Alemania pone su futuro en juego

SPC-Agencias
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El país afronta sus comicios más decisivos en medio del auge de la ultraderecha y la demanda de medidas contra la inmigración, en una cita con las urnas que marcará los próximos pasos de Europa

Alemania pone su futuro en juego - Foto: Liesa Johannssen

Casi nadie apostaba por un anticipo electoral en Alemania, pero, finalmente, el país germano pone este domingo en juego su futuro con los que podrían ser sus comicios más decisivos en décadas. Los ciudadanos de la primera potencia de la Unión Europea acuden a votar con la recesión económica, hasta la crisis industrial, la inmigración o el medio ambiente sobre la mesa, y siendo conscientes de que lo reflejado en el escrutinio impactará más allá de las fronteras de la nación teutona, sumida en un inestable orden interno, comunitario y global.

Estas no son unas elecciones más para Alemania. Lo que se decide es la capacidad de los partidos democráticos para frenar el ascenso de la ultraderecha, auspiciada por la llegada de Trump en EEUU, el desenlace de la guerra en Ucrania y el papel de los europeos en ese final, y el futuro de las relaciones con Estados Unidos y Rusia, que amenazan con llegar a un punto de no retorno.

En un país marcado en el último año por varios atentados yihadistas, como el de Solingen o el último en Múnich el pasado 13 de febrero, el próximo canciller alemán -el conservador Friedrich Merz según la mayoría de encuestas- y su Gobierno están llamados a asumir en el Viejo Continente un papel preponderante tras la moderación en el plano internacional de Olaf Scholz.

El aún canciller pudo convocar elecciones tras someterse a una moción de censura premeditada, poniendo fin a la coalición semáforo que formaban el Partido Socialdemócrata (SPD), el Partido Liberal (FDP) y los Verdes. Ahora, se da por descontado que Merz será el ganador, pero necesitará un socio para poder gobernar. Descartada la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) debido al cordón sanitario, la estabilidad del país reside en la posibilidad de llegar a un compromiso con el SPD o con los Verdes, de quienes separan a los conservadores algunas diferencias fundamentales.

Se desconoce si tres partidos menores entrarán o no en el Parlamento, lo que afectaría al reparto de escaños y, por ende, a si serán necesarios dos o tres formaciones para una mayoría. Durante su campaña, Merz ha afirmado tajantemente que no cooperará con AfD, pero muchos expertos creen que ya no se puede descartar que acabe por ceder si no halla otra opción de Gobierno y pacte con un partido que comparte gran parte de sus propuestas para endurecer la política migratoria y cerrar las fronteras.

Propuestas partidistas

 El favorito para hacerse con la victoria es Merz, quien ha girado la Unión Cristianodemócrata (CDU) a la derecha en busca de sus raíces conservadoras tras una crisis de identidad durante la larga era de Angela Merkel. 

Las recetas de la formación pasan por la bajada de impuestos y la reducción de los costes de las empresas para hacer de Alemania un emplazamiento más atractivo. Asimismo, la CDU reclama una política de asilo más estricta y una congelación de facto de los permisos de residencia en la frontera.

Por su parte, la AfD de Alice Weidel, segunda en los sondeos, amenaza el panorama político alemán desde la ultraderecha. Hasta ahora, el país ha logrado mantener a ese grupo fuera de toda responsabilidad de Gobierno en Berlín y en los estados federados. Muy presente en el este, su campaña ha estado marcada por su fuerte rechazo a la inmigración, a la ayuda militar a Ucrania y a las sanciones a Rusia, así como la petición de que Alemania salga de la eurozona y de la UE.

En tercer lugar se prevé que termine el SPD de Scholz, una formación de Gobierno histórica en horas bajas que podría firmar su peor resultado desde 1949. Su enfoque se centra en la justicia social, aumentar el salario mínimo y reducir impuestos para quienes ganan menos.

Los Verdes, por su lado, se presentan como un comodín, ya que es probable que el ganador recurra a ellos para formar Gobierno. La formación liderada por Robert Habeck ya formó parte del último Ejecutivo, impulsada por su activismo contra la energía nuclear y el ecologismo, aunque en esta campaña ha identificado como relevantes la seguridad o la inmigración.

Un papel residual apuntan a tener tanto el Partido Liberal (FDP) como la populista BSW, en unas elecciones que se antojan trascendentales para el futuro de Alemania y, por ende, de Europa.