'Sol de enero, poco duradero'. Éste es el refrán popular que más se adapta a la meteorología del primer mes del año, o se adaptaba. Desde finales del mes de enero hasta lo que llevamos de febrero, la tendencia general ha sido una temperatura similar a la que podemos apreciar en primavera, con todo lo que ello conlleva.
La preocupación en el campo viene de atrás, ya que el cambio en las condiciones climatológicas no está beneficiando a la agricultura. Como ejemplo, el año 2023 en Segovia ha sido muy cálido y húmedo, según el experto en meteorología y responsable de @meteosegovia, Adrián Escobar, con una temperatura media de 13,6ºC, lo que supone 1,1ºC por encima de lo normal. «Esto le ha convertido en el tercer año más cálido desde 1920», indica. En cuanto a las precipitaciones, el total ha sido de 570,2 litros por metro cuadrado, lo que supone 102 litros por encima de la media normal. «La primera mitad del año ha sido irregular, pero la segunda ha sido muy húmeda, concentrándose la lluvia entre los meses de septiembre, octubre y noviembre».
«Nefasto», ese ha sido el adjetivo con el que el presidente de Unión de Campesinos, César Acebes, ha considerado el año 2023 tanto en la agricultura como en la ganadería.
A pesar de que Acebes revelaba que la campaña empezaba con buenas esperanzas de producción pese al lastre de los costes, los que ha calificado como los «más caros de la historia», éstas expectativas se fueron desvaneciendo en primavera debido a la falta de precipitaciones. «Cayó una pequeña tormenta en el mes de junio pero al sector cerealista no nos solucionó nada porque la planta ya estaba desarrollada, por lo tanto, en verano comprobamos que no había solución. Ha sido un desastre», lamentaba.
En el sector ganadero el año ha sido similar al de la agricultura. «Las cosas venían normales hasta que llegó la primavera y se complicó todo porque no llovía, eso se traduce en que nos quedamos sin pastos y los ganaderos se vieron abocados a comprar forzosamente paja y el precio se disparó». Es por esto que Aceves denuncia que los ganaderos hayan tenido que pagar un precio por la paja «desorbitado», a lo que se suma una campaña del cereal «catastrófica».
Pero actualmente la cosa no ha ido a mejor. «La planta, sobre todo el cereal y la planta de suelo lo que hace cuando viene el frío es desarrollar la raíz, pero con este tiempo que tenemos ahora no lo está haciendo», apunta Acebes. «Cuando hemos estado en Santa María la Real de Nieva había un manzano que ya tenía hojas», recuerda, e indica que «hay miedo a las heladas porque los árboles frutales están brotando». «Lo más probable para terminar de rematar la faena es que venga el hielo y se cargue los brotes verdes que tenemos».
Además, otro de sus miedos es que se prolongue la sequía que se ha vivido durante el último año, un miedo que se extiende a las inundaciones. «Pasamos de un extremo a otro. Hemos pasado de no caer una gota a no dejar de llover, y las tareas las hemos hecho como hemos podido pero seguimos teniendo problemas porque el tiempo no nos da tregua para hacer las tareas de una forma decente», lamenta.
Por su parte, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Segovia (Asaja), Guzmán Bayón, explica que el campo «es un negocio que está al aire libre» y comparte la opinión de Aceves en que la campaña de 2023 fue «nefasta». «Justo antes de Semana Santa la cosecha estaba ideal, pero vinieron calores a partir del 15 de abril y luego el hielo, y nos quedamos sin nada», lamenta.
En cuanto al clima actual Bayón explica que «las temperaturas altas fuera de temporada nunca son buenas». Además, apunta a que las inundaciones que han dejado la gran cantidad de precipitaciones caídas en estos dos primeros meses del año «son malísimas». «Ahora tenemos los cultivos muy inundados en muchas zonas. En esos cultivos las raíces generan podredumbre y se estropean; encima en zonas que pueden ser altamente productivas pero que ya no van a llegar a esa producción». Además apunta a que hay muchas zonas en la provincia de Segovia en las que si vuelve a llover pronto, lo que se sumaría a la cantidad de agua ya caída, «va a ser muy difícil reconducirlas, ya no para que tengan una cosecha buena, sino para que la tengan normal porque se va a estropear la producción».
El presidente de Asaja Segovia desvela que su esperanza pasa porque el 2024 sea un año «normal». «Lo que queremos es que sea un año bueno, pero deseamos y esperamos que como mínimo sea un año normal después de las dos últimas cosechas», ya que la temporada de 2022 la considera «mala» mientras que la de 2023, «peor». A lo que se suman los costes de producción , que no dejan de aumentar. «Los costes son muy altos, y para recuperar esa inversión necesitamos unas cosechas en condiciones», apunta.
Una opinión que comparte con el presidente de Unión de Campesinos. «La gente está preocupada tras «un 2022 malo y un 2023 nefasto», y añade que espera que «por lo menos, 2024 sea un año decente». «Con las ayudas nulas o escasas que hemos tenido si encima es un año malo puede ser una debacle», explica, y lamenta que ha habido agricultores que se han tenido que buscar «las habichuelas para poder sembrar este año debido a la falta de liquidez; ha habido otra gente que no ha podido ni siquiera sembrar porque las condiciones climatológicas no se lo han permitido y ha habido otra gente que no ha podido recoger lo que tenía».
«Esta campaña se ha iniciado de una forma muy rara y muy malamente. Los cambios climáticos son cada vez más graves y más intensos por lo tanto hay una incertidumbre en el campo que no nos permite hacer planes ni a medio plazo siquiera, pero parece que esto ha venido para quedarse así que vamos a ver cómo somos capaces de adaptarnos», finaliza Acebes.