Así, a bote pronto, parece que Mazón se ha apuntado un tanto: ha logrado un acuerdo con Vox para sacar adelante los presupuestos de Valencia, un pacto que da estabilidad y seguridad a su gobierno. Sin embargo, es indudable que ha metido un rejonazo a Feijóo que deja en una situación muy complicada al líder de la oposición.

Mazón ha pensado en sí mismo y en su futuro, pero muy poco en su partido y en el presidente que lo ha apoyado permanentemente, aunque desde el mismo día que ganó las elecciones autonómicas ha ido acumulando errores que han dañado al PP nacional y su presidente.

El primero, mantener negociaciones con Vox para formar gobierno, aunque desde Génova, cuando Sánchez adelantó las elecciones tras el fracaso rotundo del PSOE de las municipales y autonómicas, se pidió a Mazón aplazara sus conversaciones con Vox hasta después del 23 de julio. Segundo error, el comportamiento que tuvo cuando se produjo la catástrofe más grave de la historia de Valencia, la dana del pasado mes de octubre. Feijóo, a pesar del coste personal y político que suponía, ha dado la cara por Mazón alegando que estaba trabajando a fondo por la reconstrucción y que no era conveniente el relevo.

La respuesta de Mazón, garantizarse unos presupuestos con el apoyo de Vox, es un golpe bajo a su partido y sobre todo a su presidente que, junto a Isabel Ayuso, son víctimas los dos de una campaña implacable de descrédito por parte del Gobierno de Sánchez, que debe estar frotándose las manos con el pacto PP-Vox. Le da pie para seguir con su estrategia de identificar al PP con la ultraderecha, estrategia cada más debilitada por la distancia que marca Feijóo con Vox … y porque en un asunto grave como es el incremento del presupuesto de Defensa, Vox se ha alineado con los socios de gobierno de Pedro Sánchez, contrario a ese incremento.

No vale el argumento de que el acuerdo es indispensable para la reconstrucción de Valencia; de hecho, en los últimos meses se ha trabajado intensamente en ese sentido. Llegan a cuentagotas, pero llegan, fondos públicos y privados. Si el gobierno nacional lleva sin presupuestos dos años y eso no ha impedido a Sánchez tomar todas las iniciativas que ha querido, Mazón, a poco coraje y sentido político que tenga, también puede salir adelante con los presupuestos sin aprobar.

Pero hay un elemento más grave que convierte en inaceptable la alianza de Mazón con Vox: las declaraciones sobre inmigración. El presidente valenciano hace suya, palabra a palabra, la posición de Vox y se aleja de la que defiende el partido nacional, más moderada que la que pretende imponer el partido de Abascal.

Los problemas más serios que ha tenido Feijóo desde que es presidente del PP, han venido siempre de la mano de sus principales colaboradores. Mazón no es una excepción.

Hay un dicho muy popular que podría aplicarse a Feijóo: cuídame de mis amigos, que de mis enemigos ya me cuido yo.