El artista Carlos Muñoz de Pablos (Segovia, 1938), uno de los vitralistas más reconocidos en el ámbito europeo, donde ha restaurado importantes vidrieras, investigando en métodos que las doten de seguridad y conservando colores originales empleados ya en la época flamenca (siglo XV y XVI), no solo tiene en la cabeza a la ciudad que le vio nacer y a la que, desde su óptica y sensibilidad, ha podido defender de desmanes patrimoniales, junto a otros compañeros, sino que también la lleva en las entrañas, en lo emocional, palabra a la que recurre permanentemente en estos días, después de la aprobación unánime por el pleno municipal de la concesión del título de hijo predilecto: «Me dicen que defiendo a Segovia, que tiene sus cosas, sus defectos, pero por encima de de todo eso hay una cuestión que es la emoción, una mayor sensibilidad hacia ella», asegura.
Con el vértigo de echar la vista atrás, a sus 14 años, cuando ya pintaba y obtenía propinas como repartidor de una tienda de comestibles de la calle Velarde, donde ahora reside y tiene uno de sus talleres, se consideraba «un niño de la calle». Entonces, se topó con un libro sobre vidrieras que le regaló Eva Fromkes, la viuda del pintor estadounidense de origen polaco Maurice Fromkes. Ahí comenzó todo que luego se iría complementando desde su paso por la Casa Maumejean [una empresa fundada en 1860 dedicada a la realización de vidrieras artísticas durante 150 años] o por las escuelas de artes y oficios o la Escuela Superior de Bellas Artes.
De sus comienzos, este hombre, que ya ostenta la medalla al mérito cultural, desde 2019, con « una trayectoria brillante que le ha convertido en una personalidad de referencia en su ámbito profesional dentro y fuera de esta ciudad, llevando el nombre de Segovia por todos los lugares donde ha realizado su actividad», según el informe aprobado en el plenario, en una candidatura apoyada por sus compañeros de la Real Academia de San Quirce –en donde tiene la misión de conservar la casa-museo donde residió el poeta Antonio Machado–, se ve próximo a la Ilustración que, a su juicio, «es el periodo donde se une la ciencia y el arte, se compendian los conocimientos prácticamente universales para hacerlos didácticos». No en vano, en su amplio currículum de trabajos y premios se encuentra el haber sido uno de los impulsores de la recuperación de la RealFábrica de Cristales de La Granja, del siglo XVIII.
Partiendo de que la vidriera ilumina un espacio, su parte más humanística, que no tiene la pintura, Muñoz de Pablos mantiene que el vidrio «es el cerramiento de la arquitectura que permite al ser humano vivir en un espacio protegido e iluminado, desde hace siglos, es la base del humanismo habitable», admite.
«La vidriera pertenece a un bello oficio donde la técnica y la ciencia está implicada hasta el núcleo, la razón y la emoción se juntan en la obra, entonces las manos tienen un valor muy importante, hay un libro que se llama 'La mano que piensa' [donde Juhani Pallasma, analiza la esencia de la mano y su papel crucial en la evolución de las destrezas, la inteligencia y las capacidades conceptuales del hombre], esto hay que rescatarlo para que la pedagogía tenga como principio esas bases».
Siguiendo los pasos de un profesor de procedimientos pictóricos de su paso por Bellas Artes, que podría ser el mejor pintor al fresco en España casi desde el veneciano Luca Giordano, en el siglo XVII, adquirió un «soporte» técnico sobre pigmentos, aglutinantes, resinas, aceites o disolventes, conocimientos que ha ido desarrollando y que ha pasado a sus hijos Pablo y Alfonso, también procedentes de Bellas Artes, con los que ha conformado 'Vetraria', de quien su padre dice que «han sabido recoger estas cosas y otras muchas más». Para este vitralista, «la materia es el soporte de todo, de las emociones y de las ideas, si no existe, éstas se disipan o no se expresan bien (...) el arte necesita un sedimento, un conocimiento profundo, y eso se está perdiendo un poco».
Enemigo del excesivo nacionalismo y de la vuelta a la tribu y con interés por algunos efectos de la globalización, aunque con matices, por lo que estima que deberá pasar un tiempo para ver qué ocurre, vuelve a recordar etapas en la ciudad, «en las pequeñas cosas que se pueden hacer que parece que no tienen importancia y luego crecen en progresión geométrica, como cuando se abre un abanico».
Habla de su época de estudiante en la Escuela de Artes yOficios en los años cincuenta del siglo pasado, en el antiguo 'Hospital de viejos', ahora Museo 'Esteban Vicente', con García Moro, Francisco Lorenzo Tardón, Alberto García Gil o Antonio Hernando Cantalejo, autor de las grandes carteleras de los cines de GranVía, en Madrid. Luego junto a muchos de estos nombres y el del historiador Antonio Ruiz, entre otros, refundaron aquella escuela en la Casa de los Picos, lo que le lleva a la conclusión de que «eso no es una casualidad».
Como tampoco fue la creación de la Catedra de Folclore 'Agapito Marazuela', junto conMoro y Fausto Núñez, con ayuda de la Caja de Ahorros, para que el maestro tuviera una pequeña asignación y un abrigo en invierno, y hoy los intérpretes de dulzaina se cuentan por cientos. «No hay que renunciar a estas cosas, en principio sin importancia, siempre tienen consecuencias», advierte este hijo predilecto.
Los 17 'hijos' de Segovia
El registro de concesiones honores y distinciones del Ayuntamiento de Segovia contempla diferentes reconocimientos, desde los títulos de hijo predilecto o adoptivo, que en la época más reciente de la historia del consistorio se unen en el caso del poeta Antonio Machado y de la filósofa y ensayista María Zambrano, hasta medallas en diferentes categorías, reconocimientos públicos o denominaciones de calles o plazas, entre otros.
En la lista completa de los depositarios, la primera que figura es la Virgen de la Fuencisla, patrona de la Ciudad yTierra de Segovia, a quien se otorgó la Medalla de Oro, por un acuerdo del 17 de mayo de 1939, similar a la que se concedió a quien era jefe del estado, Francisco Franco, el 22 de junio de 1946, también la única revocada, por un acuerdo del pleno del 30 de marzo de 2009.
Al hablar de los 'predilectos', desde el primero, quien era gobernador civil, en 1945, José Clavero Núñez –al entender la corporación que había llegado el momento de «hacer justicia y rendirle unhomenaje que haga expresión real de espiritualidad y permanencia», según el acta de la Comisión Permanente que obra en el ArchivoMunicipal–, hasta la aprobación, este martes, de la concesión al artista Carlos Muñoz de Pablos. el título lo ostentaban 16 personas. La cifra se obtiene si se tienen en cuenta por separado a los cuatro miembros fundadores del grupo de folclore NuevoMester de Juglaría Rafael San Frutos, Luis Martín, Fernando Ortiz y Francisco García, galardonados en 2019, ya que Llanos Monreal, nacida en Albacete, fue nombrada hija adoptiva.
El 15 de junio de 1959, pasaron a contar con el título de 'predilectos' tres militares: el general del Cuerpo de Ingenieros, Joaquín Planell Riera, ministro de Industria, que ingresó en la Academia de Artillería, el 10 de junio de 1910, quien, a raíz del 'Desastre de Annual', investigó sobre la utilidad de los gases de guerra en Marruecos; Jorge Vigón Suerodíaz, general de brigada de Artillería, ministro de Obras Públicas, Premio Nacional de Periodismo (1949) y de Literatura (1950), que también pasó por la Academia, y Agustín Plana Sancho, procedente asimismo de este centro de enseñanza.
A ellos les siguió, por acuerdo de 1963, el general José Sánchez Gutiérrez, por entender, según el acta plenaria, que «su presencia entre nosotros al iniciarse el movimiento nacional fue esperanza para los segovianos y su intervención en el trance un factor decisivo para la ciudad y su destino».
paréntesis. Pasó un largo paréntesis de tiempo hasta que, en 1994, se reconocieron los méritos del ciclista Pedro Delgado, que ganó dos vueltas a España y el Tour de Francia, promocionando el nombre de Segovia, como también lo hizo, aunque en el plano gastronómico, el siguiente en recibir el título, Tomás Urrialde, en 2006, referente de la cocina Castellana.
El nombre de Teresa Aragoneses Isabel –junto con Zambrano, las únicas hijas predilectas–, en 2009, se asocia a su trabajo en impulsar la Asociación Provincial de Padres yProtectores de Deficientes Intelectuales y Mentales de Segovia (Apadefim), prestando apoyo tanto a personas con discapacidad como a sus familias.
El tercero en recibir el pergamino que le acredita ser hijo predilecto en los primeros treinta años de democracia, después de los dos anteriores, fue Antonio Horcajo Matesanz, en 2013, quien, como vicesecretario de Ordenación Económica de la provincia fue el creador de los polígonos industriales de Segovia, fundando en 1986 la Asociación de Empresas del Polígono de Hontoria y uno de los impulsores de la patronal CEOE. Llegó a ser concejal en Madrid, colocando en varias de sus calles nombres de segovianos ilustres.
La voz de Segovia, el periodista Alfredo Matesanz, recogió su título, en 2014, valorándose su consideración con los vecinos y su trabajo, dedicación y esfuerzo como profesional de la comunicación. Hasta este jueves la lista la cerraba Nuevo Mester de Juglaría, el grupo de folclore en activo más antiguo de España, con 53 años, que se consolidó durante la transición con discos como 'Los Comuneros', aún hoy de plena actualidad.