El tradicional torneo del Toro de la Vega, sin lanzas ni muerte en público desde la edición de 2017, se ha celebrado este martes en Tordesillas (Valladolid) con un herido de gravedad, un mozo de 35 años que resultó corneado en el abdomen, ha confirmado a EFE el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Oliveira. El herido, cogido de forma violenta, ha sido operado en la enfermería de la plaza de toros de Tordesillas antes de su evacuación a un centro hospitalario de la capital vallisoletana, han informado fuentes de Cruz Roja.

El mozo fue corneado en la zona conocida como la rotonda, a la salida del puente que cruza el río Duero y que marca el límite entre el recorrido urbano y el campestre de este festejo que ha comenzado, como es costumbre, a las 11 horas desde las calles de la villa en dirección al puente y al prado del Zapardiel. El astado, de 580 kilos y perteneciente a la ganadería salmantina de El Pilar, ha protagonizado una carrera rápida hasta la rotonda, donde se ha emplazado durante cerca de media hora y ha protagonizado los momentos más tensos y dramáticos de este festejo que han seguido cientos de personas desde diversos puntos del recorrido.

En este punto se ha producido la cogida más grave cuando un mozo, parapetado detrás de una columna de hormigón situada junto a una farola de gran altura, no ha podido evitar la acometida de "Portillo" que le ha buscado y empitonado por el abdomen. Durante unos segundos dramáticos el corredor ha quedado suspendido en las astas antes de caer al suelo donde el toro, de gran trapío con unas defensas astifinas y corniveletas, se ha ensañado durante cerca de un minuto sin atender los cites de los mozos y pastores que intentaban hacerle el quite.

A merced de "Portillo", coleado al final por varios participantes, el mozo fue finalmente liberado y retirado por diversas personas antes de ser recogido por miembros de Cruz Roja. En 2017, bajo la denominación de Toro de la Peña, se celebró la primera edición sin lanzas debido a la prohibición, mediante un decreto-ley aprobado por el Gobierno de Castilla y León, de la muerte en público de animales en los festejos taurinos tradicionales o populares