Con Pedro Sánchez entregado a partidos con exigencias inaceptables, el principal partido de la oposición tendría que estar disparado en las encuestas y recogieran que podría gobernar sin el apoyo de Vox.
Que no sea la situación del PP, se debe exclusivamente a sus desaciertos. El último, los dos videos con los que pretendía desacreditar al gobierno de Sánchez y han provocado lo contrario. Para hacer una oposición inteligente se necesitan personas inteligentes y que sepan moverse en el complicado tablero político con la finezza necesaria, como pedía Andreotti. Las descalificaciones y los insultos de brocha gorda, además de contraproducentes llevan a simpatizar con quienes reciben el mal trato.
Feijóo no tiene el mejor equipo, hace tiempo que tendría que haber tomado decisiones en ese sentido, y sorprende que en un momento tan preocupante nacional e internacionalmente, siga empeñado en hacer oposición con dirigentes que nunca tendrían cabida en un partido que transmita la confianza necesaria para formar gobierno.
Las únicas - y muy escasas- decisiones que ha tomado el PP de Feijóo como partido de oposición, las ha marcado el propio Feijóo, lo que significa que de algo le han servido sus muchos años de presidente de la Xunta.
Esta semana Pedro Sánchez va a mantener una ronda de consultas con los dirigentes de la oposición para pedirles apoyo al incremento del presupuesto de Defensa, como exige la situación internacional. Será la primera conversación que mantenga con Feijóo después del año largo de incomunicación con la que Sánchez pretende expresarle su desdén.
Feijóo, con buen tino, ha expresado su protesta por el tiempo tasado, escaso, e igual para todos los partidos. Es decir, el mismo trato al PP que a Bildu o Junts. Un despropósito, además de una falta de respeto al líder de la oposición, con un estatus que han aceptado todos los jefes de gobierno hasta Sánchez. Precisamente el primero de ellos que no ganó las elecciones.
Feijóo acudirá a la reunión aunque varios compañeros lo desaconsejan. Irá. Pero no va a ofrecer su apoyo al incremento del presupuesto hasta conocer la posición de los restantes partidos. Que se retraten, que se vea su grado de lealtad a la UE, a España y al propio Sánchez, porque lo que han demostrado hasta ahora los socios del gobierno es que únicamente hacen favores si reciben algo a cambio. Ni son leales a España ni a la UE ni a Sánchez.
Sólo después de escuchar lo que Sánchez tenga que decirle, y conocer la posición de todos, Feijóo anunciará la postura del PP. Tanto si es favor o en contra del nuevo presupuesto de Defensa, tendrá Feijóo que explicarlo muy bien. Porque son muchos los errores cometidos y no puede el PP seguir dando motivos a la izquierda para que le acusen de falta de sentido de Estado.
El PP, sin duda, es hoy un partido más comprometido con España que el actual Psoe. Pero Sánchez cuenta con expertos que venden mejor la mercancía. Aunque esté deteriorada.