La economía de la zona euro regresará a los niveles previos a la crisis "a finales de 2022", según ha anticipado el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, para quien ya se aprecian síntomas de una incipiente recuperación "bastante gradual" que necesitará de tiempo para que empresas y familias superen el shock provocado por la pandemia de COVID-19.
"A medida que se levantan las medidas de contención, vemos algunos signos de una recuperación inicial. Sin embargo, se espera que este proceso sea bastante gradual, ya que tomará tiempo para que los consumidores y las empresas se recuperen de este shock", ha indicado el economista irlandés durante su intervención en un 'webinario' en el marco de las jornadas Frankfurt Main Finance, que tienen lugar en la ciudad sede del BCE.
No obstante, ha advertido de que la débil demanda, las persistentes restricciones de oferta y las continuas restricciones de distanciamiento social están obstaculizando la normalización de la actividad económica.
El banquero central ha estimado que las distintas medidas implementadas desde marzo por el BCE, incluyendo las compras de activos a través del programa PEPP y las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO) aportarán 1,3 puntos porcentuales al crecimiento de la eurozona y elevarán ocho décimas la tasa de inflación hasta 2022.
En concreto, Lane ha apuntado que la intervención del BCE sumará alrededor de cuatro décimas al PIB de la zona euro en 2020 y seis en 2021, con un impacto positivo estimado de unas tres décimas en el crecimiento previsto para 2022.
"En resumen, nuestra respuesta de política monetaria a la pandemia no solo es altamente efectiva para respaldar las condiciones financieras, sino que también brinda un apoyo crucial a la economía real y ha evitado los riesgos de cola más graves", ha defendido el irlandés, quien también ha subrayado el aporte al sostenimiento de la actividad de las medidas fiscales aplicadas, que han impulsado en 2,5 puntos porcentuales la producción de la eurozona en 2020.
De este modo, el economista jefe del BCE ha anticipado que, tras caer un 3,6% en el primer trimestre y ante la previsión de una contracción del 13% en el segundo, el crecimiento se recuperará parcialmente en la segunda mitad de este año y se proyecta que el PIB "volverá al nivel que prevalecía al término de 2019 solo a finales de 2022".
A este respecto, ha advertido de que, si bien es probable que el levantamiento de restricciones esté asociado con una mejora sustancial en los indicadores de crecimiento a corto plazo, la escala de la contracción ha sido tan grande que la actividad general se mantendrá muy por debajo del nivel anterior a la crisis y "la magnitud del rebote en estas semanas no será necesariamente una buena guía para la velocidad y la solidez de la recuperación".
Al mismo tiempo, Lane ha subrayado la necesidad de un período sostenido para mejorar las condiciones económicas y de salud pública antes de que el canal de confianza, importante para determinar los planes de gastos de los hogares y las empresas, vuelva a estar de nuevo completamente operativo y ha añadido que las proyecciones sobre la velocidad de la recuperación también dependerán del diseño y el calendario de los programas de estímulo fiscal.
"En particular, el resultado de las negociaciones sobre el fondo de recuperación de la UE será un factor importante para determinar el rumbo futuro para la economía de la zona del euro", ha advertido.