José Álvarez -22 años al frente de la tienda Recycling Segovia en la calle Los Coches- cree que hay futuro para el comercio de proximidad. «Se puede mezclar el comercio 'online' y el presencial. Mi consejo a la gente es que lo intente. Se gana menos dinero que antes, pero se gana dinero», señala en conversación teléfonica desde el lugar al que se ha escapado unos días. La jubilación activa de la que disfruta ahora se lo permite. Tiene más tiempo para el ocio a la vez que sigue atendiendo a sus clientes, aunque ya no desde detrás del mostrador.
Ya alberga pocas esperanzas de que alguien quiera hacerse cargo de su negocio. «Lo he intentado traspasar durante dos o tres años, pero no lo ha querido coger nadie. Ha habido dos o tres personas interesadas pero al final nada, a pesar de que yo pedía muy poco», continúa. Es el epílogo a una actividad comercial que empezó tras dejar su anterior trabajo como gestor de la empresa Eulen. En una entrevista concedida a El Día de Segovia hace ocho años ya calificaba la vida del autónomo como un combate de boxeo. « «Para un autónomo cada día es un asalto, una batalla», cuenta. Le toca desafiar la feroz competencia que le llega a través de internet (»Está haciendo muchísimo daño al pequeño comercio») y de China y asumir que la única ayuda que recibirá será la de su propio esfuerzo y el de los dos trabajadores con los que contaba en ese momento.
«En algún momento he llegado a tener tres, pero ya durante el último año estaba yo solo. Nadie quiere trabajar, los chavales jóvenes no se implican. Pero como el comercio cierre, Segovia se va a parar», remarca esta empresario dedicado al suministro de material de oficina y al reciclaje de cartuchos para impresora de tinta y de láser. En aquella entrevista de 2016 lamentaba la falta de apoyo a los autónomos: « «A los autónomos no nos ayuda nadie. Somos una parte importantísima para que el sistema se sostenga y sin embargo tenemos muy pocas ayudas».
Durante las dos últimas décadas, el despertador ha sonado para él a las siete y media de la mañana, pero no era hasta las ocho y media de la tarde cuando baja la persiana al negocio que posee en la calle Los Coches. Las dificultades a las que diariamente ha hecho frente -entre ellas por supuesto la creciente competencia de las grandes plataformas digitales- no han quebrado, en cualquier caso, su voluntad de sacar adelante su negocio. «Si te rindes, te vas a casa. Hay que trabajar y trabajar y no desanimarse», ha sido su receta. Ahora que ha comenzado una nueva etapa hace balance de estas más de dos décadas y lo tiene claro: «He sido feliz».