La política con mayúsculas, "como norma básica para mejorar la vida de los ciudadanos" es la que el nuevo delegado del Gobierno en Castilla y León, el leonés Nicanor Sen Vélez, se ha comprometido a mantener desde su nuevo cometido asumido este lunes oficialmente y con el que también pretende ser "incansable" en su intento por "solucionar las graves carencias que sufren diferentes territorios". Sen Vélez confesó que hoy era uno de los días más importantes de su carrera política al reconocer la "enorme" responsabilidad que conlleva la representación del Gobierno de España. Recordó que es una persona afortunada, al nacer en una familia numerosa, alimentada con el "negro carbón leonés". "Nunca nos sobró nada, nunca nos faltó nada. Nacer y criarse en una tierra minera te enseña muchas cosas y cada día es una lucha, por lo que el compañerismo y la lealtad son valores con mayúscula", aseveró. 

En un abarrotado salón de actos de la Delegación del Gobierno, en Valladolid, y arropado por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible y exalcalde de la capital, Óscar Puente; el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y la delegada saliente, la soriana Virginia Barcones, el nuevo máximo representante del Estado en la Comunidad ha hecho a lo largo de su intervención una apuesta por "el diálogo, la colaboración, la lealtad a las normas y a la diversidad de opiniones" como principios básicos de actuación.

Y es que en una Castilla y León que ha definido como "la tierra del municipalismo, con cientos de ayuntamientos y miles de pueblos, su magna extensión y todos sus condicionantes" son, como así ha advertido, "retos diarios de los distintos cargos públicos" que es preciso atender con cooperación entre administraciones públicas, desde el Gobierno central, la Junta, las diputaciones, las entidade locales y las juntas vecinales.

"Jamás el conflicto, el enfrentamiento o el incumplimiento de las normas establecidas unieron a nadie", ha insistido el nuevo delegado del Gobierno, quien, ha aprovechado para destacar que lleva a su nuevo cometido con la experiencia de dos décadas como alcalde de Cistierna (León) y distintas responsabilidades como senador y últimamente como vicepresidente de la Diputación leonesa, cargos que, como así ha puntualizado, le ha ayudado a ser "mejor persona y más humano".