El director del Festival de Cine Europeo y Valores Democráticos de Segovia (Fescival), Eliseo de Pablos, asegura que esta iniciativa, que surgió en 2022, lo hizo para "cubrir un vacío" en una provincia que cuenta con una tradición cinematográfico "notable" y que ha sido el escenario del rodaje de más de 800 películas. Así y haciendo una reflexión sobre las necesidades de la sociedad, se tomó la idea de transformar el Ciclo de Cine y Derechos Humanos en un festival "que pusiera en valor los valores democráticos" y que este mes celebra en la provincia, su tercera edición. 

¿En qué consiste el Festival de Cine Europeo y Valores Democráticos?

Este festival sigue la tradición de festivales de cine de Segovia. Durante bastantes años estuvo en marcha Muces, importante a nivel nacional y que, una vez dejó de realizarse, a través de la Fundación Valsaín y Fundación de Valores Democráticos, se tomó la idea de transformar el Ciclo de Cine y Derechos Humanos, para transformarle en un Festival que pusiera en valor los valores democráticos. A tal efecto se produjo una alianza con Eunic, el conjunto de institutos culturales de países europeos en Madrid y otra serie de instituciones culturales y nos pusimos en marcha para organizar un festival de cine europeo que resaltara, además del cine, los valores democráticos. Vimos que nadie hacía esto, que éramos el único festival en Europa con esta perspectiva, en la que unimos cine con otras actividades pedagógicas con especial atención a la infancia y la juventud. 

¿Con qué objetivo nació?

Nació en el año 2022 con el objetivo de cubrir un vacío en una provincia como Segovia, en la que hay bastante afición al cine y lo que quisimos es hacer un festival con un enfoque novedoso y que promocionara el cine y, a su vez, los valores democráticos que promulga la Fundación Valores Democráticos. 

¿Se sigue manteniendo?

Se sigue manteniendo y promocionando. Las películas que forman parte de la programación tienen que tener algún tipo de valor democrático, tomando de referencia los recogidos en la Carta de Niza de la Unión Europea que son los valores más universales, presentes en prácticamente todas las películas. Además, hacemos una serie de actividades que también tratan de unir estos dos aspectos. 

¿Con qué contenidos llega esta tercera edición?

El Festival este año dará comienzo en el Ateneo de Madrid el 15 de octubre con la mesa redonda sobre cine y valores democráticos donde intervinieron Paquita Sauquillo, Álvaro Gil Robles y Fernando Méndez-Leite, acompañado por la proyección de la película 'Nosotros', que trata sobre la inmigración en París. Luego seguimos en Segovia hasta 23 de octubre con 39 películas de 17 países que conformarán un total de 48 proyecciones en diferentes salas, tanto comerciales como de la Cárcel-Centro de Creación, la Biblioteca Pública o el Real Sitio de San Ildefonso. Luego haremos también una serie de sesiones 'pedagógicas' con la colaboración de la Universidad de Valladolid en el Campus 'María Zambrano' donde se tratarán temas sociales, como el derecho a la vivienda o las mujeres olvidadas, con intervenciones de expertos como Marifé Santiago o Jacobo Echeverría. También, Augusto Martínez Torres dará una masterclass sobre su relación con el cine, recuperando una película que rodó en 1968, 'La mano de madera', que nunca se llegó a estrenar. Salvo las películas de cine comercial, que cuentan con un precio de tres euros, las demás salas son gratuitas, con entrada libre hasta completar el aforo. 

¿Alguna novedad destacable?

Esta nueva edición recoge una novedad muy importante que es la puesta en marcha de unas sesiones dedicada a personas con espectro autista que se van a hacer en Segovia y La Granja. Es una novedad porque las personas autistas necesitan condiciones especiales en las salas, también de un tratamiento especial y de un cine muy dirigido a ellos. Creíamos que este colectivo debe conocer el cine y vamos a facilitarles que puedan asistir a las salas. También, tenemos unas sesiones de cine infantil y juvenil muy potentes con las mejores películas de animación de España, desde 'Ana y los lobos' y el 'Sueño de la sultana' y desconocidas que no van a festivales pero que tienen una gran calidad cinematográfica. 

¿Por qué Segovia?

 Segovia porque es una ciudad de cine, una en donde más se ha rodado en la historia del cine, llegando a tener catalogadas más de 800 películas rodadas aquí. Hubo una época dorada del cine americano en los años 60, siendo Segovia el plató favorito para algunos productores como Carlos Saura o Jaime de Arpiñan. Hay una tradición cinematográfica importante, no solo de espectadores, sino también de gente que ha participado y trabajado en las películas como técnicos o actores. 

¿Cómo ha evolucionado esta cita cinematográfica en la provincia?

Empezamos en 2022 con la ilusión propia de hacer una cosa novedosa y con una muy buena aceptación del público porque es una provincia con mucha cultura de festivales, por lo que ya contábamos con un público propenso a ver buen cine y a asistir a los festivales. La evolución es que hemos ido ahondando más en un cine cuyas películas nos están enviando mensajes de valores democráticos y con una calidad cinematográfica muy alta. Hemos evolucionado también en el sentido del cuidado de la programación, haciendo con los institutos culturales unas preprogramaciones que después vamos puliendo y los países dejan sus aportaciones que vamos puliendo hasta configurar una programación amplia y variada, para poner en valor el cine de otros países, como Polonia, Estonia, Eslovenia o Chipre, que no llegan a España, sin olvidar los grandes productores europeos como son Italia, Francia, Alemania e Inglaterra.

¿Qué factores distingue a este festival del resto?

Lo que distingue a este festival del resto dedicados al cine es su objetivo de tratar los valores democráticos con el rescate de películas de muy alto valor cinematográfico, procedentes de países cuyas producciones no llegan a España y ofreciendo ese equilibrio de las distintas visiones de cine que se tienen en Europa. No hay que olvidar que en el cine también hay una diversidad entre los distintos países, algo que enriquece mucho la oferta cultural que ofrecemos. Sobre todo, llevar la conciencia sobre los valores democráticos a los jóvenes, a los niños y a todo el público que asista a las proyecciones. 

En las anteriores ediciones fue una cita cultural con éxito, ¿qué previsiones de acogida tienen para este año?

Tenemos salas que no son muy grandes, pero nuestra previsión es estar cerca de los 3.000 espectadores, que para una ciudad como Segovia es un número bastante importante. Para nosotros, aparte de la cantidad lo que prima es la calidad y no puedes medir el éxito de proyecciones, como por ejemplo las dirigidas a personas autistas, por la cantidad porque afortunadamente no hay muchos. 

Después de tres años de trabajo, ¿qué supone para la organización del festival mantenerse? ¿Y para la provincia de Segovia?

Supone que estamos cumpliendo con el objetivo que nace el festival, que es mantenerle. Este trabajo cuesta mucho, necesitamos apoyo de las instituciones para poder mantenerlo económicamente, además de mantener la ilusión de los patrocinadores. Hay una cosa importante y es que este festival está apoyado por Europa a través de Eunic y esa conjunción nos da ese enfoque global de cine y valores democráticos, con un esfuerzo por mantenerlo muy alto. Y, para la provincia de Segovia, una ciudad muy cosmopolita con 6.000 estudiantes universitarios, un turismo creciente, este festival aporta el entretenimiento de los diferentes colectivos de la ciudad con un tipo de cine que es difícil de ver y que cuenta con gran calidad cinematográfica, además de poner en valor valores democráticos que cohesiona la Unión Europea y los países.