Una leyenda ha comenzado a decir adiós. El capitán del Viveros Herol Nava, Carlos Villagrán, ha anunciado que se retirará del balonmano al finalizar la temporada. Lo ha comunicado a través de un vídeo publicado en las redes sociales del club navero en el que subraya que «me siento un privilegiado por haber recibido tanto cariño durante todo este tiempo». Protagonista en la escalada del Nava hasta la máxima categoría del balonmano español, incluidos tres ascensos, Villagrán ha trascendido no obstante al jugador del balonmano con su papel también como directivo de una entidad que ha conseguido extender la pasión por el balonmano a todo un pueblo.
«El transatlántico que tenemos ahora no es la barquita que creamos en 1976 y él ha conocido el club desde el principio. Me quedo con la visión tan clara de las cosas que ha demostrado siempre», destaca el directivo Tinín Campillo, uno de los precursores además del Balonmano Nava. Villagrán entró en el club siendo un niño, un poco antes que David de Diego a pesar de que nacieron el mismo año (1984). «Él empezó a jugar antes que yo porque su hermano estaba metido. Siempre ha tenido muchísima ilusión por el balonmano y siempre ha antepuesto el Balonmano Nava a todo», cuenta el exguardameta, con el que vivió el primer gran momento de su vida deportiva. Como cadetes de segundo año ficharon por la cantera del Balonmano Valladolid junto a los también naveros Alberto García, Iván Martín y Miguel Ángel Velasco. «No hacíamos muchas trastadas. Sí que conocimos mucha gente e hicimos muchas amistades», apunta el propio De Diego.
Villagrán todavía jugó una temporada en Salamanca antes de contribuir a cambiar la historia del Balonmano Nava. En apenas una década Nava de la Asunción (2.751 habitantes) sustituyó las ligas regionales por el Barça, Ademar León, Granollers... La cima del balonmano español. Y Villagrán fue uno de los que compatibilizó la cancha y los despachos, además de su trabajo como carpintero, el cual ha mantenido hasta el pasado verano. «Carlos es uno de los principales culpables de lo que se ha conseguido. Nos tocaba jugar y estar pendiente de otras cosas que no tenían nada que ver, como que el resto de jugadores cumplieran lo que se había dicho. Siempre han salido las cosas bien porque hacíamos las cosas con compromiso y con corazón. No se puede complacer a todo el mundo y a Carlos nunca le ha importado lo que decían sino que siempre ha mirado por el bien del club», remarca De Diego.
Fase de ascenso a División de Honor Plata en Badajoz en 2010. - Foto: Foto del libro '35 años del Club Balonmano Nava'Pronto se reveló también como un jugador inquieto. «En Valladolid, cuando se fue de cadete, aprendió trabajo, disciplina y a leer el balonmano con el exseleccionador nacional Juan Carlos Pastor y con Jota, que actualmente es técnico del PSG. Y luego se ha preocupado de seguir formándose. Es entrenador nacional», subraya Campillo, amigo personal además de Villagrán. «Es una esponja a la hora de aprender cosas y ha aprendido a manejarse fuera de la cancha hasta convertirse en un estandarte del Club Balonmano Nava.Si hubiera sido solo profesional, tendría tres años más de balonmano porque lee muy bien los partidos. Pero se ocupa de cosas de la base, de la directiva, de las entradas… Y llega cansado a entrenar. Como se ha retirado joven y en la cresta de la ola, le he dicho que se va a quedar aquí para siempre. Estamos muchos colaborando en la gestión diaria del club pero tiene mucho criterio en las decisiones que toma», añade el propio Campillo.
Antes de colgar las zapatillas, Villagrán tiene que afrontar aún el reto de devolver al Nava a Asobal. «Siempre ha liderado desde su carisma y desde contagiar entusiasmo, no como una estrella. Él no es una estrella pero siempre ha tenido el carisma de líder. Y ha sido un buen jugador, por supuesto», dice su actual entrenador, Álvaro Senovilla, que espera que continúe ligado al club. El '14' eterno ya desempeña las funciones de coordinador deportivo que hasta hace no mucho desempeñó Félix García, ahora entrenador del Saint-Amand-les-Eaux, de la primera división francesa de balonmano femenino. «Estuve en Nava tres años y estoy seguro de que volveré a trabajar allí, y eso es gracias a personas como Carlos, que te transmiten su pasión por el club. No solo por el primer equipo sino también por la cantera, por el pueblo y por el balonmano. A los que venimos de fuera nos hace tener el sentimiento navero», argumenta.
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El anuncio de su retirada ha generado numerosas reacciones en las redes sociales, todas positivas. «Todos los entrenadores valoramos tener en el vestuario a alguien que sea sano y sume. Ese es Carlos», concluye Juan García, que entrenó a Villagrán en su etapa en Salamanca y en la selección de Castilla y León cadete campeona de España en 2000.