Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Pato cojo a la española

15/09/2024

La emoción de la política imprevisible nos aguarda a la vuelta de la esquina con las elecciones americanas. Todos los oropeles y los focos están dirigiéndose hacia los dos candidatos presidenciales, que han brindado un primer asalto televisivo de gran expectación esta semana. Pero en el rincón, en soledad y asistido solo por sus más fieles, languidece una figura triste, ajada por el tiempo, por otro tiempo en el que brilló mucho más como inquilino del despacho oval. Es Joseph Roninette Biden jr., el último 'lame duck' de la política estadounidense, al que los meses que faltan hasta el próximo 20 de enero se le van a hacer eternos aunque guste de paladearlos como el colofón a un mandato interruptus. La histórica noticia de su renuncia a encabezar la candidatura demócrata por razones de edad y estado mental le convirtió en el pato cojo que da vueltas por la Casa Blanca. La definición, según los usos y costumbres del vigoroso periodismo norteamericano, señala al dirigente cuya presidencia queda por diferentes motivos vacía de contenido, sin capacidad legislativa y solo destinada a ver pasar los días, semanas y meses ocupando el poder.

Al presidente español le ha pasado lo mismo, salvando las diferencias. Al año escaso de perder las elecciones, pero aparentar haberlas ganado llegando a Moncloa aupado por todos aquellos de los que renegó, su mandato ha quedado reducido al pato cojo americano, pero en versión spanish. Ya no puede presumir de la mayoría supuestamente progresista que acuñó el verano del año pasado con el eslogan "somos más", porque ahora ya son menos. Podemos le abandonó pronto al comprobar que los sillones quedarían lejos para ellos, Junts ha dejado caer el marco de los Presupuestos una vez y amenaza con repetir la gesta, Esquerra se ve en la obligación de no seguir haciendo seguidismo de los gobiernos socialistas central y catalán, y el "fiel" aliado nacionalista vasco ya le ha abandonado esta semana al reconocer que en Venezuela no hay democracia, algo que por inconcebible que sea no han hecho los que ocupan el poder. Ya hay más diputados en contra que a favor del gobierno en casi todas las votaciones, y por eso Sánchez ahora está diciendo que tampoco es tan importante dirigir al país con el apoyo del poder legislativo. Todo es relativo, como la propia Teoría de la Relatividad gelatinosa como un pudin recién hecho. Cuando se lo hemos escuchado decir ante los suyos en un acto de partido, hemos tenido que tragar saliva para no morir atragantados: un presidente que no considera imprescindible tener el apoyo de las cámaras que representan la soberanía popular. El mismo que durante un año se desgañitó enarbolando la legitimidad de su gobierno por gozar de ese mismo apoyo.

Los patos cojos pueden durar mucho más en España que en Estados Unidos. Y pueden aguantar al precio que sea sostenido solo por una pata, moviéndose muy lejos de lo que debería ser la normalidad institucional y el proyecto político.