Se jubila Ángel Román, el alma de la Hermandad de Donantes

Nacho Sáez
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El ya exsecretario general ha trabajado durante 43 años en la organización.

Se jubila Ángel Román, el alma de la Hermandad de Donantes - Foto: Rosa Blanco

El moderno autobús que cada cierto tiempo aparca en la avenida del Acueducto para extraer sangre a los donantes fue un día una furgoneta. Lo recuerda Ángel Román, que se jubila tras 43 años como trabajador de la Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia. «Nos la donó Caja Segovia. Era pequeña y en ella iban el médico, dos enfermeras y el conductor», relata sentado en una silla en la sede de la Hermandad, otro de los signos de la evolución que ha experimentado esta organización. De tener un rincón en el Hospital General y en el Policlínico pasó a tener en 2009 una oficina propia en el barrio de Nueva Segovia.

La Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia es una institución muy querida. Dirigida con una gestión modélica, ha cumplido con su función sin hacer más ruido del necesario y ha ido más allá. Ha tenido un papel fundamental en la labor de concienciación sobre la importancia de donar sangre. 2023 lo cerró con 6.465 donaciones -144 más que el año anterior- y con la esperanza de superar la barrera psicológica de 7.000 donaciones anuales.

«Los recuerdos de los primeros años son los de nuestra lucha permanente por contar con unidades móviles y equipos que se pudieran mover por toda la provincia», señala Román, el hasta hace unos días secretario general de la Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia. «Lo que parecía una utopía ahora se ve transformada en una auténtica maravilla porque hay días que tenemos tres o cuatro puntos de donación en Segovia capital o en la provincia atendiendo a todo aquel que quiere donar sangre».

Con un presupuesto que apenas supera los 50.000 euros, la Hermandad mantiene la colaboración habitual con el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León y cuenta con 97 delegados locales en más de 40 municipios. Pero ni ahora ni antes las cosas fueron fáciles. «Lo he dicho en alguna ocasión. Trabajaba en la Hermandad de Donantes de Sangre de de ocho a tres, pero por los donantes de sangre de tres a ocho. Estás las 24 horas pendiente», remarca Román, que señala como punto de inflexión en el auge de la donación de sangre la apertura del Hospital General de Segovia hace medio siglo: «Pasó a tener un servicio de hematología que nos ha dado la fuerza para ser lo que somos».

En 2022, Segovia superó en donaciones a Ávila, El Bierzo, Soria y Zamora y experimentó un crecimiento mayor que Palencia, Salamanca y Valladolid. «No dejamos que baje ni que se relaje el personal. En julio hay 18 salidas solo hasta el día 25, además del punto fijo del Hospital, que está disponible el lunes y el martes por la mañana y el viernes por la tarde. El reto inmediato yo creo que es superar la famosa cifra de 7.000 donaciones y estamos muy cerca de ellas. Yo estoy esperanzado, en que posiblemente se consiga en este año. Y si no se consigue estaremos muy cerca. Y luego hay que estar muy atentos a todas las indicaciones que llegan desde el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León con con la doctora Lydia Blanco a la cabeza de este magnífico equipo», subraya Román.

La donación de sangre se ha beneficiado de la evolución investigadora y tecnológica a lo largo de las cuatro últimas décadas. «El fraccionamiento de sangre en sus cuatro componentes ha representado que una persona puede donar y de esa donación se pueden beneficiar cuatro personas por sus cuatro componentes. Médicamente ahora es todo una maravilla y los medios de comunicación también nos han dado una ventaja muy importante. En muchas ocasiones lo ha dicho nuestro presidente, Mariano de Frutos. Somos como un martillo pilón. Siempre hay que estar dando, dando, dando, dando, dando, y que la gente no se olvide de que es muy necesaria la sangre. Que no se puede fabricar y que al día en Castilla y León se necesitan 450 bolsas de sangre», argumenta Román.

Él recuerda tres momentos críticos: «Cuando el famoso aceite de colza, Se veía entrar a la gente en el Hospital General sin saber qué ocurría y estuvimos volcados en este tema. Otro momento crítico fue la pandemia porque estuvimos en una dualidad. Necesitábamos la sangre de la gente pero al mismo tiempo se la estaba diciendo que no podía salir a la calle. Hubo que trabajar con inteligencia y fuerza y nuestra junta rectora lo reorganizó todo en combinación con el Centro de Hemoterapia. Y luego también fue muy complicado el 'boom' del sida. La gente no quería saber nada de las agujas y hubo que hacer grandes campañas para demostrar que el sistema de la bolsa, los conductos y todo eran de un solo uso. Eso se salvó tan también porque colaboraron los médicos al 100% o al 150%».

Aunque sin dramatismos, la necesidad de donaciones no baja, tal y como recuerdan a través de mensajes de teléfono móvil a los donantes de manera periódica, sobre todo en periodos de mayor urgencia. El autobús estuvo este miércoles y jueves en la avenida del Acueducto, y el miércoles hubo jornadas de extracción en Sanchonuño y Vallelado. Todo sin que dejara de funcionar el punto fijo del Hospital General. «No te olvides de ponerlo en el reportaje», pide Román al redactor de El Día de Segovia. Aunque su prioridad ahora son sus hijos y su nieta, por la Hermandad de Donantes de Sangre él se va a dejar hasta la última gota.