Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Volare

23/01/2025

A estas alturas ya no sabemos si es más caótico ordenar los aeropuertos de España o el debate en torno a ellos. La situación parece empeorar por momentos. La reciente decisión de Ryanair de cancelar sus operaciones en Valladolid y Jerez de la Frontera, atribuida por la aerolínea a Aena, parece más una estrategia empresarial que otra cosa en una compañía acostumbrada a jugar fuerte. A pesar de que el tráfico aéreo se encuentra en máximos históricos, la escasez de aviones podría haber servido como excusa, entre otras.
Es necesario replantear el papel de los aeropuertos en la economía de las ciudades. El aeropuerto de Vitoria, cuarto en España en movimiento de mercancías, no pudo consolidar una ruta regular a Nueva York debido a la baja demanda, lo que supuso una pérdida de 200.000 euros. En La Rioja, a pesar de las ambiciones, el aeropuerto de Agoncillo registra menos pasajeros anuales que la calle Laurel en una semana. Es encomiable que el consorcio de León intente mantener operativo su aeropuerto, pero destinar 2,4 millones de euros a un vuelo chárter a Estambul parece una inversión desproporcionada.
¿Hasta qué punto el tráfico de un aeropuerto refleja la vitalidad de una ciudad? En el caso de ciudades medianas y pequeñas, ¿qué valor añadido aporta la existencia de vuelos con escasa demanda? El aeropuerto de Burgos, a pesar de los esfuerzos, no logra despegar y su baja actividad parece perjudicar a la provincia.
Las autoridades deben impulsar el desarrollo de infraestructuras, como las autovías pendientes, y fomentar el transporte ferroviario sostenible. Además, es fundamental integrar estas iniciativas con el reasentamiento poblacional en el medio rural.
El debate sobre los aeropuertos, que aparenta ser de gran envergadura, se reduce a menudo a un análisis superficial. Es hora de aterrizar y abordar esta cuestión con mayor profundidad. Dejemos al mercado las cosas del mercado, evaluemos el rendimiento real del esfuerzo que se hace con dinero público y vamos revisar esa forma de entender la grandeza según la cual es mejor tener un aeropuerto que no funciona que no tenerlo.