Segovia recibe con emoción a un nuevo sacerdote diocesano

M.G.
-

Más de un millar de personas llenaron la Catedral para presenciar la ceremonia de ordenación sacerdotal de Alberto Janusz Kasprzykowski, la segunda en tres años en la diócesis.

El nuevo sacerdote, en uno de los momentos más emotivos del ritual de ordenación - Foto: M.G.

Casi un año después de recibir su Ordenación Diaconal, y cerca de tres desde que el presbiterio diocesano acogiera a su último sacerdote ordenado —Álvaro Marín fue ordenado el 20 de junio de 2021— Alberto Janusz Kasprzykowski Esteban ha recibido el sacramento del orden sacerdotal de manos del obispo César Franco en una emotiva ceremonia celebrada en la Santa Iglesia Catedral a la que asistieron cerca de un millar de personas.

Alberto es graduado en Física, y realizó los estudios de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Actualmente, se encuentra en Roma, donde está cursando los estudios de Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana. Allí volverá el próximo curso, ya como sacerdote diocesano, después de descansar este verano y servir, como siempre lo hace, allí donde se le necesite.

La cerremonia de ordenación se celebró conforme al ritual canónico efectuado a tal fin, que comenzó con la presentación del aún diácono ante el obispo para refrendar su idoneidad por parte del rector del Seminario Diocesano Juan Cruz Arnanz. Posteriormente, efectuó sus promesas y, tras ello, protagonizó la postración, momento en el que se realizó la invocación de la intercesión de los santos mediante el canto de las letanías. 

A continuación, se llevó a cabo  el rito de ordenación sacerdotal con la imposición de manos —por el Obispo y todo el presbiterio—, y la plegaria de ordenación, tras la que Alberto recibió su estola al estilo sacerdotal y fue revestido con la casulla. Después, El obispo ungió las manos del ya sacerdote con el Santo Crisma, signo del carácter sacramental de la ordenación, y entregó a Alberto el cáliz y la patena con la que se va a celebrar la Eucaristía, en la que el nuevo presbítero concelebrará por primera vez. El abrazo entre ambos, y después con los presbíteros concelebrantes, en señal de acogida en el ministerio, puso fin al ritual.

En su homilía, el obispo pidió al nuevo sacerdote que mantenga viva la fe a lo largo de su vida pastoral, y realizó un encendido elegio del ministerio sacerdotal al asegurar que su entrega es símbolo de la entrega de Cristo a su iglesia, que ejemplifican a diario los sacerdotes.

Por su parte, el nuevo sacerdote agradeció con emoción en su primera intervención tras la ordenación a todas las personas que han hecho posible que llegara a cumplir con su vocación, y expresó su compromiso de vivir el sacerdocio desde la entrega a los demás.

ARCHIVADO EN: César Franco, Salamanca, Roma