Bildu para presentar una moción de censura a la alcaldesa de Pamplona y convertir en alcalde a un miembro de EH-Bildu. Ya lo fue en el pasado, además es verdad que UPN ganó muy justo, ni siquiera con el PP lograba la mayoría suficiente para gobernar en un ayuntamiento estable; además en democracia hay que asumir, respetar y aceptar las reglas de que gobierna quien acumula más escaños, concejales en este caso. Pero la carambola llega en un momento especialmente hiriente para los millones de españoles que sin ser siquiera de derechas asisten con preocupación máxima al espectáculo de ver cómo gobierna un partido que no ganó las elecciones, con un presidente y unos ministros que ni se inmutan por llegar a acuerdos indeseables con el apoyo de partidos con los que aseguraban que jamás iban a pactar, y potencian a siglas y candidatos de biografía nada edificante, algunos con condenas de los tribunales por delitos graves.
Los mismos que han negociado con esos partidos y personajes el apoyo su gobierno -previo pago de su importe- demonizan a Feijóo y al PP por llegar a acuerdos con Vox, por tratarse de un partido de ultraderecha. Lo es, y a millones de españoles nos produce una incomodidad infinita, un rechazo absoluto; pero más grave es llegar a acuerdos con partidos que impulsan una amnistía para borrar sus delitos y llevan a la alcaldía de la capital navarra al candidato de un partido que acoge a condenados por terrorismo y sigue sin condenar a una banda terrorista que ha cometido más de 800 asesinatos y docenas de miles de heridos. Un "blanqueo" en toda regla de biografías deleznables.
Al mismo tiempo que se anunciaba el acuerdo entre el sanchismo y Bildu, Pedro Sánchez exponía en Estrasburgo, el balance de su gestión como presidente de turno de la UE, balance que considera muy positivo, as, cuando ha sido uno de los más pobres que se recuerdan. Solo se han cumplido los proyectos energéticos y relacionados con el medio ambiente, y no del todo. Sin embargo Sánchez rebosaba satisfacción por todos sus poros, actitud habitual del presidente cuando pretende ocultar fallos de gestión.
A lo largo del día se producían nuevos acontecimientos que a cualquier político le bajarían los humos: las amenazas de Puigdemont… y el plante del presidente del Supremo al ministro Bolaños. Vamos de mal en peor.