La Audiencia Provincial de Segovia acogerá hasta el 5 de febrero el juicio contra los seis acusados de secuestrar, torturar y robar a un matrimonio. En la primera sesión, cuatro de ellos han reconocido los hechos, que provocaron multitud de lesiones a las víctimas, quienes aún padecen trastorno de estrés postraumático.
En enero de 2020, al menos cuatro de los acusados se hicieron pasar por guardias civiles y dieron el alto al coche en el que circulaba el matrimonio cerca de Boceguillas. Este regresaba a Madrid después de pasar el fin de semana en un balneario de Burgo de Osma (Soria) cuando se desencadenó todo. "Hay cosas que se olvidan y cosas que no se olvidan. Esto no se olvida", ha declarado en el juicio una de las víctimas, que no ha podido evitar romper a llorar en varios momentos al recordarlo.
Ha explicado que, en el transcurso del viaje, se pararon a realizar unas compras y se dieron cuenta de que un hombre les seguía. Lo que no podían imaginar es lo que iba a suceder después. Un vehículo con indicativos policiales los dio el alto. "Salieron encapuchados del coche y uno de ellos pegó un tiro al aire. No parecía el modo de proceder de un policía así que nos encerramos en el coche", ha contado.
Sin embargo, no pudieron evitar el secuestro. Fueron introducidos por separado en sendos vehículos y trasladados por carretera por espacio de casi dos horas hasta llegar a un contenedor de obra en una finca en la provincia de Toledo. Allí fueron brutalmente agredidos durante unas nueve horas para que revelaran dónde tenían escondidas las joyas y el dinero en su domicilio, así como las claves de los sistemas de alarma y posibles cajas de seguridad.
"Mi mujer y yo nos despedimos porque pensábamos que no íbamos a salir de ahí. A mí me dieron descargas con una pistola 'taser' por todo el cuerpo y amenazaron con cortar las manos a mi mujer", ha relatado una de las víctimas. Tras el secuestro y las torturas, los liberaron cerca de su domicilio: "Y en ese momento todavía nos decían que nos iban a volver a meter en el coche".
Una investigación de la Guardia Civil y del Juzgado de Sepúlveda que duró un año permitió detener a los presuntos culpables en Madrid y Toledo, que se habían apoderado de 30.000 euros en efectivo, unos pendientes de oro con brillantes, una medalla con cruz de Caravaca de oro, un Rolex Cellini de oro blanco de 18 quilates, teléfonos móviles y otros efectos valorados en 12.890 euros. La Fiscalía pide para ellos penas que suman 136 años de prisión.
En la primera sesión del juicio, el tribunal ha declarado nulas algunas de las escuchas policiales en las que se basó la investigación y cuatro de los acusados han reconocido los hechos, previsiblemente tras haber alcanzado un acuerdo con la Fiscalía para rebajar sus penas. Uno de ellos incluso hirió de un disparo en el cuello a un guardia civil cuando iba a ser detenido. A los otros dos acusados, hermanos y empresarios del sector inmobiliario, se les atribuye la autoría intelectual del secuestro para cobrar supuestamente una deuda del matrimonio víctima.
El juicio continuará este miércoles, jueves, viernes y una última sesión el 5 de febrero. Se da la circunstancia de que los cuatro acusados que continúan en prisión provisional serán puestos en libertad este viernes a la espera de la sentencia al agotarse el plazo máximo que contempla la ley para la prisión provisional.